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La “autovía de la niebla”, inaugurada en 2014 tras 200 millones de euros, seguirá cortándose hasta 2018

Imagen del accidente múltiple ocurrido en julio de 2014 en la A-8 a su paso por Abadín (Lugo), momento desde el que la DGT cierra la vía cada vez que hay niebla

David Reinero

La Autovía del Cantábrico (A-8) seguirá registrando cortes de tráfico de varios días de duración en cerca de 20 kilómetros a su paso por el Alto do Fiouco, en la provincia de Lugo, por lo menos hasta 2018, más de cuatro años después de la inauguración de ese polémico tramo con problemas de visibilidad por culpa de la niebla en el que se invirtieron unos 200 millones de euros. El Ministerio de Fomento, según ha confirmado a este diario, aún está pendiente de poder licitar las pruebas de los prototipos de los 26 inventos que le han propuesto empresas y particulares para evitar o paliar la niebla. Luego aún deberá testar esos prototipos en la zona, a 700 metros de altura, en la época con peores condiciones de visibilidad, que allí es la primavera y el verano, para decidir cual o cuales funcionan mejor e instalarlos más tarde en todo el tramo afectado.

El último tramo en finalizarse de la Autovía del Cantábrico en Galicia, el que discurre por el Alto do Fiouco, entre los municipios lucenses de Mondoñedo y Abadín, se inauguró en febrero de 2014 y en julio de ese mismo año, en una jornada de fuerte niebla, se produjo en él un accidente múltiple con una fallecida y docenas de vehículos afectados. Desde entonces, la DGT, en una decisión que no fue bien acogida en el más alto nivel de Fomento, obliga a cerrarlo al tráfico y desviar los vehículos a la antigua carretera nacional en cuanto aparecen problemas de visibilidad, como hizo la semana pasada, cuando la autovía permaneció inutilizable durante más de tres días consecutivos. Unos problemas de visibilidad que son más habituales, como saben los habitantes de la zona y ratifican los meteorólogos, en los meses centrales del año, en primavera y verano, cuando las altas presiones hacen que sople viento del noreste que llega a esta zona después de cargarse de humedad en el Cantábrico. Al chocar contra las montañas por las que la autovía se adentra en Galicia desde la costa, esa humedad se convierte en las nubes o nieblas que obligan a cerrar al tráfico el tramo en cuestión.

Tras el accidente de 2014 el Ministerio de Fomento decidió aplicar al problema de la A-8 un novedoso procedimiento de contratación consistente en pedir a cualquier empresa o particular que le ofrecieran ideas o inventos para evitar la niebla o paliar sus problemas de visibilidad. Esa consulta preliminar del mercado se desarrolló entre julio de 2015 y abril de este año, y producto de ella Fomento recibió 26 propuestas. Pero ahora hay que testar sobre el terreno prototipos de esos inventos y comprobar cuál funciona mejor.

Según se indica desde el ministerio, medio año después de recibir las propuestas en un procedimiento que planifica desde hace dos años, Fomento aún está tramitando un convenio con el ministerio de Economía para financiar, con cargo a fondos europeos FEDER, la licitación de esas pruebas de los prototipos. Luego aún habrá que instalar esos prototipos y testarlos, algo que debe hacerse cuando haya esa niebla que es más habitual en los meses centrales del año. Ambos requisitos, el administrativo y el climático, hacen que esos prototipos no se puedan testar hasta bien entrado 2017. Pero luego Fomento aún deberá elegir uno o varios de esos inventos e instalarlos a lo largo de varios kilómetros del tramo afectado, lo que llevaría el final de las obras, siendo muy optimistas, al año 2018.

Los 26 inventos propuestos

El pasado abril Fomento hizo pública la lista definitiva de los 26 inventos o combinaciones de ellos que empresas y particulares le presentaron para intentar evitar o paliar la niebla en la A-8. Al proceso se presentaron grandes constructoras como Sacyr, Acciona, OHL o San José, pero también empresas de ingeniería, química, iluminación y media docena de particulares. Paliar la falta de visibilidad con iluminación inteligente, bloquear físicamente la niebla o deshacerla con productos químicos o calentándola son los cuatro grandes grupos de propuestas, que en muchos casos incluyen combinaciones de medidas distintas. En el listado hay desde túneles que condensan la niebla hasta muros o ventiladores que la desvían pasando por pórticos con dispositivos que la calienten o la deshagan con productos químicos. Pero la solución más numerosa es paliativa, consistente en mejorar la visibilidad o la seguridad de la circulación con algún tipo de iluminación inteligente. Ahora Fomento debe probar los diversos inventos, elegir uno o varios -teniendo en cuenta su posible impacto ambiental- y decidir en cuántos kilómetros los instala. Será entonces cuando se sepa el sobrecoste de un tramo cuya inversión inicial ascendió a unos 200 millones de euros.

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