Fopiani, autor de 'El corazón de los ahogados': “Cuando uno ve una patera volcada, siente la necesidad de salvar vidas”
Una novela de misterio escrita por un gaditano. Una historia de suspense ideada por un sargento de Infantería de Marina. Daniel Fopiani (Cádiz, 1990) ya es una realidad en el mundo editorial y su tercera novela es El corazón de los ahogados, publicada a primeros de febrero por Espasa y que está teniendo una gran aceptación. La acción se desarrolla en la isla de Alborán, donde se desata una oleada de crímenes que deben ser esclarecidos por Julia Cervantes, una militar que se juega la vida en ello. Pero la historia cuenta con una segunda línea argumental relacionada con la emigración africana a Europa.
La novela es un homenaje a Agatha Christie y está salpicada de elementos narrativos que buscan enganchar al lector en una atmósfera tenebrosa. Pero no solo hay una trama de intriga, ya que también ofrece una perspectiva interesante acerca del mundo militar. El conocimiento profesional de Daniel Fopiani se pone de manifiesto en todas las escenas en las que aparecen militares.
Fopiani, que ya había publicado anteriormente La carcoma y La melodía de la oscuridad, se siente un afortunado por compaginar la pasión que siente por su profesión y por una afición que comenzó hace muchos años.
¿Es 'El corazón de los ahogados' su obra más madura?
Sí. Voy cumpliendo años, voy ganando en experiencia, voy leyendo más y aprendiendo más sobre la literatura. Esta novela es la más personal porque hablo de mi trabajo y es la que está mejor escrita cuando hablamos del tema narrativo.
¿Hay alguna relación con sus novelas anteriores?
En cuanto a trama y personajes no hay ninguna vinculación. El género es el mismo y nos vamos a una temática como es la inmigración ilegal. Ahí es donde traslado la experiencia que he podido adquirir a lo largo de todos estos años como jefe de los equipos operativos de seguridad de la Armada. Vamos a tener una trama donde se van a desarrollar los homicidios, la acción, misterio y suspense que va a invitar a seguir leyendo. Y por otro lado vamos a tener una subtrama de una pareja de emigrantes que se tira al mar para buscar una vida mejor o mejores oportunidades para el hijo que esperan.
Hago un guiño a esto, la protagonista de la novela se llama Julia Cervantes. Todo el mundo sabe que Cervantes fue un escritor que representó a nuestra nación, pero no todos saben que fue Infante de Marina
Sin embargo, el título parece evocar a la segunda línea argumental.
Es cierto. Lo pude hacer de una manera inconsciente. De alguna manera quise jugar con la metáfora de que las mareas de los océanos están formadas por un corazón gigante, que son los corazones de todos aquellos que han perdido la vida o han desaparecido en el mar por la inmigración. Me parecía un título bastante literario, bastante sugerente y a la gente le está gustando mucho.
¿Es algo insólito que un militar se abra camino en la literatura?
Es raro, llama mucho la atención. Pero haciendo un guiño a esto, la protagonista de la novela se llama Julia Cervantes. Todo el mundo sabe que Cervantes fue un escritor que representó a nuestra nación, pero no todos saben que fue Infante de Marina. Y de ahí ese guiño con El corazón de los ahogados.
¿Son palabras mayores relacionar su obra con el estilo de Agatha Christie?
El estilo narrativo no tiene nada que ver con Agatha Christie. Es más actual, visual y directo. La relación de esta novela con Agatha Christie es la siguiente: cuando piso por primera vez la isla de Alborán fue en 2009. Mide 700 metros de largo, es minúscula y estamos 11 militares encerrados durante tres semanas. Yo ya era lector y se me hizo inevitable relacionar esa isla española, que pocos conocen, con la Isla del Negro de Agatha Christie en los Diez negritos. Me dije que si algún día me atrevía a escribir sobre esta isla tenía que hacerlo en relación a la novela de ella. Pero si a la vez quería brindar un homenaje a una de mis autoras favoritas de la juventud, yo también era consciente de que debía depurar mi narrativa, tener más confianza para hacerle un homenaje a una de las autoras más reconocidas en Europa. Once años después ha llegado el momento.
