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“En Twitter nunca me cuestionan por mis ideas, sino por mi color de piel”

Un momento del encuentro con Moha Gerehou en la Librería La Vorágine. | ANDRÉS HERMOSA

Rubén Vivar

“Un hombre, con acento marroquí, ha atacado con un cuchillo a un agente de la Guardia Civil...”. Este es el comienzo de un artículo de prensa y uno de los numerosos ejemplos de malas prácticas que el periodista y presidente de SOS Racismo Madrid, Moha Gerehou, citó este viernes durante la charla 'Inmigración y Medios de Comunicación', organizada por eldiario.es y la Asamblea Cántabra por las Libertades y Contra la Represión.

En el encuentro, celebrado en la Librería La Vorágine, Gerehou analizó algunos de los errores más comunes en el tratamiento de las noticias relacionadas con la inmigración y advirtió de las consecuencias que ello conlleva a la hora de “criminalizar” y “estigmatizar” a las personas migrantes, lo que indirectamente fomenta las conductas racistas en la sociedad.

“Si cada diez noticias que publicas de una determinada nacionalidad, nueve son malas, lo que estás haciendo es distorsionar la realidad”, destacó Gerehou, que denunció que “en la mayoría” de las informaciones de sucesos en las que se incluye el país de origen es para “criminalizar”.

Durante su intervención, el periodista ahondó en el tratamiento de los medios en uno de los últimos puntos informativos más destacados, los CIES. A este respecto, explicó la diferencia entre hablar de “motín” o “protesta”, ya que en el primer caso conlleva la connotación negativa de sublevación a la autoridad, y criticó que apenas se dé cobertura a la versión de los afectados frente al de las autoridades, uno de los fallos periodísticos más comunes.

Del mismo modo, analizó la cobertura tras los atentados de Bruselas, cuando se comenzó a dar informaciones del tipo “Una de cada cuatro personas en Bruselas son musulmanas”. “También puede ser que una de cada cuatro víctimas fueran musulmanas, pero esa perspectiva nunca se da”, apostilló.

“Tinte peliculero y primitivo”

Gerehou cuestionó el “sensacionalismo” y el “tinte peliculero y primitivo” cuando se habla de 'clanes' de etnia gitana o de peleas entre bandas latinas, y alertó del peligro de integrar algunas expresiones comunes en la sociedad, poniendo como ejemplo el titular “Padres que hacen de 'negros' de los niños” o la expresión “trata de blancas”, que “tiene un origen racista” y que “quita el foco sobre las mujeres”.

También, tras citar otro tópico sobre los chinos -“El peligro de trabajar como chinos”-, se preguntó por qué no se hacen esas vinculaciones entre nacionalidades pero con connotaciones positivas.

El término “ilegales”, continuó exponiendo, es “otra de las batallas históricas”, puesto que esta condición vinculada a una persona “no existe”. “Puede estar en situación administrativa irregular, pero no es un ilegal”, explicó, al tiempo que subrayó que “no se puede criminalizar a un colectivo porque una palabra sea muy cómoda de emplear”.

Responsabilidad social

Por todo ello, el presidente de SOS Racismo Madrid defendió que los medios deben llevar a cabo una mayor “reflexión interna” e incidió en la “responsabilidad social” que tienen a la hora de difundir mensajes antirraciales.

Para concluir, enumeró una serie de buenas prácticas, como que la nacionalidad debe incluirse “de manera descriptiva y no como explicación del suceso” y que el color de la piel debe indicarse “solo cuando aporte un valor añadido a la noticia”.

Igualmente, hizo un llamamiento a evitar el juego “causa-efecto” y reclamó buscar el “equilibrio” entre noticias positivas y negativas, así como a tratar de contar las historias personales también en los casos de los sucesos con los inmigrantes. Sobre esto último, apuntó que “conocemos todo sobre los pasajeros del accidente de Germanwings, pero muy poco de los que se ahogan en pateras”.

“Mi color de piel, no mis ideas”

Ya en el turno de preguntas, cuestionado sobre su experiencia personal, Gerehou contó que en su perfil de twitter “9 de cada 10 menciones que recibo son para llamarme puto negro o para decirme que me vaya a mi país”. “Nunca me cuestionan por mis idas, sino que me cuestionan por mi color de piel”, lamentó.

En esta línea, también debatió sobre la dificultad de denunciar estas “formas de odio” en las redes sociales y sobre el repunte del racismo en la sociedad y del ultranacionalismo en la política, que “por suerte, en España no se ha traducido en representación parlamentaria”.

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