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La Cámara de Cuentas ya denunció irregularidades del consejero de Vivienda de Cifuentes cuando era alcalde de Torrejón

Pedro Rollán junto a la expresidenta de la Comunidad y actual portavoz del PP en el Ayuntamiento, Esperanza Aguirre, en 2011.

Marcos Pinheiro

Pedro Rollán ha sido alcalde de Torrejón de Ardoz entre 2007 y 2015. Ese año, después de conseguir en mayo su tercera mayoría absoluta y felicitarse por ser el alcalde más votado de los municipios de más de 100.000 habitantes, fue reclamado por Cristina Cifuentes. La presidenta de la Comunidad de Madrid, que le incluyó en el número 26 de su lista, le puso al frente de la Consejería de Transporte, Vivienda e Infraestructuras.

Sus años en el Ayuntamiento de Torrejón han dejado una deuda con Hacienda de más de un millón de euros por el impago del IVA y un extenso informe de la Cámara de Cuentas de Madrid, publicado en junio de 2015, que recoge una serie de irregularidades cometidas en el municipio madrileño.

Ese informe hace hincapié en la mala gestión que se hizo de la Empresa Municipal de la Vivienda y Suelo (EMVS) de Torrejón. Presidida por el propio Rollán, su día a día se externalizó a Habyco XXI, que gestionó también la EMVS de Rivas, donde la Cámara de Cuentas destapó un desajuste de 20 millones de euros.

Rollán fundó la EMVS poco después de arrebatarle la alcaldía al PSOE en las elecciones de 2007. Nutrida de capital público, sus puestos de dirección están ocupados por los altos cargos del Ayuntamiento pero su gestión está en manos de una empresa privada.

Esa empresa era desde 2007 y hasta el verano de 2015, Habyco XXI. Según el Ayuntamiento, esta empresa es la culpable del “error técnico” de no pagar el IVA a Hacienda por tres edificios municipales, y que va a costar a las arcas de Torrejón más de un millón de euros. El Consistorio, sin embargo, no ha pedido a la empresa que asuma responsabilidades.

En su informe sobre el ejercicio de 2012, la Cámara de Cuentas asegura que la gestión de la EMVS se externalizó sobre unos criterios “que no están fundamentados en un estudio comparativo, exhaustivo y solvente”. Se lee también que carece de sentido crear un instrumento para “la gestión directa de la actividad de la vivienda” cuando no se le dota de capacidad para ello y todas su actividades se van a externalizar.

De hecho, el documento señala que la EMVS se constituyó en su momento sin personal alguno, y apenas dos meses después de su fundación su gestión se adjudicó primero a Habyco Torrejón y luego, después de que un Tribunal Contencioso-Administrativo de Madrid anulase la contratación por irregularidades, a Habyco XXI.

La Cámara de cuentas señala que Habyco XXI “contó con información privilegiada” en el proceso de adjudicación, y en él que no se respetaron los principios de “transparencia, igualdad y libre acceso a la información”.

El funcionamiento de la EMVS bajó el mando de Pedro Rollán era sencillo. El Ayuntamiento encomendaba a su empresa municipal la construcción de viviendas, aparcamientos o equipamientos para los vecinos y Habyco XXI se encargaba de ejecutarlo con dinero público.

La Cámara de Cuentas también detectó irregularidades en este proceso. El informe revela que las encomiendas -los encargos del Consistorio- no recogían la duración de las obras, el precio, el control sobre su cumplimiento o su liquidación.

Es más, la Cámara observó que la EMVS no estaba cobrando al Ayuntamiento los costes de las obras y que el Consistorio no incluía a su empresa municipal como acreedor. Es decir, que “el Ayuntamiento se ha financiado con recursos de la EMVS”, según el informe, en contra de lo que dispone la ley de Haciendas Locales.

Una vez terminadas las obras de algunas viviendas, estas se vendían “por un precio inferior” al calculado en la facturación de la EMVS. Además, sus existencias estaban “sobrevaloradas” porque recogían inmuebles terminados que tenían que haber sido entregados al Ayuntamiento.

Esos errores en la gestión de la EMVS llevaron a que en 2012 su balance arrojase un saldo negativo de más de diez millones de euros. La situación no ha mejorado en los últimos años. La empresa ha tenido que recibir préstamos del Ayuntamiento para pagar a proveedores o hacer frente a sus obligaciones fiscales.

El informe señala otras irregularidades cometidas durante los años de gobierno de Pedro Rollán, como el alto porcentaje de personal temporal -que en ocasiones lleva más de 10 años trabajando para el Ayuntamiento- o la imposibilidad de fiscalizar las nóminas por la cantidad de complementos que no están recogidos en el Convenio.

La Cámara de Cuentas añade que esas nóminas se contabilizaban “de forma manual” a través de un sistema de “múltiples anotaciones” que daba lugar a errores y dificultaba su control.

Se critica también que en los concursos públicos no se hacen estudios económicos para comprobar si el precio de licitación era acorde con el mercado, no se pedían los informes necesarios a los órganos municipales competentes o, cuando se pedían, estos estaban incompletos.

En otras ocasiones, el Ayuntamiento ni siquiera firmaba contratos con las empresas. “Incurría en contrataciones verbales” sin tramitar expedientes administrativos “prescindiendo absolutamente” del procedimiento recogido en la ley.

Habyco también gestionó la EMVS de Rivas

Habyco XXI llevaba el día a día de la Empresa Municipal de la Vivienda de Torrejón de Ardoz y la de Rivas Vaciamadrid. La Cámara de Cuentas detectó irregularidades en ambos casos, pero en el segundo el desajuste se disparaba hasta los 20 millones de euros y acabó con la dimisión del alcalde de IU.

En un informe de 2013 y cuyo análisis se centró en los ejercicios de 2010 y 2011, la Cámara de Cuentas señaló que había un desajuste contable de 20,9 millones de euros en las cuentas de la empresa pública, y denunció “la ausencia absoluta” de control sobre ella.

El informe continuaba denunciando Habyco sobrefacturaba al Ayuntamiento, que no pagaba el alquiler de las oficinas que usaba ni el mobiliario o diferencias de más de 10 millones de euros en la tasación de parcelas de propiedad municipal.

El documento desató una crisis interna en la federación madrileña de Izquierda Unida que acabó con la dimisión del alcalde de Rivas, José Masa.

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