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La Audiencia Nacional absuelve a Guillermo Zapata: sus tuits son “humor macabro” pero no delito

Ahora Madrid dice que el juicio a Zapata es una "burla incomprensible" si se confía en un "sistema judicial justo"

Pedro Águeda / EUROPA PRESS

La Sección Tercera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional ha absuelto este martes al concejal de Ahora Madrid Guillermo Zapata del delito de humillación a las víctimas del terrorismo por el que había sido juzgado como consecuencia de un tuit escrito en 2011 en el que manifestaba: “Han tenido que cerrar el cementerio de las niñas de Alcasser para que no vaya Irene Villa a por repuestos”·

Según la sentencia de la Audiencia Nacional, los comentarios de Zapata son “seguramente reprobables” pero “en otro plano distinto al de la legalidad penal”.

En su fallo, los magistrados describen los comentarios en Twitter como “humor macabro” pero descartan que constituyan un delito. La sentencia recopila otros chistes que Zapata difundió en la red social –“¿Cómo meterías a cinco millones de judíos en un 600?: En el cenicero” o “Rajoy promete resucitar la economía y a Marta del Castillo”– y establece que el acusado en lugar de humillar a las víctimas del terrorismo, estaba proponiendo debates “a modo de chistes macabros, utilizando la identidad de víctimas de hechos delictivos”.

El tribunal recurre a la doctrina del Tribunal Supremo que establece que para que haya un delito de humillación es necesario que se produzcan actos de desprecio o descrédito, y descarta que sea el caso de los tuits del hoy concejal de Ahora Madrid.

“Se trata de una frase que enlaza a la víctima Irene Villa con otras infortunadas por hechos delictivos que terminaron con sus vidas” pero no se aprecia ánimo injuriosio. El comentario siguiente nos sitúa ante las víctimas del Holocausto“, añade el fallo para apuntalar esa tesis.

El juicio a Zapata, uno de los ediles del Gobierno de Manuela Carmena, se celebró el pasado 7 de noviembre en la Audiencia Nacional. El caso llegó hasta ese tribunal por la acusación de la asociación Dignidad y Justicia, que pidió para el concejal 20 meses de cárcel. El pseudosindicato Manos Limpias desistió finalmente de su idea inicial de personarse en el caso. La Fiscalía de la Audiencia Nacional defiende que aquellos comentarios publicados en Twitter años antes de que Zapata tuviese responsabilidades políticas no son delito.

La polémica llegó a juicio a pesar de que el juez Santiago Pedraz archivara en tres ocasiones la causa y la Sala de lo Penal lo reabriera otras tantas gracias al voto de Concepción Espejel y Enrique López, dos jueces afines al Partido Popular que tuvieron que ser apartados del juicio de Gürtel por su cercanía al PP. Dignidad y Justicia tiene todavía capacidad de recurrir la sentencia.

Sentado en el banquillo, Zapata declaró al tribunal el pasado 7 de noviembre que entrecomilló un chiste en la red social sobre las víctimas del asesinato de Alcasser e Irene Villa en 2011 en el contexto de un debate en Twitter sobre los límites del humor negro. “Un chiste puede no ser gracioso, pero tener formulación de chiste. Un chiste de humor negro es mezcla de angustia e hilaridad, y como mecanismo de defensa surge el humor (...) Este ni siquiera lo hago mío”, respondió entonces Zapata al fiscal Vicente González Mota que le interrogaba.

Zapata ha dicho en la Audiencia Nacional que no tuvo interacciones de sus alrededor de 300 seguidores en la red social en aquella época, ni de ningún otro. Pero que el día que asumió el cargo de concejal de Cultura del Ayuntamiento de Madrid  se desató la polémica.

El edil relató cómo cuando estalló el escándalo, cinco años después del tuit, dimitió del cargo porque el área de Cultura está “relacionada con la cuestión de la libertad de expresión y para ejercer ese cargo público no se podían plantear dudas partiendo de una polémica de este estilo”. Antes había pedido disculpas a Irene Villa, quien llegó a escribir a la Audiencia Nacional para asegurar que no se sentía humillada, una opinión que expresó también a algunos medios de comunicación

Zapata ha declarado que el chiste vertido lo escuchaba de pequeño, acaso por la proximidad de su barrio al lugar donde ETA atentó contra Irene Villa y su madre, provocándoles graves amputaciones. “¿Estaba llamando usted a que ocurrieran este tipo de cosas?”, le ha preguntado el fiscal. “No, en absoluto”, ha respondido Zapata.

El fiscal González Mota buceó en anteriores condenas por humillación a las víctimas del terrorismo en las que se jaleaba la actividad de bandas terroristas y concluyó que la actuación de Zapata no guardaba relación con ellas. 

La acusación popular, ejercida por Dignidad y Justicia, insinuó en aquella vista que la el ministerio fiscal cambió de criterio cuando su representante Blanca Rodríguez enfermó y tuvo que ser sustituida por González Mota. El presidente del tribunal, Alfonso Guervara, cortó de raíz esa sospecha y advirtió que no iba a tolerar “juicios sobre la praxis de la Fiscalía”.

La defensa de Zapata que asumió el abogado Eduardo Gómez Cuadrado alegó en sus conclusiones que la vista había demostrado que en ningún caso Zapata pretendía humillar a las víctimas del terrorismo. Una señora del público lo interrumpió para decir en voz alta: “Yo sí lo creo”.

El letrado recordó entonces que Zapata se había desvinculado públicamente del terrorismo, había pedido perdón a las víctimas, recibido el reconocimiento de la AVT en su labor como concejal e incluso dimitido de su cargo. “¿Es esta la actitud de una persona violenta, que alberga un odio hacia víctimas del terrorismo o cualquier persona. Sinceramente, señoría, nos cuesta bastante entenderlo así?”, argumentó la defensa. 

A la salida de aquel juicio, la prensa preguntó a Zapata si su paso por el banquillo guardaba relación con su militancia en Ahora Madrid. El edil afirmó que ser miembro del Gobierno de Carmena contribuyó a dar “visibilidad” a unos comentarios antiguos “de una determinada manera”.  

“Es importante que valoremos que a nosotros se nos está juzgando de acuerdo a un estándar determinado, perfecto. Tendremos que estar a la altura de ese estándar, dar la respuestas que se nos pidan, no podemos caer en una lógica de 'bueno, esto me está pasando a mi', una lógica de victimización, no es razonable. Tenemos que responder tranquilamente sobre lo que hemos hecho y asumir las responsabilidades políticas, como hice yo en junio”, dijo aquel día Zapata ante los medios de comunicación. 

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