La estación de esquí de Navacerrada disfruta su quinta temporada con licencia caducada
Un miniAlgarrobico en la nieve. La estación de esquí de Puerto de Navacerrada se dispone a disfrutar de su quinta temporada extra después de que el dueño del suelo en el que se asienta, el Organismo Parques Nacionales, comunicara que, una vez vencida la autorización, quería recuperar ambientalmente ese monte que está pegado al parque nacional de la Sierra de Guadarrama.
Desde que el Ministerio de Transición Ecológica comunicara que, tras caducar la concesión de 25 años para el esquí, su proyecto para la zona pasaba por el desmantelamiento de las instalaciones y la restauración natural, la empresa que gestiona la estación ha conseguido ya –a base de recursos judiciales apoyados por el Gobierno de Castilla y León– 252 días extras de funcionamiento en las cuatro temporadas acumuladas, según las cuentas del portal especializado Infonieve.
No ha bastado con que la propietaria del suelo decidiera no cederlo más para esa actividad. Ni que los magistrados del Tribunal Superior de Justicia hayan ordenado que se desmantele la infraestructura. La Junta de Castilla y León gobernada por el PP primero se lavó las manos al afirmar que no tenía competencias para ordenar la caducidad de la ocupación del monte. Y cuando los tribunales le han dicho que no solo es competente sino que debe hacerlo, ha recurrido al Supremo.
“Es un desastre porque se ha convertido en una batalla política con unas administraciones que se han declarado insumisas”, reflexiona el ambientalista y miembro del Patronato del Parque Natural Sierra Norte de Guadarrama, Julio Vías. “En la vertiente de Castilla y León, la estación no tiene ningún futuro tras la sentencia del Tribunal Superior de Justicia y en la Comunidad de Madrid todos con los que hablo admiten sotto voce que la estación no va a ningún lado, pero, públicamente, se sostiene como un dogma que hay que mantenerla”.
Todo este proceso administrativo y judicial ha servido, además, para que la justicia mantenga de forma cautelar la concesión de captación de agua para que los cañones de la estación de esquí puedan fabricar nieve porque con lo que cae del cielo ya no da para mantener el negocio.
El resultado es que la empresa tendrá otro invierno más para seguir explotando un monte de uso público cuyo propietario planeaba restaurar tras ser “altamente transformada por la actividad humana”, como reconoce el Plan de Ordenación de Recursos del Parque Natural.
Y eso que el mismo Gobierno de Castilla y León admitió en 2005 que los telesillas de Navacerrada eran algo que debería dejar de existir al incluir en sus Directrices de Ordenación de Ámbito Subregional de Segovia y Entorno que “las instalaciones existentes para el transporte de esquiadores no deberán ser ampliadas, siendo un objetivo a largo plazo su levantamiento”.
Las actuaciones de la Junta han ido en la dirección contraria a lo recogido en aquel decreto de hace 20 años.
“Es preocupante que la Junta haya recurrido la sentencia como si se estuviera en una lucha política en lugar de cumplir con la ley y con su obligación de gestionar el medio ambiente para todos los ciudadanos y no para una empresa privada”, cuenta el coordinador de Ecologistas en Acción en Madrid, Jesús Bartolomé.
La lucha política a la que hacen referencia Vías y Bartolomé tiene a la cabeza a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, quien se interesó por la estación de Navacerrada cuando el Ejecutivo de Pedro Sánchez anunció que pretendía recuperar el monte ambientalmente.
En su confrontación total con el Gobierno, Díaz Ayuso ha vuelto a ceder el uso del suelo donde se asienta la parte madrileña de la estación por 25 años y un alquiler rebajado un 65% a la misma empresa que gestiona la zona segoviana. La misma sociedad que ha considerado “inviable” el negocio si no dispone de las pistas. “Supondría el cierre de la estación”, ha afirmado.
“Nuestra idea es que se cierre la estación, no solo por motivos climáticos, sino por el impacto ambiental que acarrea a lo que sería el corazón del parque nacional si no fuera porque es estación de esquí”, explica Bartolomé. “Y que se hiciera una renaturalización como la del puerto de Cotos [impulsada por Alberto Ruiz-Gallardón (PP) cuando era presidente de la Comunidad de Madrid] que ha demostrado que recuperó las zonas de altas montaña al tiempo que la actividad económica se ha mantenido”.
Mientras, uno nuevo actor ha surgido este último verano en las montañas. Una “plataforma ciudadana” denominada Navacerrada 365 que, para que el negocio funcione todo el año, pide que en ese monte se construya una pista cubierta de nieve artificial de 30.000 m³ y 360 metros de longitud, además de montar recorridos de esquí de fondo sobre “superficie sintética”, es decir, forrar la montaña de hierba artificial para los esquiadores. También piden hacer más aparcamientos y más accesos al tráfico para, dicen, “facilitar el tránsito de visitantes”.
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