Desdeelsur es un espacio de expresión de opinión sobre y desde Andalucía. Un depósito de ideas para compartir y de reflexiones en las que participar
La derecha nos roba
Precios disparados, inflación del 10%; el mundo sin cereal porque Rusia y la Ucrania invadida aportan un tercio del total; incendios, sequías, granizadas en julio y el anticiclón expandiéndose; séptima ola de covid; derogación del aborto en EEUU que 25.000 ultras claman en Madrid que se derogue también aquí; 37 asesinatos en la frontera de Melilla justificados por el presidente socialista, el Europarlamento apoyando la energía nuclear lo que agravará el ecocidio y España rendida a esa OTAN que abandona Afganistán condenando a niñas de 8 años a matrimonios forzados, España duplicando el gasto militar porque lo dice EEUU. Las plagas del Apocalipsis dan ganas de reír con sus ranas, sus moscas y sus langostas.
“¡Y lo peor por llegar!”, “¡Ya verás en otoño!” se oye por todas partes. Quien puede veranear piensa: “Disfrutemos antes del colapso”. El propio Pepe Álvarez, de UGT, ha mandado a “hacer puñetas” a quienes quieren amargar a los trabajadores las bien ganadas vacaciones. Pero bajo esta presión, fuerte y creciente, vamos atolondrados, pastoreados por profetas de la catástrofe como Núñez Feijóo que vaticina el Armagedón mientras se frota las manos. Bajo tanta presión apenas pensamos. Y hay cosas complejas cuyo análisis abruma, pero otras son sencillas: cuando el PP da becas de estudio a rentas altas que no lo necesitan, nos roba a la mayoría.
Así que la Comunidad de Madrid, de la visionaria presidenta Ayuso, sube el umbral de renta para recibir becas desde los 10.000 euros anuales que había en el curso 21-22 a 35.913, 100.000 y hasta 180.000 en función del número de hijos. Vamos, gente que ingresa de 8.000 a 15.000 al mes. Becas para estudiar solo en colegios privados donde ningún hij@ de currito, por más beca que tenga, se puede permitir pagar la mensualidad. Becas que no son tales porque, para colmo, ¡están desvinculadas del expediente y las notas! Son un cheque-regalo a ricos. ¿Dónde queda la cultura del esfuerzo? ¿Por qué no se señala el clientelismo tan achacado al PSOE andaluz por los subsidios a esta derechona que premia y fideliza votantes con dinero público?
La ultraderechista Rocío Monasterio clamó: “De estas becas estoy especialmente orgullosa, porque es una idea del grupo parlamentario Vox”. Tiene sentido. Monasterio viene de familia explotadora de esclavos en Cuba. Los cheques del PP y Vox, buscan destruir clase media para forrar a la clase alta a costa de convertir a la gente trabajadora cada vez en clase más baja. ¿Cómo? Usando el dinero de los impuestos para incentivar la matriculación en colegios privados mientras se recorta a la escuela pública y se la vuelve gueto para paupérrimos, migrantes y alumnado con necesidades educativas especiales del que las clases medias acaban alejándose.
Cuando una familia que al corto sueldo ya le resta casa, energía, comida… se deja robar hospitales, colegios y universidades públicos para tener que pagar clínicas, escuelas y facultades privadas pierde dinero que va a las cuentas de la elite de Ayuso.
En el Madrid, regido por el PP hace 27 años, los datos son elocuentes: solo el 40% del alumnado de la capital y el 55% de la Comunidad va a colegios públicos frente al 67% de media en España (Andalucía 73%, Extremadura 80%, Castilla La Mancha 82%) y el 81% en Europa. Madrid es el modelo a seguir por el PP y Vox en todo el país.
Es evidente que quien sufre un robo se empobrece. Pues bien, cuando una familia profesional, trabajadora que ya resta de sus magros sueldos el precio de la casa, energía, alimentos, ropa… se deja robar los hospitales, colegios, institutos y universidades públicos de calidad para acabar pagando de su bolsillo médicos, clínicas, escuelas y facultades privados pierde dinero que va a las cuentas de las elites de las Ayusos y Monteros que fortalecen sus privilegios.