¿Qué tiene de especial la isla de Alborán?
La isla es una pasada. Tiene un cementerio con tres tumbas y una gruta subterránea que la atraviesa de punta a punta y que se puede navegar cuando hace buena mar y se atraviesa la isla al completo por debajo. Además del edificio del faro. Todo ello en consonancia con la biodiversidad de la zona, que está protegida por Naciones Unidas por haber especies en extinción que sólo están en Alborán. Mezclado con las rachas de vientos tan violentas, crea un ambiente de encierro y de claustrofobia que luego se ve reflejado. Hay un término que existe, aunque no lo uso en mi novela, que se llama alboranitis, que es una sensación de pena o de soledad que provoca esa isla. He intentado trasladarlo al libro.
En la novela tiene una gran importancia la historia de Doudou y su mujer Nayah, que viajan a Europa. ¿Qué papel tiene la Armada en el asunto de la migración?
Nuestro trabajo es trabajo de campo. Estamos navegando y recibimos avisos de ayuda por parte de Salvamento Marítimo, que son realmente los responsables. Cuando necesitan ayuda de la Armada, vamos y una vez que uno está inmerso en la acción lo único que sientes es la necesidad de ayudar. Dan igual los prejuicios que se tengan o la opinión que se traiga de casa. Cuando uno ve una patera volcada y ve que hay 40 personas que no saben nadar y que están en el mar tratando de sobrevivir, uno lo que siente es la necesidad de salvar vidas. Ése es nuestro trabajo.
¿Queda implícita su opinión sobre esta problemática en una novela de ficción?
Evidentemente, en todas las novelas que he escrito se puede hacer un viaje dentro de mi cabeza y se me va a conocer más en profundidad. Es una novela de ficción, aunque muestro muchos componentes basados en la realidad. En algunos pasajes se ve mi manera de pensar y de cómo creo que debe funcionar el mundo. También se conocerá más mi parte militar, que nunca he mostrado públicamente.
Gran parte de poder hablar de muchas cosas me lo ha ofrecido la Armada porque he visitado muchos sitios a los que no habría ido por mi cuenta, como Irak, Kuwait, la India o Alborán
¿Puede sorprender al lector ese mundo?
Se ven muchos elementos que resultarán nuevos para todos aquellos lectores que no estén relacionados con el mundo militar. Incluso llamativos o raros.
Viajar tanto por su profesión le habrá venido muy bien a la hora de escribir.
Enriquece mucho. Gran parte de poder hablar de muchas cosas me lo ha ofrecido la Armada porque he visitado muchos sitios a los que no habría ido por mi cuenta, como Irak, Kuwait, la India o Alborán. Esta novela si no fuese militar nunca habría visto la luz. Cádiz es una maravilla, pero cuando sales y ves otras culturas te das cuenta de que hay otras maneras de vivir y de entender la vida. Eso enriquece la posibilidad de pensar en otras cosas.
La protagonista es la sargento Julia Cervantes. ¿Aprovecha para hablar de la igualdad de la mujer en la Armada?
Entré en la Armada con 18 años y desde que soy militar he visto una igualdad plena. Vestimos un uniforme y somos todos iguales, no hay diferencia ninguna. La única es que hay un menor número de mujeres que hombres. Al ser así, me interesaba hacerle un homenaje a esas mujeres que han escogido un camino tan difícil en un cuerpo tan exigente como la infantería de Marina en lo físico y en lo mental. La Armada hace esfuerzos por que la conciliación siempre esté presente y eso es algo a lo que estoy agradecido por vivir en esta época profesional del ejército.
¿Es obligatorio ser un gran lector antes de lanzarse en el mundo de la creación literaria?
