Los elefantes, las jirafas y otros megaherbívoros tienen un problema para encontrar sal
No la encuentran en las cantidades necesarias ni en las zonas protegidas por donde se mueven. Es la problemática a la que se enfrentan elefantes, jirafas y otros megaherbívoros que se afanan en la búsqueda de sodio, fundamental para mantener su metabolismo en buen estado, según los resultados de una nueva investigación liderada por la Universidad de Zúrich (UZH).
El estudio, publicado en la revista Nature Ecology & Evolution, advierte de que esta escasez de sodio obliga a los animales a recorrer grandes distancias en su búsqueda y puede afectar los esfuerzos de conservación de estos grandes ejemplares.
La sal como el comer
Los herbívoros requieren una ingesta constante de sodio para mantener su metabolismo en buen estado, recuerdan los investigadores. En el caso de los animales de granja, ese suministro está garantizado. Sin embargo, los animales salvajes necesitan encontrar las cantidades suficientes en sus hábitats. Y eso no siempre es posible.
“La disponibilidad de sodio en las plantas varía mil veces en el África subsahariana”, afirma Marcus Clauss, codirector del Hospital Universitario de Animales de la UZH y coautor del estudio. Esto hace que, directamente, en algunas zonas no puedan obtener la “suficiente sal a través de sus alimentos”.
La diferencia por zonas es relevante, lo que también explica la selección de hábitats. “En Kenia, por ejemplo, los elefantes entran en cuevas para alcanzar rocas ricas en sodio, mientras que en el Congo excavan en busca de sal en los lechos de los ríos. Y este comportamiento no se limita a los elefantes. Los gorilas se pelean por alimentos especialmente salados, y los rinocerontes, ñus y cebras suelen congregarse en las salinas del desierto de Kalahari”, añade el primer autor, Andrew Abraham, de la Universidad del Norte de Arizona.
Los investigadores sospechan que la deficiencia de sodio en África Occidental explica, en cierta medida, las bajas cifras de megaherbívoros observadas, probablemente en combinación con otros factores como la caza excesiva o la baja fertilidad del suelo.
A mayor tamaño, mayor necesidad
Además de esa escasez por zonas, los autores recuerdan que no todos los herbívoros se ven igualmente afectados. Los investigadores descubrieron que la escasez de sodio es particularmente común entre las especies de mayor tamaño como los elefantes, las jirafas o los rinocerontes, también conocidos como megaherbívoros. Por tanto: a mayor tamaño corporal, más necesaria es la ingesta y más complicada es su situación.
El panorama es complejo, sostienen. La falta de sodio les obliga a grandes desplazamientos y eso tiene otras consecuencias. “Dado que muchas áreas protegidas se encuentran en regiones con bajos niveles de sodio, los animales que recorren largas distancias en busca de sal podrían entrar en conflicto con los humanos con mayor frecuencia en el futuro”, remata Clauss.
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