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Las dos vías que los socialistas con tarjeta 'black' pueden usar para salvarse de la expulsión

Reunión de la ejecutiva socialista / Foto: EP.

Irene Castro

El PSOE tendrá finalmente que decidir sobre la expulsión definitiva de sólo nueve de los 16 militantes que dispusieron de las tarjetas 'black' durante su tiempo en el consejo de administración de Caja Madrid. La cifra se ha reducido después de que José María Arteta haya pedido la baja voluntaria del partido. Los demás exconsejeros tienen dos opciones para salvarse: recurrir la decisión ante la Comisión de Ética y Garantías o presentar nuevas alegaciones para intentar convencer a la Ejecutiva de Pedro Sánchez.

Siete de esos militantes que hicieron uso de las tarjetas opacas ya se han dado de baja. Seis lo hicieron antes de enfrentarse al expediente informativo que Ferraz les abrió por utilizar las “tarjetas de la vergüenza”. La instrucción que Sánchez encargó a Susana Sumelzo culminó con la expulsión provisional de los diez restantes, pero al próximo trámite sólo llegarán nueve después de que el exalcalde de Móstoles José María Arteta haya notificado su baja voluntaria. Para explicarse ante la Ejecutiva y presentar alegaciones, tienen un plazo de diez días, que culmina el 24 de octubre.

Por el momento Ferraz no ha recibido ninguna alegación. Algunos de los exconsejeros han mostrado públicamente su intención de defenderse ante el partido y su disgusto ante las formas utilizadas por la dirección socialista. Ignacio Varela, uno de los sociólogos de cabecera del PSOE hasta la llegada de Pedro Sánchez a la Secretaría General, le recriminó en una carta publicada en El Huffington Post que se haya “sentido libre para proclamar públicamente la apertura de este procedimiento reservado, presumir de haber dado órdenes precisas a la instructora, anticipar su desenlace antes de haberse iniciado el primer trámite y ofender gravemente en público a las personas implicadas”.

El exministro Virgilio Zapatero también insinuó que la decisión se había conocido antes de que culminara la investigación, pese a que Ferraz aseguró que se cumplirían todas las “garantías”. Zapatero aseguró que agotaría todos los procedimientos internos para revertir la decisión e incluso se plantea recurrir ante los tribunales su expulsión si esta se produce.

Ferraz ve pocas posibilidades para que los exconsejeros socialistas de la entidad financiera puedan dar la vuelta a la situación después de que no lograran convencer a la Comisión de Ética y Garantías, que concluyó que no aclararon la finalidad que tenían esas tarjetas, los gastos que justificaron o su tratamiento fiscal. Varela, por ejemplo, explicó que se la habían entregado para su uso libre y que Enrique de la Torre le aseguró que la entidad se hacía cargo de su tratamiento fiscal.

Ante la dirección de Sánchez parece que los usuarios de las tarjetas tendrán poca suerte, a la vista de las declaraciones que los dirigentes han hecho desde que saltó el escándalo. El número dos del PSOE, César Luena, aseguró haber dado la “orden” de ser “los más duros” con los exconsejeros de Caja Madrid. “A los de las tarjetas negras, tarjeta roja directa”, expresó el líder socialista pocos días antes de dar a conocer la expulsión de los diez militantes. “El PSOE es un partido más decente aún después de haber expulsado a los de las tarjetas”, sentenció este jueves Sánchez, que ha hecho bandera de este caso para intentar demostrar que dirige un nuevo tiempo del PSOE.

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