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The Guardian en español

Xi Jinping se convierte en el líder chino más poderoso desde Mao Zedong

El presidente de China, Xi Jinping, a su llegada en septiembre de 2016 a la ceremonia de apertura de la cumbe del G20 en Hangzhou, China.

Tom Phillips

Pekín —

Xi Jinping ha pasado a ser el líder más poderoso de China desde Mao Zedong, después de que se haya reformado la Constitución del Partido Comunista para ampliar el texto e incluir una línea de pensamiento político que lleva su nombre.

El partido adoptó esta medida simbólica en el último día del XIX Congreso del Partido, una cumbre que duró una semana en Pekín. En el encuentro, Xi había prometido conducir a la segunda economía del mundo hacia una “nueva era” de influencia y poder internacional.

El martes, durante la ceremonia de clausura celebrada en el Gran Salón del Pueblo de la era Mao [la sede de la Asamblea Popular Nacional], el partido anunció que los pensamientos de Xi en torno al tipo de socialismo adaptado a la idiosincrasia china que debía adoptarse en esta “nueva era” pasarían a formar parte de la Constitución.

“El congreso ha acordado por unanimidad que el pensamiento de Xi Jinping… debe ser [uno de] los textos que guíe la actuación del partido y de la Constitución”, indicaron.

En una breve intervención ante los más de 2.200 delegados del partido, Xi indicó: “Hoy, nosotros, más de 1.300 millones de ciudadanos chinos, tenemos una vida feliz y digna. Nuestra tierra irradia un enorme dinamismo. La civilización china brilla con esplendor y encanto”.

“Nuestro partido ha mostrado un liderazgo sólido, firme y vibrante. Nuestro sistema socialista demuestra una gran fortaleza y vitalidad. El pueblo chino y nuestra nación tienen un brillante porvenir”, afirmó Xi.

¿Qué significa este cambio?

Algunos consideran que la histórica decisión de consagrar las ideas de Xi es una muestra clara de que permanecerá en el poder cuando termine su segundo mandato en 2022, un mandato de cinco años que teóricamente debía ser su último.

Su intención de seguir se hace más evidente después de la presentación de Xi este miércoles de los miembros del nuevo consejo de gobierno, el Comité Político del Partido Comunista Chino. Este ha sido un acto político teatral preparado hasta el último detalle y marca el inicio de su segundo mandato.

El nuevo comité, integrado por seis hombres, no incluye a un sucesor obvio, lo que indica que Xi tiene intención de permanecer en el poder hasta 2027 y, posiblemente, más tiempo. Ninguno de los nuevos miembros, de entre 60 y 67 años, es lo suficientemente joven como para sustituir en el poder a Xi tras el final de su segundo mandato, en 2022.

Desde que se fundó el Partido Comunista de China en 1921, solo un líder, Mao, había recibido la distinción en vida de tener un pensamiento con su nombre en la Carta Magna. En el caso de Mao, con una filosofía política que pasó a llamarse “el pensamiento de Mao Zedong”.

Deng Xiaoping, que diseñó el proceso de apertura económica del país, cuenta con una línea de pensamiento político con su nombre en la Constitución del Partido, pero no fue incluida hasta 1997 después de su muerte.

Bill Bishop, el editor del boletín sobre política china Sinocism indica que la inclusión de una línea de pensamiento con el nombre de Xi Jinping confirma que el líder tiene un poder y un prestigio insólitos. “Significa que Xi es intocable. Si lo cuestionas, estás cuestionando al partido y no quieres tener al partido en contra”.

Jude Blanchette, experto en política china del grupo de investigación The Conference Board, con sede en Nueva York, afirma que “se trata de amasar poder, credibilidad, legitimidad y autoridad dentro del sistema para poder impulsar las acciones que considera mejores para el país”.

“Si estás en la cima y por encima del partido, será difícil que alguien que esté por debajo pueda decidir que no quiere cumplir tus órdenes”.

En un escrito en Financial Times, el exprimer ministro de Australia, Kevin Rudd, ha indicado que toda esta fanfarria alrededor del líder de China deja entrever que Xi, que asumió el poder en 2012 y que se esperaba que renunciara en 2022, seguirá gobernando durante la próxima década. “Hace cinco años predije que Xi sería el líder más poderoso de China desde Deng Xiaoping. Me equivoqué. Se ha convertido en el líder más poderoso desde Mao Zedong”, ha afirmado.

¿Una jugada dictatorial?

