Íñigo Mas, el periodista cercano

Íñigo Mas, la voz que puso sentido a la información de Almería en los años 90 desde los micrófonos de la Cadena Ser, ha muerto. El periodista, que narró historias de la provincia para El País, se ha ido para siempre. El profesional, que describía una revuelta de pescadores o agricultores con la misma precisión que se enfrentaba a los detalles y pasiones de un partido de fútbol, ha desaparecido.

La fuerza de Iñigo Mas se ha agotado. El cáncer ha apagado su voz. El olvido profesional al que fue condenado, tras perder su empleo estable, golpeó su universo. La pérdida de su espacio desarmó su bienestar y su suerte vital cambió. Desapariciones en su entorno familiar resquebrajaron su gran corazón. La tristeza inundó su vida con la muerte de su madre. Durante años se ha sentido muy solo. Ha intentado resurgir pero nunca encontró un cobijo laboral de confianza. Intento reinventarse para regresar a su pasión: contar historias.

La oscuridad del túnel por el que deambulaba nunca truncó su capacidad para ilusionarse: volver a trabajar en radio, publicar una revista digital sobre los territorios del cine en la provincia…

La universidad de la calle

Íñigo Mas deja una huella amarga, propia de una muerte inesperada. Era un cómplice perfecto para sus amigos. Era fiel a su corazón. Se definía en redes sociales como un periodista de vocación titulado en la universidad de la calle. Su carácter cercano le daba acceso a personajes distintos que nutrían sus crónicas con detalles para otros inalcanzables.

La aventura profesional de Íñigo Mas, natural de Bilbao pero afincado y apasionado de Almería, arrancó en la radio con 'La calle del ritmo' y con la revista 'Almeríocio' allá por 1985. Y de ahí a su paso por la Crónica, Canal 28, Ejido TV y sus colaboraciones para eldiario.es en Andalucía.

La muerte ha impedido que los oyentes volvieran a disfrutar de la poderosa y convincente voz del periodista cercano. Íñigo Mas soñaba con su regreso a los medios, sobre todo a la radio. Un regreso que esperaba para el inicio de 2020. Y, por encima de todo, quería dejar atrás las tristezas del pasado. Su amigo Antonio Castañeda ha declarado que Íñigo “era un tío fenómeno, un buen amigo de verdad; pero lo estaba pasando fatal, después de tener muy mala suerte en la vida”.