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La coalición Adelante Andalucía muta de marca electoral a partido político al año de su creación

Los dirigentes de Adelante Andalucía, con Pablo Pérez Ganfornina (Podemos) y Toni Valero (IU) a la cabeza.

Daniel Cela

Adelante Andalucía no es un partido político al uso, aunque se inscribió como coalición electoral en el registro de partidos del Ministerio de Interior para concurrir a las pasadas elecciones andaluzas del 2 de diciembre. La confluencia de Podemos, IU y otras agrupaciones andalucistas sin representación nació hace un año con vocación de asentarse como proyecto político a la izquierda del PSOE y alternativa de Gobierno. “Un nuevo sujeto político”, anunciaron entonces, midiendo las palabras para que la dirección estatal de Podemos no interpretara el proyecto de Teresa Rodríguez y Antonio Maíllo como un intento de escindirse de la marca morada.

El nombre de Adelante Andalucía apareció en junio de 2018 como una “plataforma digital”, que buscaba sumar el apoyo de 50.000 simpatizantes con la confluencia. Pablo Iglesias les acusó de estar creando un censo de inscritos paralelo y preparando una marca electoral propia para las autonómicas. Lo negaron. Dos meses después se presentó Adelante como marca y coalición electoral. Hubo primarias y zarandeos entre la dirección estatal y la regional, hasta que los andaluces le doblaron el pulso a sus superiores y lograron, por la vía de los hechos, lo que no habían conseguido negociando con Madrid ni votando en los Consejos Ciudadanos de Podemos: autonomía política y organizativa. Iglesias terminaría haciendo campaña por Adelante en las elecciones andaluzas del 2 de diciembre.

Justo un año después de la presentación oficial del logotipo y la marca de Adelante Andalucía, los responsables de la confluencia se han reunido en el mismo sitio -el parque de la Buhaira, en Sevilla- para anunciar que su proyecto necesita avanzar en la coordinación de sus integrantes, en el desarrollo de un programa de Gobierno y en la estrategia política, tanto en las instituciones como en las calles. “Si el germen de Adelante Andalucía fue una confluencia electoral de organizaciones políticas, ahora aspiramos a ampliar esa base con el objetivo de consolidar un movimiento social que actúe de palanca para transformar nuestra realidad”, reza el comunicado que la dirección hizo público este viernes. “Un movimiento social”. Es un eufemismo similar al que se usó hace 30 años cuando el Partido Comunista de Andalucía (PCA) se integró en el magma de IU: siguió ejerciendo como aparato orgánico, pero su marca desapareció de las papeletas electorales. También entonces hubo fricciones internas, con otro Iglesias en Madrid [Gerardo Iglesias, ex secretario general del PCE] y un vigoroso Julio Anguita en Andalucía.

17 diputados en el Parlamento

De los cinco partidos que formaron la confluencia original, quedan cuatro. Equo se retiró antes de las autonómicas, acusando a Rodríguez de imponer sus criterios y sus nombres y de orillarles de las listas electorales. Izquierda Andalucista y Primavera Andaluza se desmarcaron provisionalmente antes de las generales, en protesta porque la dirección de Adelante decidió no concurrir con su marca propia y hacer campaña por Unidas Podemos, “que carece de proyecto andaluz autónomo en el Congreso”.

Adelante Andalucía tiene dos niveles de realidad: en el primero funciona como un partido al uso, con un grupo parlamentario de 17 diputados, marcas municipales en un centenar de municipios, con 550 alcaldes y concejales, y una senadora por designación autonómica -Esperanza Gómez- que acaba de unirse a otros cinco senadores de otros partidos de izquierdas para formar grupo propio en la Cámara Alta y ocupar el vacío de Unidas Podemos (que se quedó sin representación en las últimas elecciones generales). La idea de esta suma de intereses era evitar caer en el Grupo Mixto, pero hay quien lo ha interpretado como una afrenta a Iglesias. Podemos no tiene voz propia en el Senado. Sin embargo, Adelante Andalucía y Más Madrid (el partido creado por Íñigo Errejón y Manuela Carmena para las municipales y autonómicas) sí estarán representados en este nuevo grupo que aglutina una sopa de siglas.

“No nos dejan decir que somos un partido, pero nos piden que trabajemos como un partido”, bromea un miembro de la dirección de Podemos, en referencia a Adelante Andalucía. “Ya no podemos concebir IU sin formar parte de Adelante Andalucía”, aclaró el nuevo coordinador regional de IU, Toni Valero, en una reciente entrevista con este periódico. En su lenguaje interno -lleno de perífrasis, metáforas y circunloquios- no se llaman partido político por las connotaciones volcánicas que esto supone para los más críticos con la confluencia: unos interpretarían que Teresa Rodríguez ha creado una formación propia que compite con el Podemos de Iglesias; otros dirían que Podemos ha terminado de fagocitar a IU, o que IU y Podemos han desaparecido de Andalucía, y su lugar lo ocupa un grupo personalísimo llamado Adelante.

