Desdeelsur es un espacio de expresión de opinión sobre y desde Andalucía. Un depósito de ideas para compartir y de reflexiones en las que participar
Andalucía del salvaje Oeste
La gran fiesta de la democracia celebrada en mayo ha puesto de manifiesto que Andalucía se ha convertido en dos países distintos: Andalucía del Oeste, que hace frontera con la mar océana y más allá con Venezuela, y Andalucía del Este, que también linda con la mar más tranquila del Mediterráneo y más allá con el Vaticano. En las cuatro capitales de Andalucía del salvaje Oeste (Sevilla, Córdoba, Cádiz y Huelva) campan por sus respetos los sin Dios, malvados socialistas y comunistas y demonios aún más diabólicos, mientras que en las cuatro capitales de Andalucía del Este (Jaén, Granada, Almería y Málaga) ejercen su salvífico mando gentes de bien, amantes del orden y de la Justicia. De la justicia divina, por supuesto.
Este su seguro servidor, vecino de Granada, agradece haber quedado de esta parte del tenebroso telón de caña bolivariana, ya que es casi seguro que no seré violentado (hay que tener cuidado con los rojos rijosos), ni veré mi casa expropiada para repartirla entre vagos y maleantes. Y todo ello gracias al ambiguo criterio del partido emergente autodenominado Ciudadanos, que ha tenido a bien, inspirado por la Santa Patrona, dar de nuevo la alcaldía al mismo presunto señor del PP que la venía ostentando desde que Cristo dio las tres voces, don José Torres Hurtado, dicho lo de hurtado sin mala intención. Lo mismo ha hecho en las otras tres benditas capitales que se han salvado del pavoroso incendio que van a provocar los ignaros salvajes de las tierras sin ley. (¿Arde Cádiz ya?)
También es verdad que el partido que tan dignamente representa aquel otro señor que se fotografió con el culo al aire -para un anuncio electoral- votó también a favor de la investidura de Susana Díaz, evitando así el mal trago a Podemos, que conserva todavía su virginidad y podrá algún día hacer sus votos e ingresar en clausura. Puede parecer una brillante jugada política por parte de C´s, aunque mucho me temo que sólo es la aplicación de un mandato bíblico: “Que tu mano derecha no sepa lo que hace tu mano izquierda” (Mateo 6.3). Así, mientras por un lado votan a favor del PSOE en un asunto que ya estaba cantado, por otro nos arrebatan a cientos de miles de vecinos de cuatro capitales la posibilidad gratificante de hacerle al PP una peineta estilo Bárcenas o Aznar. En resumen, una de cal y cuatro de Arenas.
Salvados por Salvador
En el caso concreto de Granada, esta regeneración de la política auspiciada por C´s ha sido protagonizada por un individuo cuya gracia (¿) es Luis Salvador, antiguo militante y senador socialista, al que su antiguo partido no le dio todo el cariño que merecía su ilustre persona, negándole un lugar en el sol. Como consecuencia, se cambió a Ciudadanos para seguir procurando el bien de España y ha acabado votando como alcalde del Untamiento de Granada al reincidente aspirante del PP, que a partir de ahora se va a portar muy requetebién, palabrita del niño Rajoy. Y así ya tiene don Luis su lugar en el sol, concretamente cara al sol. El que más calienta.
Como vecino de un barrio de una de las capitales Andalucía del Este más damnificadas por el Ayuntamiento (carnal) entre PP y C´s sólo puedo gritar el mismo y acertadísimo improperio lanzado por uno de los personajes más ilustres de ‘La vida de Brian’, después del protagonista principal, el tal Brian; un Salvador confuso y equivocado, al que al final acaban crucificando. Este secundario de lujo es el vejestorio colgado por los pies en una oscura celda durante décadas, sin nada más que hacer que mirarse los juanetes de los pinreles. Cuando el presunto Salvador y su procesión de ladrones (sin señalar a nadie), cruz en ristre, pasan por delante de su enrejado ventanuco grita, como yo a los vecinos de las capitales del Lejano Oeste: “Qué suerte, tenéis, cabronazos”.