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Voluntarios para la “reforestación ciudadana” de la Sierra de Gádor: “La naturaleza hay que cuidarla entre todos”

Momento de reparto de las especies a replantar en la Sierra de Gádor

Miguel Ángel Santiago

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Enero del año 2021. Con todas las restriccione, en plena pandemia del coronavirus, un grupo de excursionistas decidieron ir al paraje de Castala ubicado en el municipio almeriense de Berja. En ese lugar hay espacios recreativos y está habilitado con merenderos donde hay mesas y banquetas de madera con sus barbacoas de piedra. Este grupo de excursionistas creyeron oportuno hacer fuego para cocinar fuera del periurbano, concretamente en mitad de un barranco rodeado por ramas secas y piñones. Esta negligencia le costó al paraje unas 600 hectáreas calcinadas, que ardió durante casi cinco días. Los vecinos de Berja veían cómo la Sierra de Gádor que da cobijo al municipio en su flanco norte se convertía en cenizas ante los esfuerzos del Infoca por sofocar las llamas.

Un año después de aquel infierno, Castala rebrotaba desde sus cenizas con cientos de pinos de forma natural que apenas superaban los veinte centímetros del suelo. El Ayuntamiento de Berja (PP) y la Universidad de Almería unieron fuerzas y lanzaron el proyecto ‘Regenera Berja’, organizando jornadas de reforestación ciudadana, con una aportación conjunta de 25.000 euros para la actividad. En la que asiste elDiario.es Andalucía es ya la quinta.

Son las 10.30 de la mañana de un sábado y el grupo de voluntarios, aproximadamente cincuenta personas, quedan en el Mirador de Castala. Todos ellos previamente se han tenido que inscribir en la web del Ayuntamiento a través de un formulario para que te dejen pasar sin tener que pagar los dos euros que cuesta el acceso al parking. Van llegando cada uno con sus propias herramientas, como azadillas para realizar los agujeros, y una botella de agua para poder regar el árbol tras su plantación. Tal y como se indicaba en la convocatoria de esta jornada. Llama la atención la variedad de edades de las personas que acuden a esta actividad. Hay quienes han venido con sus perros para que, mientras estén plantando, “troten por el campo”. También se han acercado muchas familias con niños de entre 4 y 12 años. “Queremos inculcarles que a la naturaleza hay que cuidarla entre todos los ciudadanos, que no es cosa solo de la Administración”, comenta a este diario un padre mientras sus dos hijos pequeños juegan a ser jardineros.

La horda de voluntarios se mueve. Van en caravana subiendo una cuesta empedrada que parece que no tiene fin. Llegan a una explanada donde está desplegado todo el dispositivo de los organizadores. Ahí están algunos miembros del consistorio como José Carlos Lupión, alcalde de Berja, Beatriz Rodríguez, concejala de Salud, Consumo y Familia, y David Méndez, técnico de medioambiente. En el suelo se pueden ver que están las bandejas con todos los ejemplares vegetales con las que se quiere ayudar a la reforestación del Paraje de Castala. Especies como acebuche, morera, almez, álamo blanco, algarrobo, serbal, madroño, coscoja, encina y pino piñonero intentarán devolver al paraje el esplendor perdido por el fuego.

El trabajo “está dando sus frutos”

El grupo se coloca en círculo con todos atentos y expectantes a las instrucciones y Lupión les da la bienvenida: “Os agradezco que hayáis venido y me encanta ver que los niños también se implican porque la agenda verde ha venido para quedarse, ellos son el futuro”. El primer edil añade que el trabajo realizado en las anteriores jornadas ya “va dando sus frutos” por lo que “ya se ve una recuperación de la vegetación y de los suelos dañados”. Por su parte, la concejala valora positivamente apelando a la “inquietud de luchar por el medioambiente y nuestra sierra”.

Acto seguido, el técnico ha dado una serie de indicaciones de cómo trasplantar la planta, recomendando que los árboles tienen que estar separados unos dos metros unos de otros. “No debemos separarnos mucho de los senderos por el riesgo de caída en pozos mineros,así que plantaremos a ambos lados del camino”, advierte del peligro. También, con mapa en mano, ha informado en qué zona sería más conveniente ubicar cada especie para su plantación. Otra de las recomendaciones es que se debe buscar una zona adecuada antes de abrir el hoyo: orientación de la pendiente al Norte o al Este, que no sea muy pedregosa, y que el pinar deje entrar algo de luz. “Es mejor plantar cinco bien que diez de mala manera”, reflexiona.

