Ataúdes con forma de barco en el desierto: un estudio esclarece las misteriosas prácticas funerarias de la cultura Xiaohe

Si hay un rasgo característico de la cultura Xiaohe de la Edad de Bronce (1950-1400 a. C.) son sus prácticas funerarias únicas y su excepcional conservación orgánica, en gran parte debido a su ubicación en un entorno hiperárido. Hasta la fecha, los arqueólogos habían identificado enterramientos con ataúdes con forma de barco, restos de ganado y lápidas con forma de remos y postes de amarre. Sin embargo, no habían conseguido explicar el significado de esta disposición.

Ahora, un estudio encabezado por Gino Caspari ofrece nuevos datos que explicarían estas prácticas funerarias que sugieren “una profunda conexión cultural con el agua, tanto como recurso vital como metáfora del viaje al más allá”. El doble significado de este recurso natural “resalta su papel central en la cosmovisión de la comunidad, vinculando los reinos físico y espiritual”.

“La inversión de los ataúdes con forma de barco y el uso de postes y remos en las tumbas reflejan una narrativa simbólica donde la muerte se percibe como una transición similar a un viaje a través de un cuerpo de agua metafórico donde el mundo de los muertos es un reflejo del mundo de los vivos”, escribe el autor en sus conclusiones.

Las misteriosas prácticas funerarias de los Xiaohe

El yacimiento de Xiaohe fue descubierto a principios del siglo XX y excavado por el arqueólogo sueco Folke Bergman en 1934. Esta comunidad se asentaba en la cuenca del Tarim, en la actual Xinjian (China). Dependía en gran medida de la agricultura y el pastoreo. Concretamente, el ganado desempeñaba un papel central en sus vidas, como lo demuestra el uso de pieles de ganado para cubrir ataúdes, la inclusión de cráneos bovinos pintados en entierros y el uso de corazones y orejas de ganado en ajuares funerarios.

De hecho, se han identificado tres tipos de entierros en los ríos y oasis de la cuenca del Tarim. El primero, el más abundante y el que se centró la investigación, se caracteriza por entierros con ataúdes colocados en fosas excavadas en la arena. Estos suelen ser estrechos y rectos, con una forma más curva. La cabeza del ataúd “suele tener un poste erecto”.

Las bases planas serían ideales para navegar por las zonas de agua poco profundas de la cuenca del Tarim. Las pieles de ganado podrían haber sido utilizadas para impermeabilizar las canoas metafóricas. Respecto a los postes, se ha observado que postes fálicos a veces acompañaban ataúdes de mujeres, mientras que postes con forma de vulva a veces acompañaban a los de hombres.

Caspari propone una hipótesis alternativa sobre la función y el simbolismo de los postes, basada en el entorno y las prácticas funerarias de Xiaohe. Es posible que estos postes representen remos y postes de amarre destinados a guiar y anclar al difunto en el más allá. Su apariencia invertida, a su vez, puede representar ideas sobre una vida después de la muerte reflejada, similar a las que se ven en la Edad de Bronce escandinava.

Al margen de estos nuevos hallazgos sobre la motivación de algunas prácticas funerarias, el análisis viene a confirmar una idea conocida. “El ritual funerario es completamente diferente al de las culturas circundantes, y eso forma parte de la fascinación de esta cultura”, cierra Caspari.