Cada una de estas versiones tiene una parte de realidad y una parte de exageración. La realidad es que, hoy por hoy, Adelante Andalucía funciona como sujeto político autónomo, aunque no aparezca como partido en el registro del Ministerio. Sus integrantes, en tanto responsables regionales de Podemos e IU, mantienen vínculos orgánicos con la dirección estatal de Podemos y con la dirección federal de IU. Pero las discrepancias se dirimen con más libertad que antes, porque ni unos ni otros pueden acatar lo que diga Madrid sin someterlo primero al criterio conjunto de la confluencia. Es una fórmula que les permite ser independientes sin serlo formalmente. Y, por ahora, es una fórmula válida para ambas partes: ni Podemos Andalucía tiene intención de escindirse de Podemos, ni la dirección estatal ha amagado con ocupar un espacio político con su nombre en Andalucía, enfrentándose a la confluencia de Rodríguez [como ha ocurrido en Cataluña o Galicia, tras la combustión interna de las mareas].

Luego hay otro subnivel de Adelante Andalucía en el que Podemos e IU siguen funcionando de forma independiente el uno del otro. Hay un reparto de papeles dentro del grupo parlamentario de Adelante: a ratos trabajan de manera coordinada, y otras veces como un reino de taifas. La manera de hacer política de los diputados de Adelante que provienen de Podemos es significativamente distinta a la que desempeñan los de IU. Todos comparten que la confluencia debe ser un proyecto común, coordinado, una suma de fuerzas, pero no haber cumplido las expectativas electorales que se marcaron el 2 de diciembre ha reabierto las susceptibilidades entre algunos dirigentes de Podemos y otros de IU.

Con Teresa Rodríguez ausente, por permiso de maternidad, y Antonio Maíllo dimitido, la confluencia está ahora pilotada por otras personas, igual de implicadas en el proyecto, pero sin la cohesión personal y política que tenían Rodríguez y Maíllo. “Ángela Aguilera [la portavoz del grupo que sustituye a Rodríguez] no se fía de IU, habla de ellos como el pasado y nos recuerda que nosotros somos Podemos y ellos son IU”, dice un miembro del grupo morado, que admite su preocupación por “la pérdida de sintonía”. Aguilera comparte la portavocía en las sesiones de control al Gobierno con Inmaculada Nieto, de IU. Las dos provienen de Cádiz, las dos militaron juntas en IU hace muchos años. Aguilera fue parlamentaria de IU entre 1994 y 2000, luego abandonó la coalición de un portazo y se inscribió en Podemos. La misma transición que hizo Rodríguez, pero con muchos más recelos hacia sus ex compañeros y hacia el funcionamiento de IU.

Campaña y programa

En los próximos meses las direcciones de los partidos que conforman Adelante Andalucía “darán pasos para hacer avanzar nuestro proyecto a nivel organizativo y a nivel político”. El primer paso será lanzar una campaña conjunta después del verano con un programa alternativo al Gobierno de PP y Ciudadanos. En la dirección comparten que están ante una oportunidad para consolidar su proyecto, aprovechando la debilidd estructural y política del PSOE, “noqueado” por la pérdida del Gobierno tras 36 años y medio en el poder. “Los socialistas están perdidos, no saben hacer oposición, porque nunca la han hecho. Les espera una travesía en el desierto hasta que alguien plantee la sucesión de Susana Díaz, y ese tiempo es primordial para que Adelante se haga con ese espacio político huérfano”, explican fuentes de la confluencia.

La pretensión de orillar al PSOE andaluz es, de hecho, una estrategia que Adelante comparte con el Gobierno de PP y Ciudadanos. Los populares dan cuartel a la confluencia de izquierdas en detrimeno de los socialistas, su verdadero rival. Hay una confluencia de intereses entre la derecha y el grupo más a la izquierda del PSOE, como se ha visto en las últimas negociaciones parlamentarias. La Junta aceptó tres veces más enmiendas de Adelante que del PSOE en los Presupuestos Autonómicos de 2019, aprobados el pasado jueves. El trato es mucho más cordial con Adelante que con los socialistas, con los que acabaron el debate presupuestario en estado de guerra abierta. Sin embargo, la fallida negociación de Adelante con la Junta para nombrar a una Defensora del Pueblo Andaluz demuesta que en la pelea entre las izquierdas, el único verdaderamente beneficiado es el Gobierno de PP y Cs.

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