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Benedicto XVI tuvo “un amor muy serio” que le hizo replantearse su celibato

Benedicto XVI regresa al Vaticano

Jesús Bastante

Fueron dos de los grandes defensores a ultranza del celibato obligatorio, llegando a considerarlo una “cuestión cerrada”. Y, sin embargo, los dos últimos papas conservadores, Juan Pablo II y Benedicto XVI, tuvieron “amistades especiales” con mujeres. La historia de Wojtyla es ya conocida: durante tres décadas, mantuvo una “intensa amistad” con Anna-Teresa Tymieniecka, filósofa estadounidense de origen polaco, casada y con tres hijos. La de Ratzinger, absolutamente desconocida hasta ahora.

Según relata su biógrafo, Peter Seewald, Joseph Ratzinger vivió en su juventud un amor “muy serio”. Ocurrió durante sus años en el seminario, y dicho episodio amoroso le llevó a “cuestionarse su opción por el celibato”, según asegura el escritor alemán. Seewald acaba de presentar Conversaciones finales, un nuevo libro-entrevista con el Papa emérito en el que, sin embargo, no figura esta relación.

“Sí, tuvo un amor durante sus estudios que fue muy serio”, explica Seewald, quien no aporta muchos datos acerca de si la relación fue más allá de lo platónico. Dicho amor “le causó mucho tormento”. Ocurrió “tras la Segunda Guerra Mundial, cuando por primera vez hubo chicas estudiantes. Él (Ratzinger) era realmente alguien muy elegante, un joven apuesto, un esteta que escribía poemas y leía a Hermann Hesse”.

Tal y como revela su biógrafo, uno de los compañeros de estudios de Ratzinger le explicó que el futuro Papa “impresionaba a las mujeres, y viceversa. Decidirse por el celibato no fue algo fácil para él”.

Las dudas de Ratzinger acerca de su propio celibato no fueron óbice para que, durante su etapa como prefecto para la Doctrina de la Fe en tiempos de Juan Pablo II y, posteriormente, como Papa, quisiera cerrar la cuestión del celibato obligatorio y la posibilidad de la existencia de curas casados, un tema que ya se abordó en el Concilio Vaticano II y que con Francisco también se ha tratado a lo largo de los dos recientes Sínodos de Obispos.

“Francisco es un hombre de la reforma práctica”

En el libro, Benedicto XVI saluda el trabajo de su sucesor, aunque reconoce que el nombramiento de Bergoglio le sorprendió. “Quizás hay nuevos acentos, naturalmente, pero no hay contradicciones”, asegura el Papa emérito, quien admite que “el gobierno práctico no es mi fuerte y esto es una debilidad”, aunque “no logro verme como un fracasado”.

El libro también aborda, como ya desveló eldiario.es, las razones por las que Benedicto XVI acabó renunciando, así como la existencia de un “lobby gay” en el Vaticano, o las presiones que periódicamente recibe de algunos sectores ultraconservadores para mostrarse en contra de las reformas de Francisco. Algo que el Papa emérito ya ha anunciado que no hará.

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