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Los rectores acuerdan permitir los grados de tres años si son nuevos pero no acortar los ya existentes

Una de las huelgas de estudiantes contra los grados de 3 años.

Daniel Sánchez Caballero

Los rectores de las universidades españolas (públicas sobre todo) tratan de frenar la implantación de los grados de tres años que propugna el Gobierno. La CRUE (Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas) ha aprobado este miércoles prorrogar la moratoria que se pactó en febrero del año pasado para no implementar al menos hasta el curso 2017/2018 las carreras de tres años que permite la reforma aprobada por el exministro José Ignacio Wert.

La decisión se ha tomado con un amplio consenso (64 votos a favor, cinco abstenciones y dos en contra) y afecta solo a las carreras ya existentes en el catálogo, no a los nuevos títulos. Pero difícilmente supondrá un cierre de la polémica que se levantó desde el mismo día que el Gobierno aprobó la reforma y que le ha costado ya un par de huelgas. Algunas universidades —públicas y privadas— tienen clara su apuesta por los grados cortos con el objetivo de atraer estudiantes, en muchos casos internacionales. El acuerdo llega cuando al menos diez centros planean ofrecer una treintena de carreras de tres años el próximo curso.

La puerta a la confrontación se abrió cuando el Gobierno aprobó en enero del pasado año un decreto por el que permitía a las universidades ofrecer grados de tres años de duración más dos (optativos) de máster frente a los cuatro más uno actuales. La comunidad educativa en general no se tomó bien esta reforma, que implica un menor coste para quien solo curse un grado por ahorrarse un año de matrícula (también un título devaluado, por la misma razón), pero un encarecimiento para quien opte por realizar también el máster, dado que estos duplican su duración y son notablemente más caros que los cursos de los carreras.

Evitar duplicidades

La CRUE ahora pretende evitar con esta medida que el sistema universitario ofrezca el mismo título pero con diferente duración en distintas universidades de España. “Si fuera así, uno de los dos, el de tres o el de cuatro años, lo estaría haciendo mal”, ha explicado Segundo Píriz, presidente de los rectores.

La idea de la CRUE es no permitir que se ofrezcan grados de tres años cuando esta misma carrera ya exista en versión de cuatro cursos. Sí se permitirán nuevos grados de tres años. El criterio para diferenciar unos de otros es la lista de carreras existentes antes del espacio superior europeo de educación (Bolonia). Si el título propuesto ya existía, se descarta. Si no, se le dará el plácet. En caso de duda se estudiarán las asignaturas y detalles de la propuesta para decidir, según la CRUE.

Bajo este axioma, explicó Píriz, “la mayoría” (sin concretar) de la treintena de grados que esa decena de universidades pretende ofrecer ya existen y no podrían seguir adelante. La CRUE confía básicamente en la buena disposición de los rectores para echar atrás esos títulos.

Lo que no ha quedado muy claro tras la reunión es qué consecuencias tendría que alguna universidad —pensando en las que ya piensan ofrecer títulos cortos, privadas en su mayoría— decida saltarse unilateralmente la moratoria. Píriz ha rechazado entrar en detalles y ha insistido en que, más o menos explícitamente, todas las universidades se han comprometido a acatar la decisión, vinculante por primera vez en la historia de la conferencia de rectores. Ante la insistencia, Píriz ha acabado reconociendo que la única sanción posible es la expulsión de la universidad díscola de la CRUE.

Legalmente, la conferencia de rectores poco puede hacer tras la aprobación del decreto que permite a las universidades ofrecer grados de tres años o cuatro, según consideren.

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