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'¡Demos la lata para comer por igual!'

Un mapamundi que reivindica el derecho a la alimentación universal expuesto en la plaza Indautxu en Bilbao.

Laura Murillo Rubio

Bilbao —

Un mapamundi compuesto por latas de alimentos ha llenado esta mañana la plaza Indautxu en Bilbao con la intención de recordar el derecho humano a la alimentación universal. El acto se enmarca dentro del comienzo de la campaña “Comer por igual” y la iniciativa “¡Demos la lata!”, que tiene como objetivo “concienciar a la sociedad vizcaína sobre el problema alimentario mundial y fortalecer así la solidaridad en la lucha contra el hambre, la desnutrición y la pobreza, tanto en los países del sur como en el entorno más cercano”, ha declarado Oihane Agirregoitia, concejala del área de igualdad y cooperación del Ayuntamiento.

Con motivo del nombramiento de 2014 como Año Internacional de la Agricultura Familiar por parte de Naciones Unidas; el colegio de El Carmen, Metro Bilbao y el Banco de Alimentos de Bizkaia, entre otros, se han unido a la campaña promovida desde el Ayuntamiento que busca “visibilizar y sensibilizar a la sociedad sobre un derecho individual pero de responsabilidad colectiva”, ha apuntado la concejala.

Según datos de Naciones Unidas, 842 millones de personas en el mundo no tienen acceso a una alimentación digna, todo ello mientras diariamente se producen alimentos suficientes para dar de comer al 100% de la población mundial. En este sentido, la iniciativa pretende concienciar a los ciudadanos con una serie de “microacciones” que consisten en comprar y cocinar únicamente lo que se va a consumir, aprovechar los restos de comida “porque con lo que sobra anualmente en el mundo se podría alimentar a todo el África Subsahariana” y aumentar el consumo de productos de temporada y locales que están relacionados con la sostenibilidad de nuestra tierra, entre otras acciones.

Por aquello de que ‘las palabras se las lleva el viento’, esta mañana todos los ciudadanos que han querido comprometerse con la campaña han escrito su nombre junto a los “pequeños” propósitos que están dispuestos a desarrollar a lo largo de este año. Esas declaraciones de intenciones han quedado guardadas en diminutas cajas que cada uno se ha llevado a casa y las banderas con nombre y apellidos han empezado a inundar las latas de comida que conformaban el mapa mundial por el derecho a una alimentación digna para todos. Esas latas y todas las que se vayan donando a lo largo de la campaña irán a parar al Banco de Alimentos de Bizkaia que “vive de estas microacciones”, según ha señalado su vicepresidente, Luis Crovetto. “Gracias a las pequeñas donaciones de mucha gente, somos capaces de repartir 6 millones de kilos al año a 40.000 personas que conforman el número de necesitados al que accedemos a través de 250 instituciones”, ha declarado.

Defensa de la alimentación infantil

Asimismo, Crovetto ha destacado que los menores son los que actualmente están sufriendo más las consecuencias de los efectos de la crisis. “Muchos niños y niñas la única comida en condiciones que hacen al día es la que llevan a cabo en el centro educativo; por eso, ahora nos estamos orientando a conseguir alimentos para desayunos y meriendas”, ha asegurado mientras también agradecía las campañas solidarias realizadas en los centros escolares así como las numerosas donaciones de leche, galletas y cacao que han recogido.

Por su parte, Antonia De Nicolás, directora del colegio El Carmen, ha destacado que la alimentación y la escuela son dos conceptos “indisolubles”. En su intervención, De Nicolás ha recalcado que “una sociedad sana y bien alimentada es el punto de partida para trabajar la educación y la solidaridad que son los verdaderos motores transformadores de este mundo con el cual tenemos adquirido un compromiso ineludible desde todo el sistema educativo en general”. La directora también ha defendido una nutrición “saludable y variada”, el deporte y las actividades extraescolares para hacer frente a la obesidad y los malos hábitos alimenticios, así como una educación que propugne valores y derechos humanos. “Si educamos en valores como la libertad, la justicia, la paz y la fraternidad, no podemos olvidarnos de que la vulneración del derecho a la alimentación nos lleva a hablar de muerte, exclusión, esclavitud, injusticias y egoísmos. Todo ello repercute negativamente en la educación y el desarrollo tanto físico como mental de nuestros niños y niñas”, ha apuntado.

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