Yo no concibo que alguien pueda escribir un libro con una buena narrativa sin haber leído narrativa. Se pueden escribir textos, pero que sea literatura es muy diferente. Yo soy lector desde que tengo uso de razón. En casa de mis padres siempre había libros al alcance de la mano porque ellos eran lectores y eso es por lo que hoy en día soy escritor. Con 15 ó 16 años empecé a escribir mis primeros textos, que eran de principiante. Los presenté a algunos certámenes literarios de nivel bajo y esos primeros premios me fueron animando a seguir desarrollando la narrativa, a seguir en busca de mi propia voz.
¿Cómo está el nivel de autores gaditanos en la actualidad?
Hay muchos escritores en Cádiz y varios que son de género negro. Tengo amigos muy buenos como Benito Olmo y a lo largo de estos años de crecimiento me he cruzado con muchos que merecen la pena. El problema es que es muy complicado destacar en un mercado tan saturado de novedades y puedo considerarme muy afortunado. A Benito Olmo le van a hacer la película de su novela La maniobra de la tortuga, ambientada en Cádiz. Mis novelas también están ambientadas en Cádiz. El corazón de los ahogados está ambientada en Alborán, pero siempre dejo un hueco a Cádiz y en los últimos capítulos vamos a ver la plaza del Palillero y la calle Ancha. Siempre intento barrer para casa.
¿Le gustaría que alguna de sus obras se convirtieran en series de televisión o en películas?
Claro. Si yo pudiera formar parte de la producción de la película o de la serie me sentiría mucho más tranquilo porque irá encaminado a lo que yo quiero. Pero son dos formatos diferentes. Yo soy escritor y no sé cómo funciona el mundo audiovisual y de eso se encargan los profesionales. Me haría muy feliz ver cualquier novela convertida en película o en serie. Es un mundo difícil que espero que algún día me llegue.
Yo recuerdo muchas lecturas obligadas en bachiller que me daban títulos que no correspondían a mi edad. Eran clásicos que me aburrían a los 16 años, como La Celestina
¿Sabría decir dónde se encuentra el secreto del éxito de sus novelas?
Realmente no lo sé. Funcionan y ya está. Una de mis preocupaciones desde que empecé a gatear en el mundo editorial fue escribir novelas aptas para todo tipo de público y me refiero a lectores más o menos experimentados. Aquí vamos a encontrar una trama cargada de acción y de suspense que enganchará al que busque distraerse. Por otro lado, también me preocupa desarrollar la narrativa, hacer juegos literarios, romper las estructuras... En definitiva, crear elementos originales que llamen la atención de los que se fijan en la manera de narrar. Esa comunión de elementos crean un producto que funciona bien en el mercado.
¿Cómo considera que está el estado de salud de la literatura?
Es una realidad que se lee menos. Si comparamos el número de lectores y de venta con respecto a hace 30 años, está claro que antes se leía más. Hoy tenemos más opciones de ocio porque tenemos en el bolsillo un móvil que nos permite adquirir información en cualquier momento, tenemos Netflix, videojuegos... El libro casi se relega a la última opción. Cuando tengo la oportunidad de dar conferencias en los institutos hago hincapié en que es muy importante que en la educación sea prioritaria la lectura, pero no como algo obligatorio. Yo recuerdo muchas lecturas obligadas en bachiller que me daban títulos que no correspondían a mi edad. Eran clásicos que me aburrían a los 16 años, como La Celestina. Y ya estoy estropeando una buena lectura que me tendría que llegar con 35 ó 40 años. Y eso no es lo peor, es crear la sensación de que leer es aburrido.
¿Cambiará su estilo en la siguiente novela o no lo tiene decidido?
Aún no tengo claro del todo qué voy a escribir ahora. Soy un escritor que se toma su tiempo y ahora estoy inmerso en la promoción de esta novela y quiero ver cómo funciona a largo plazo para ver qué camino tomar. Es verdad que tengo borradores escritos para una siguiente novela, con personajes y escenarios diferentes, pero es pronto y todavía puedo borrarlo todo.
0