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Sobre este blog

@Retiario estudió biología pero siempre quiso aprender y contar historias reales. En tiempos remotos fue paleontólogo, pero desde hace décadas es periodista y profesor de periodismo. Cree en la ciencia, la tecnología y el poder de la humanidad para cambiar las cosas para bien, si se aplica. Pasa la mayor parte de su tiempo en Internet y es un firme defensor de la pluma (y la red) frente a la espada.

Así era Mary Somerville, la mujer que motivó la acuñación de la palabra 'científico'

Mary Somerville retratada por Thomas Phillips

José Cervera

El término ‘científico/a’ se acuñó para definirla; a su muerte fue honrada como ‘La Reina de la Ciencia del Siglo XIX'. Y sin embargo poca gente conoce a Mary Somerville, escritora, erudita, amiga de algunos de los principales científicos de su época, autora de bestsellers de divulgación y madre de seis hijos.

Nacida en la mansión familiar en las tierras bajas de Escocia en 1780 la historia de Mary Somerville es diferente a la de otras mujeres científicas de su épocaMary Somerville; de clase alta pudo estudiar con relativa facilidad aunque de forma medio clandestina debido a que no se consideraba adecuado para una dama adquirir conocimientos.

Su primer esposo tampoco atendió sus intereses, pero al fallecer le dejó una herencia con la que ella desarrolló sus estudios; posteriormente se casó con un primo lejano que la admiraba intelectualmente y apoyó siempre sus esfuerzos científicos.

Que fueron considerables: se dedicó a las matemáticas, la física y la astronomía sirviendo por ejemplo de traductora de obras de Laplace al inglés; y no sólo las tradujo, sino que las hizo más legibles y las convirtió en libros muy vendidos en la época junto a otros libros de divulgación y de texto escritos por ella que se usaron durante décadas.

Además mantuvo intensa correspondencia con múltiples sabios de la época que admiraban su intelecto y su gentileza personal. Fue tutora de Ada Lovelace, estuvo en el grupo de astrónomos que predijeron la existencia de Neptuno a partir de las perturbaciones orbitales de Urano. La palabra ‘científico’ (en este caso científica) fue creada por William Whewell para designarla a ella; antes se usaba ‘hombre de ciencia’, cosa que en su caso era obviamente errónea.

Murió con 92 años de edad, con numerosos premios y aceptada en gran número de academias científicas de todo el mundo y habiendo sido la primera firma en la petición que John Stuart Mill elevó al Parlamento británico para pedir el derecho a voto de la mujer. Una vida plena, intensa y hoy, ay, poco conocida. 

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@Retiario estudió biología pero siempre quiso aprender y contar historias reales. En tiempos remotos fue paleontólogo, pero desde hace décadas es periodista y profesor de periodismo. Cree en la ciencia, la tecnología y el poder de la humanidad para cambiar las cosas para bien, si se aplica. Pasa la mayor parte de su tiempo en Internet y es un firme defensor de la pluma (y la red) frente a la espada.

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