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El Festival de Cine Europeo de Sevilla comienza con un “¡viva la cultura!” en tiempos de adaptación y supervivencia

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Alejandro Luque

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Nadie sabe si podrá acabar tal y como está programado, pero al menos se puede decir que la 17ª edición del Festival de Cine Europeo de Sevilla (Seff) ha podido ser inaugurada. Sin las multitudes de otras veces, con buena parte del público siguiéndolo desde sus casas por streaming, pero con el pistoletazo de salida alto y claro: mientras se pueda, por decirlo de un modo fellinesco, la nave va.   

A una hora tan inusual para una gala como las seis de la tarde, sobre el escenario desnudo del teatro Lope de Vega, aparecieron puntualmente los presentadores de la gala, Edu Galán y Darío Adanti, creadores de la revista satírica Mongolia. En sus espaldas, unas alas angelicales hacían un guiño al cartel de este año, la reinterpretación del artista Julepe del clásico El cielo sobre Berlín de Wim Wenders.   

“¡Hay gente y autoridades!”, exclamaron para empezar con ese tono socarrón y provocador que acompañaría toda la sesión inaugural. “Antes de venir me he hecho el PCR, y no me ha parecido tan incómodo el tacto rectal. Sí, la Prueba del Culo Rápido. Pero bien, di negativo”, bromeó Adanti como una forma de conjurar la gran amenaza que extiende su sombra sobre esta edición del Seff: la pandemia de la covid-19 y las medidas que presumiblemente tomarán las autoridades andaluzas este domingo para tratar de atajarla, y que podrían determinar seriamente el programa.

En juego está el pan de muchos cientos de familias, por lo que, en palabras de Galán y Adanti, el escenario pelado y mondado no quería ser otra cosa que “un símbolo del esfuerzo y del trabajo de todos los profesionales del sector. Porque los teatros no se montan solos”, aseveraron antes de agregar unas gotas de angostura: “Lo único que se monta solo es la tortilla y la masturbación. Y no hay nada mejor que la masturbación en su relación calidad/precio”.

No se libró un año más el director del certamen, José Luis Cienfuegos, de la guasa –“¡es el puto Cienfuegos el que nos ha colado, y la policía fuera! ¡Los chavales rompiendo escaparates de Zara y nosotros aquí!”, rieron– antes de que se pasara a repasar someramente la programación de más de 150 títulos que compone el grueso de este año, repartidos en sus respectivas secciones.

Unas palabras del jurado de este año, “que no cobran, son héroes”, dijeron los presentadores. Una breve actuación del sevillano Nacho Camino y el General Invierno. Un saludo a la recién creada Academia Andaluza de Cine, con palabras de su presidenta, Marta Velasco, del productor Antonio Pérez, la actriz Mercedes Hoyos y el director Alberto Rodríguez. “En Andalucía había mucho talento, pero había muy pocas oportunidades”, recordó Pérez. Los tiempos han cambiado y, como se encargaron de recordar, este año una productora andaluza, La Claqueta, sueña con la carrera de los Oscars gracias al filme La trinchera infinita.

“¿Tú por qué vas a recordar el 2020?”, pregunta Adanti. “Por haber descubierto Tik Tok y sentirme viejo”, responde Galán. “Tú ya eras viejo”, replica Adanti, a lo que Galán añade más adelante, refiriéndose a los cineastas: “¿Tú crees que ellos tienen Tik Tok? Son capaces de rodar gilipolleces y forrarse, así que tienen Tik Tok”.

Momento serio para que salte a escena Mike Downey, vicepresidente de la European Film Academy, quien entiende que “las circunstancias para hacer esta cita podían haber sido mejores”, y que el sorbo con el que brindemos por este Seff “nos dejará un retrogusto amargo”, si bien “lo único que puede reconfortarnos en esta situación es que todos y todas estamos juntos en el mismo barco. Después de todo lo que hemos pasado, la Academia y el espíritu indomable del cine europeo están aquí con nosotros, esta noche”.

“Vivimos tiempos en que no debemos dejarnos arrastrar por nuestros miedos”, concluye Downey. “No podemos saber cuánto durará esta situación, ni cuán duraderos serán los cambios. Tenemos que ser flexibles, inventivos y previsores. Tenemos que mirar hacia el futuro, y unir fuerzas para asegurarnos de que lo que venga será un renacimiento. Nos enfrentamos a un cambio histórico y solo vamos a poder superarlo si miramos más allá de nuestras necesidades personales, y de los intereses meramente nacionales”.

La industria europea, apostilló el académico europeo, “se reconstruirá con una nueva forma de pensar. Hay grandes obstáculos, pero es resistente, fuerte y con la ayuda de los gobiernos nacionales y la Unión Europea saldrá adelante. Es solo cuestión de tiempo. Estoy seguro de que el Seff ya está asumiendo el reto de adaptarse y de sobrevivir”.

Y todavía hubo un momento más para la actualidad de última hora: “¡Ya está bien de tristeza, tengo buenas noticias! Joe Biden va a sacar al payaso de la Casa Blanca, y el mundo será un lugar más seguro”, finalizó Downey.

La gala culminó con la proyección de Ondina, del director alemán Christian Petzold, quien conectó con el teatro por videoconferencia. Un tanto melancólico, Petzold se despidió explicando que Alemania está confinada y sus cines cerrados, y esperando que “ojalá tengamos películas maravillosas para presentar el año que viene”.

No será la gala más memorable de cuantas se hayan celebrado en la historia del Seff, pero la despedida de Adanti (“¡Viva la cultura! ¡Viva el cine! ¡Viva Sevilla!”) no podían quedar sin eco en el año más difícil para las artes y la cinematografía.

 

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