La idílica vida de Ozzy, un simpático y pacífico beagle que se ha criado entre algodones junto a la familia Martin, está a punto de dar un vuelco. Cuando sus dueños deciden que no pueden llevarle a un largo viaje, optan por lo que creen que es el mejor balneario canino: Blue Creek. Sin embargo, la perfecta estampa del lugar resulta ser una fachada urdida por su villano propietario. En realidad es una cárcel para perros.