“Ocho años estuvimos en el limbo, peleándonos los vecinos de la Loma con los de El Condado”
En 1996, la llegada del Partido Popular al poder significó la paralización de las actuaciones de lo que se había anunciado como vía rápida y avanzaba para convertirse en autovía. Cuatro años más tarde, se abría el debate sobre la idoneidad del trazado y la posibilidad de un corredor norte, a través de El Condado y hacía Ciudad Real, no Albacete. Esa opción era más barata pero conectaba a menos pueblos.
Así surgió el enfrentamiento entre las localidades que llevaban casi una década esperando la mejora de su conexión con el Levante y las que podrían llegar, además, al centro de España sin dar un rodeo “Ocho años estuvimos en el limbo, peleándonos los vecinos de la Loma con los de El Condado”, dice el alcalde de Rus. El conflicto concluyó, mediada la primera década del siglo XXI, cuando se decidió mantener el mismo trazado para aplacar las protestas de los alcaldes. “Porque se demostró que era más rentable este trazado y que beneficiaba a más población”, matiza el alcalde de Villacarrillo.
Para entonces, el Gobierno de Aznar había sido relevado por el de Zapatero y Jaén clamaba por un programa de inversiones públicas que acortaran las distancias del desarrollo socioeconómico con las provincias del entorno. Así llegó Activa Jaén y, con ello, la planificación de nuevas actuaciones en la A-32. De hecho, el tramo Ibros-Úbeda, que se inauguró el año pasado, es un coletazo de aquellas inversiones impulsadas en 2006 y enterradas en 2010 por la crisis económica. Ese fue el argumento con el que el entonces ministro de Fomento, José Blanco, justificó que las únicas obras en carreteras que se suspendieron en Andalucía fueran precisamente los tramos pendientes de la A-32. Su rectificación posterior alumbró un nuevo tramo de cuya puesta en servicio se ha ocupado el primer Gobierno de Rajoy.
Con ese argumento y las inversiones previstas a 2015, el senador del Partido Popular, y alcalde de Jaén, José Enrique Fernández de Moya considera acreditada “la extraordinaria sensibilidad” del gobierno de España que contempla “ocho tramos” de esta autovía en sus presupuestos. Unos tramos que según el socialista Felipe Sicilia no tienen asegurada la consignación presupuestaria. Lo único seguro es que si no hay alteraciones, en 2015 se habrán construido algo más de 50 kilómetros de autovía en la provincia. Menos de la mitad de los que discurren en Andalucía, porque siguen sin despejarse las dudas sobre los casi 80 que quedan hasta alcanzar el límite con la provincia de Albacete. Allí hay otros siete tramos previstos, más de 100 kilómetros, de los que sólo se ha ejecutado uno.