Poco confían las élites de derecha en la ley de la oferta-demanda que tanto pregonan. En verdad nunca se atreven a competir sin doparse, a base de robar recursos públicos, con la gente y empresas que carecen de los enchufes que da el rancio abolengo.
La derecha, además, adoctrina al alumnado en sus ideologizados colegios privados, para hacerle fiel, más aún que a su catolicismo, al neoliberalismo tramposo donde los individuos no se abren camino conforme a su esfuerzos y capacidad sino por su origen y contactos y expoliando las arcas públicas para hinchar las cuentas de resultados de sus empresas.
¡Qué poco confían en la ley de la oferta-demanda que tanto pregonan! ¡Que se atrevan a competir ellos, sus negocios y sus hijos sin doparse frente a la gente cumplidora pero sin abolengo! La derecha es muy de doparse como prueba la reincidente financiación ilegal del PP durante décadas y todo el tejemaneje de cloacas y fake news anti Podemos de Villarejo y Cospedal que estos días sale a la luz.
La reforma fiscal no se debe posponer
Que este contexto de atraco por parte de la élite derechona –ante el que los juristas ven discriminación pero se lavan las manos con el argumento de que los electores lo han votado- es especialmente llamativo que el sector socialista del gobierno de coalición con Unidas Podemos diga que no es momento de hacer la reforma fiscal. Esa reforma necesaria para equiparar proporcionalmente los impuestos de multinacionales, grandes empresas y fortunas con los pagados por la mayoría social trabajadora. Extraña que la ministra de Hacienda, María Jesús Montero (PSOE), en vez de atreverse a impulsar una conquista pareja a la Reforma Laboral lograda por Yolanda Díaz (UP), en vez de dar prueba así del cacareado “rearme de izquierda” (y hasta emerger quizá como esperanzadora líder del PSOE en Andalucía), aplace la reforma a una próxima legislatura.
Frente al atraco de la élite de derecha es incomprensible que la ministra socialista de Hacienda anuncie el retraso de la reforma fiscal. Urge subir ya impuestos a quienes más tienen para mejorar los servicios y las vidas de la mayoría trabajadora.
El orden de los factores debería ser el opuesto: reformar ya la recaudación fiscal, que es un compromiso con la UE para el 31 de marzo 2023, y hacerlo porque su objetivo es justo: acercar la recaudación española a la media europea pues recaudamos seis puntos menos. Para ello, entre las recomendaciones de expertos, figura subir impuestos a quienes más tienen (patrimonio, sucesiones y sociedades) que no bajarlos como arengan Feijóo, Génova y sus barones autonómicos engañando cual charlatanes de Feria para confundir a profesionales y trabajadores y conseguir sus votos. Si PSOE y UP recaudan más de los ricos y usan ese dinero de las élites en mejorar las vidas y los servicios de la mayoría quizá en las generales de 2023 las derechas no arrasen.
Las conquistas no llueven, las logra la gente
Pinta poco claro, no nos engañemos. Incluso si Sumar genera esperanza entre cualquier progresista que quiera conjurar la vuelta de los ladrones de Gürtel al gobierno, los proyectos de dar derechos a la mayoría social frente a la elite avariciosa de privilegios solo ganan con implicación, movilización y gran esfuerzo ciudadano. Hoy en España esa calle vibrante, unida entorno a su objetivo de justicia, no se ve.
Se verá. Estoy convencida. La cuestión es cuándo y cuánto sufrimiento de familias, de juventud sin futuro iremos acumulando hasta que algo nos haga plantarnos. En Chile, en 2019, la chavalería de instituto se plantó ante el neoliberalismo brutal de Piñera que maltrataba la enseñanza pública e impulsaba la privada, cuando subió el precio del metro. Entonces se filtró un audio de la primera dama donde, horrorizada, le decía a una amiga: “Vamos a tener que disminuir nuestros privilegios”. Solo el levantamiento social, firme y mantenido, logró investir nuevo presidente a un Gabriel Boric que aquellos días era un manifestante más.
Lo dicho, la élite tiene claros sus intereses y manga cuanto puede. El tema está en si nosotros espabilamos o nos dejamos timar.
23