La técnica para plantar, según explica David Méndez, es “hacer un hoyo con la profundidad suficiente para enterrar completo el cepellón de raíces de las plantas”. La anchura del hoyo será similar a su profundidad, o un poco más. Una vez colocada la planta, que debe quedar recta, “le echaremos encima parte de la tierra que hemos retirado y la apisonaremos un poco”. Con el resto se hace una especie de alcorque o poza para que recoja el agua de lluvia. “Colocaremos el protector con sus dos cañas de bambú para que no se lo coman las cabras montesas, de forma que el plástico quede separado de la planta” recomienda el técnico antes los ojos atentos de los voluntarios, ansiosos por empezar.

Voluntarios de todas partes

Después de las explicaciones cada quien va cogiendo una bandeja de plantas con el protector de plástico azul y las cañitas de bambú. Suben monte arriba. Beni, un joven virgitano que ha admirado Castala desde que era pequeño, relata a elDiario.es Andalucía que es “una persona muy empática con la naturaleza” y considera que “el ser humano no es el dueño del planeta, sino que estamos todos en él”. “Me puse bastante triste cuando ocurrió el incendio solo por pensar en el sufrimiento de los animales y la vegetación que habitan en el paraje”, confiesa el joven. Es por eso que participar en esta jornada le ha motivado “el sentimiento de poder paliar lo antes posible el daño del incendio y revivir la Sierra de Gádor”. Asimismo, se alegra de “la gran acogida porque no solo ha venido gente del pueblo, sino de muchos puntos del poniente almeriense”.

De hecho, entre los voluntarios también está David que es del municipio granadino de Motril. No le ha importado desplazarse 75 kilómetros hasta Castala “con tal de aportar nuestro granito de arena con la naturaleza”. Con él va un grupo de 12 personas, todos ellos trabajadores en Biobest, una empresa especialista en el manejo integrado de plagas, control biológico y polinización. Cuenta que la empresa llevaba tratando de organizar una jornada como ésta con David Méndez, el técnico de medioambiente en el Ayuntamiento de Berja, desde que ocurrió el incendio “y al final lo hemos conseguido”.

Financiación para la investigación en Berja

La directora del Centro de Investigación de Colecciones Científicas de la Universidad de Almería (Cecoual) y coordinadora del proyecto ‘Regenera Berja’, Esther Giménez Luque, celebra la buena acogida de la reforestación: “Es muy bonito ver cómo los vecinos se vuelcan en su sierra”. Lamenta que el primer furor de los vecinos por querer ayudar en todo para la recuperación del paraje se ha ido desvaneciendo: “Con el paso del tiempo se les está olvidando”. “Creo que la labor de investigación y también de educación, divulgación, transferencia y conocimiento es muy importante y por eso también han colaborado con nosotros muchos alumnos de Formación Profesional de Grado Superior Gestión Forestal y del Medio Natural”.

La directora de Cecoual informa a este medio que el proyecto de investigación está en la fase de análisis de datos que llevan recogiendo durante todo el año. “Pero nos quedamos sin financiación para seguir trabajando, así que de momento tenemos que seguir hablando con el Ayuntamiento de Berja para saber si quieren continuar”, matiza.

Por su parte, la delegada territorial de Desarrollo Sostenible, Raquel Espín, asegura que “las actuaciones que se están llevando a cabo por Universidad de Almería y el Ayuntamiento de Berja en colaboración con el Gobierno Andaluz son fundamentales para la educación ambiental y en la formación de voluntarios para cuidar nuestro patrimonio natural”. Además, Espín afirma que han participado en “la planificación de las repoblaciones desarrolladas hasta el momento, en el seguimiento de la evolución de la zona con nuestros técnicos y en las distintas jornadas de sensibilización ambiental que hemos realizado”.

La jornada ya va terminando y muchos optan por aprovechar el día para quedarse a comer en las instalaciones del Parque Periurbano de Castala y otros por recoger todo e ir a por sus coches estacionados en el parking. Los perros y los niños ya van cansados de tanto “trote por el campo” y manchados de tierra. Los adultos, por su parte, van descendiendo la cuesta empedrada con una sonrisa dibujada en sus caras satisfechos con el trabajo bien hecho. “Es reconfortante hacer este tipo de cosas y también muy lúdico para los críos”, medita Lidia de El Ejido que también había venido con sus tres hijos.

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