Primero de Mayo en Málaga: los jubilados recogen la bandera de los jóvenes trabajadores
Benito y Miguel caminan a la par siguiendo la manifestación del 1 de mayo por la Alameda de Málaga. Benito, 81 años, es jubilado. Miguel, 60, es funcionario. Dice Miguel: “Para que haya gente joven tienen que hacer más atractivo todo esto y renovar su discurso”. Le hemos preguntado por algo que salta a la vista: la movilización por el Día del Trabajo aglutina a un buen número de pensionistas y trabajadores a punto de jubilarse. Obviamente también hay algún chaval, pero la media de edad es alta. Quizá ronde los 60.
Si llegase un marciano y quisiera conocer cuál es la situación del mercado laboral atendiendo esta protesta, no diría que los jóvenes son el sector más precarizado. “Los jóvenes se tienen que concienciar de que todos somos clase trabajadora”, añade Miguel justo a continuación. Este funcionario ha venido a exigir mejoras, sobre todo para los demás, y cree que también los autónomos deberían estar aquí, igual que las mujeres, y los trabajadores y los parados. Por eso, concluye que es hora de “ensanchar la mirada”: “Hay que ser sensibles a las demandas de todos, y también de los que no trabajan”.
A su lado, Benito asiente. Ha venido a reivindicar no sólo mejores condiciones laborales, sino también “que trabaje todo el mundo”. “Tenemos una sociedad que vive bien porque estamos robando al Tercer Mundo. Por eso sobra, hay gente que no trabaja y se jubila antes de tiempo”, espeta, antes de exigir a los políticos que vayan a sus sesiones “y no a meterse el dedo en la nariz”.
Un poco más adelante, nos encontramos con Ángeles y Maribel. Ángeles, que tiene 61, ya está jubilada, y explica que no había venido nunca a una manifestación del Primero de Mayo. Maribel, en cambio, es una asidua, y nos enseña un silbato de cerámica con historia. Ha corrido delante de los grises, asegura. Para ella, la lucha está en la calle y no en las oficinas.
¿Y por qué se ven aquí menos luchadores jóvenes que mayores? “El Gobierno desmotiva a la gente”, nos responde Ángeles, que cree que los hijos de su generación “han tenido todo y no han tenido necesidad de luchar. En parte es culpa nuestra. Ahora no están entrenados y se pasan el día con la Play”. “Con la cantidad de paro que hay en Málaga esto tendría que estar a reventar”, lamenta.
Algo tiene que ver también la capacidad de movilización de los sindicatos, arraigados en una generación que está jubilándose, y no tanto entre los que se incorporan hoy al mercado laboral. Le preguntamos por los autónomos. ¿Están representados en esta manifestación? “Los autónomos tienen un historial que no es lo que son ahora. Antes tenían una empresita y ganaban bien, por ejemplo con la construcción, pero lo que hay ahora son falsos autónomos, autónomos precarios… Antes los sindicatos no tenían un nicho ahí, pero ahora que sí que lo hay, no hacen por recuperarlo”, opina la mujer, que cree que los sindicatos tal y como los conocemos “están muertos”.
Mar Ávalos tiene 37 años y ha venido desde Córdoba. Trabaja en hostelería y desde hace 12 años es delegada de empresa. Con una bandera de Comisiones Obreras al hombro, explica su labor en la negociación de un nuevo convenio. “Están externalizando y pagando por convenio de servicios, no de hostelería. Eso lo tenemos denunciado. Además, en el nuevo convenio pretenden ir para atrás”. En su opinión, no hay desmovilización de los jóvenes, sino un periodo de letargo que precisamente ahora se está terminando.
Además de la hostelería, por Málaga desfilaron banderas y pancartas de Correos contra los recortes, Metro de Málaga, monitores en lucha…
Ya en la Plaza de la Constitución, los sindicatos llamaron a recuperar los derechos perdidos y a repartir la riqueza, y pidieron que “no salgan de la crisis solo unos pocos”. Pero hubo también una gama de peticiones, porque una manifestación por el Primero de Mayo es hoy un catálogo amplio reivindicaciones: caben no sólo las laborales (que son las obvias), sino las feministas, las humanitarias y hasta las de infraestructuras. Este es el año del definitivo despertar feminista, así que fueron constantes las alusiones a la sentencia de La Manada.
Es indiscutible que la justicia patriarcal, las muertes en el Mediterráneo, el tercer hospital de Málaga o la falta de un Cercanías son cuestiones que afectan a la clase obrera y vinculadas a la lucha. “Motivos todos: salud, educación, empleo”, nos dijo Ángeles: “Porque aunque no tuviera motivos para reivindicar, la mierda está inundando este país”.