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Aznalcázar, con el tesoro del turismo en el horizonte

La localidad cuenta con casi 5.000 habitantes.

Fermín Cabanillas

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El académico José Hernández Díaz (1906-1998) identificó Aznalcázar con la ciudad celtíbera de Lontigi u Olontigi. Sus orígenes casi se pierden en el tiempo, como casi eternos son sus límites, porque sus casi 450 kilómetros cuadrados de superficie provocan que linde con las provincias de Huelva y Cádiz desde el codo suroeste de la provincia de Sevilla.

Con una vida económica casi dedicada en exclusividad a la agricultura, ahora, el turismo podría dar una nueva vida al pueblo y la comarca, tras superar todos los trámites administrativos para su próxima declaración como Municipio Turístico de Andalucía.

Su alcaldesa, Manuela Cabello (PSOE), habla con orgullo de que su pueblo tiene “todos los servicios de una gran ciudad, pero está también a 20 minutos de Sevilla capital. Pero reflexiona en negativo sobre la posibilidad de que la ”España vaciada“ llegue a afectar al pueblo en algún momento.

Siglos de historia

Su historia habla de que el pueblo estuvo fortificado desde la época romana, y se ha encontrado una necrópolis de la etapa visigoda. En 1251 este pueblo y Sanlúcar de Barrameda fueron conquistados por los cristianos a los árabes. En el reparto, se donó Aznalcázar a la ciudad de Sevilla, por lo que compartieron los mismos derechos y fueros. Posteriormente se convirtió en un señorío, siendo el núcleo más importante del marquesado del Pedroso y de las Torres. Los señoríos fueron abolidos a comienzos del siglo XIX. Hoy día, diez minutos de autopista y otros tantos de carretera nacional sitúan al viajero en Aznalcázar desde Sevilla.

Manuela Cabello resume lo que su pueblo es hoy día: “Tenemos centro de salud, polideportivo, guarderías, no hay nada que envidiar a ningún otro pueblo, y todo lo hemos conseguido con la gestión municipal, con la ayuda de la Diputación y el esfuerzo de los vecinos”.

Su mayor orgullo es su ubicación, y el cuidado de su entorno, porque “a veinte minutos tenemos los Pinares de Aználcazar, el Parque Nacional de Doñana, el corredor verde del Guadiamar, y todo se visita sin coste alguno, con áreas de uso público para el disfrute de los visitantes, para ver en vivo lo que buscan los amantes de la ornitología, los de las rutas a caballo o en bicicleta. Con todo, el pueblo tiene lo mejor de la naturaleza e, insiste, está a 20 minutos de la capital”.

“Necesitamos mejores comunicaciones”

Eso sí, demanda mejores comunicaciones, y recuerda que “la carretera a Benacazón, un arreglo recogido en un plan de inversiones y con un anteproyecto para mejorar curvas y asfalto, porque los arcenes han perdido estabilidad; la usan muchos ciclistas, que debería ir por arcén y no pueden, tiene curvas mal peraltadas e inseguras, pero puede que haya proyectos más prioritarios que impiden que la obra se haga. Es una carretera que usan vecinos de Pilas, Villamanrique de la Condesa… con lo que tiene un potencial de usuarios muy grande.

Aparte de ese problema, Aznalcázar pelea por ser referente turístico. La pasada semana, la secretaría general para el Turismo, órgano dependiente de la Consejería de Turismo, Regeneración, Justicia y Administración Local de la Junta de Andalucía, confirmó que cumple con todos los requisitos de adaptación al Decreto 72/2017, de 13 de junio, de Municipio Turístico de Andalucía, que deroga el antiguo Decreto 158/2002, de 28 de mayo, con lo que solo falta el trámite final para la declaración de Municipio Turístico.

Alternativas al campo

Porque, la agricultura ha sido el motor del pueblo mucho tiempo junto a la ganadería, pero no pasan su mejor momento. Y eso que cuenta con unas 14.197 hectáreas de cultivos herbáceos, de las cuales 4.674 son de arroz y 1.381 de trigo. También hay 3.356 de cultivos leñosos, de las que 1.479 son de olivar de aceituna de mesa. “Antes, había muchas más fincas dedicadas a frutales, pero ahora hay muchas con producción con maquinaria, que no genera mano de obra. La situación actual hace que tengamos que pensar en políticas dirigidas al sector turístico. Necesitamos que la gente se lo crea, que confíe en las infraestructuras que tenemos, porque merecemos que vengan a vernos y disfruten de todo lo que ofrecemos”.

Sobre todo porque sus casi 5.000 habitantes pueden ser menos dentro de unos años, y el Ayuntamiento quiere prever ese problema. “Es verdad que, por ahora, no nos está afectando, pero tenemos un estudio del plan de vivienda y suelo de aquí a 2030, que dice que bajamos en habitantes. A corto plazo, no, pero a largo va a ser un problema, porque puede que la gente se vaya a hacer su proyecto de vida a otro lado”.

Para solventarlo, entre otras cosas, la edil aboga por solventar el problema del transporte público, con unos servicios de autocares todavía deficientes, y con la paradoja de tener una estación de tren donde no paran los trenes, y por la que pasa el tren de mercancías pero sin parar. Un tren con parada en Aznalcázar sería un acicate para toda la comarca, pero, por ahora, sin explicación lógica, nadie termina de solucionarlo.

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