Susan Shirk, responsable del Centro China Siglo XXI de la Universidad de California, en San Diego, cuestiona que Xi sea una figura política de la misma importancia que el todopoderoso Mao.

“Obviamente, tiene un estilo diferente y ha intimidado a la gente con su campaña en contra de la corrupción”. Shirk cree que es pronto para afirmar que Xi intenta llevar a cabo una “verdadera jugada dictatorial” y se reserva la opinión hasta el miércoles, cuando se darán a conocer los nombres de los miembros del consejo de gobierno de China.

Si Xi permanece en el poder más allá de 2022, sería el primer líder que lo hace desde Deng Xiaoping. Conforme a normas no escritas del partido en la década de los noventa, con el objetivo de garantizar transiciones ordenadas, el secretario general del partido no debería permanecer en el cargo más de diez años.

“Resulta muy difícil imaginar que Xi Jinping se quiera retirar dentro de cinco años”, reconoce Blanchette. Desde el inicio del Congreso del partido, Xi ha recibido numerosas alabanzas.

Chen Quanguo, responsable del partido en Xinjiang, elogió las enseñanzas de su líder e indicó que eran “intelectualmente incisivas, visionarias y magníficas”. Por su parte, el responsable del partido en la provincia de Jilin, Bayanqolu, todavía fue más lejos. “El secretario general Xi Jinping es el timonel del partido”, una expresión que se utilizaba mucho para alabar a Mao.

Blanchette señala que estas expresiones de lealtad “son una muestra sorprendente de la singularidad del partido bajo el liderazgo de Xi”.

También indicó que “no nos encontramos en el punto, como sí ocurrió durante la Revolución Cultural de Mao Zedong, en que todo lo que toca el líder se convierte en sagrado. Sí estamos ante una nueva forma de hacer política, una que se inspira en la era Mao”.

La razón del poder de Mao

Bishop indica que son dos los factores que explican por qué Xi se ha convertido en una de las figuras políticas más poderosas de la historia moderna de China. Una tiene que ver con la ambición personal de Xi, de 64 años. “Xi es como un Maquiavelo chino”. Miembro de una familia revolucionaria, creció escuchando relatos sobre las legendarias tácticas políticas de Mao. “Esto tuvo un impacto en su forma de ser”, indica Bishop.

Sin embargo, su ascenso también es el reflejo de un consenso más amplio dentro del partido en torno a la idea de que se necesitaba una figura política fuerte para evitar un colapso parecido al de la Unión Soviética.

Bishop cree que en 2012, justo cuando Xi estaba a punto de convertirse en el secretario general del Partido, las élites políticas del país tenían la sensación de que “si Xi no ponía orden, el país iba a desmoronarse y esto supondría el fin del Partido Comunista”. En aquel momento era frecuente la afirmación: “Xi es nuestra última esperanza”.

El martes, Xi no dudó en autoproclamarse líder de la misión “sagrada” de devolver a China el lugar que le corresponde en el mundo. “Vivir en una era tan fabulosa como la actual nos llena de orgullo y de confianza y también nos hace sentir el peso de la responsabilidad que cae sobre nosotros”, indicó. “Debemos tener la valentía y la determinación necesarias para seguir construyendo a partir de los logros conseguidos por distintas generaciones de comunistas chinos, conseguir nuevos logros acordes con esta gran época y avanzar hacia un futuro prometedor”.

En un editorial triunfalista publicado poco después del discurso de clausura de Xi, la agencia de noticias oficial del partido, Xinhua, indicó que la incorporación del Pensamiento Xi en la Constitución refleja que China desempeña un papel “como no lo ha tenido nunca antes”.

“China está lista para recuperar el poder y ascender hasta la cima del mundo”, afirmó. “Aquellos que esperan que China se desmorone estarán decepcionados. Criticar o cuestionar la legitimidad de nuestra forma de hacer no sirve de nada. Es hora de que comprendan nuestras políticas porque parece que seguirán triunfando”.

En el exterior del Gran Salón del Pueblo, los delegados y el público aprobaron que se reforzara la figura de Xi. “Es muy emocionante. Necesitamos un nuevo guía para una nueva era”, afirmó Li Wanjun, un delegado de la provincia de Jilin.

Lin Xingyuan, experto en Tecnología de Información de 35 años, hacía cola para poder entrar en la Plaza Tiananmén y tenía la misma opinión. “Es muy alentador”, pudo decir antes de que un miembro de la Policía Armada Popular de China indicara que estaba prohibido hacer entrevistas.

Información adicional de Wang Zhen

Traducido por Emma Reverter

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