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Yaiza, la podenca tiroteada que sobrevivió con seis plomos en la cabeza

Foto cedida por la Protectora de Animales y Plantas de Málaga

Néstor Cenizo

Yaiza, una podenca de unos tres años, apareció el viernes en una calle de la barriada de Churriana (Málaga), malherida y con la cabeza destrozada por una salva de perdigones. Tenía (y sigue teniendo) media docena de proyectiles en la cabeza. También un ojo desprendido, que ha acabado perdiendo después de la operación a la que ha sido sometida este mismo lunes. Carmen Manzano, presidenta de la protectora de animales, no duda de que fue tiroteada por cazadores: “Es una podenca, una perra de caza, en Churriana hay mucho cazador y estamos en época”.

Los agentes de la Policía Local encontraron a la perra en la calle Argelia, muy cerca de los terrenos hasta los que se extiende el coto de caza de Churriana. En lugar de trasladarlo al centro zoosanitario, los agentes contactaron con la Protectora de Animales y Plantas, que se hizo cargo de Yaiza. “Tenía cinco o seis impactos de perdigones y el ojo fuera”, cuenta Manzano.

La podenca ha perdido el ojo después de la operación que se le practicó este lunes. “Por detrás tiene un hematoma y se le ha caído un globo ocular. El nervio óptico está roto y no tiene solución”, describe la presidenta de la protectora. “El ojo se le cose y se queda con un solo ojo”. Será imposible sacarle los perdigones de la cabeza, así que Yaiza vivirá con el riesgo de sufrir una contaminación mortal de plomo.

Desde el viernes, la perra ha estado sedada. Tenía pulgas y ha pasado el fin de semana muy asustada, según cuenta la responsable de la protectora. Sólo empezó a comer el domingo. “Al menos vamos a intentar quitarle el dolor”, señala Manzano.

Casi veinte perros rescatados

“Lo que cabe en la cabeza de un cazador es difícil de entender”, dice la presidenta, que baraja dos posibilidades: que Yaiza se metiera accidentalmente en el coto y le dispararan, o que haya fallado y hayan disparado para matarla.

En lo que va de año, la asociación Ciriana ha rescatado 18 perros, cuatro de ellos con signos de haber sufrido enseñamiento. Dos con tiros en la cabeza, uno que fue colgado del rabo, y otro que encontraron cuando ya había muerto, según Mari Cruz Torres, portavoz de esta asociación ecologista de Churriana. “Estos pobres perros de caza acaban así cuando no les sirven, cuando de asustan por los tiros o simplemente porque hagan algo que haga enfadar” a los dueños, dice Torres.

“Antes los abandonaban, pero ahora vemos que hay brotes de violencia. A alguien le sobra un perro y le pega varios tiros. Es gente perturbada. Hay muchos cazadores que esto no lo aprueban. Son asesinos en potencia: quien se ensaña así con un animal puede hacerlo con una persona”, lamenta la activista.

El Grupo de Protección de la Naturaleza de la Policía Local de Málaga está investigando el asunto, pero la investigación de estos casos no es sencilla. Los perros maltratados, utilizados habitualmente en las cacerías, suelen aparecer sin chip, de modo que encontrar a los responsables se complica.

“Es raro que aparezca un perro plomeado”

Antonio Miguel Pérez, tesorero de la Asociación Federada de Cazadores de Málaga, asegura que desconocía el caso y admite que “probablemente” el responsable es un cazador. “Habrán intentado deshacerse de ella. O puede que se haya escapado y la hayan plomeado. A lo mejor el cazador se ha cabreado con el perrillo y le ha pegado un tiro. O a lo mejor le ha dado problemas, no se ha querido meter en el coche. O que la hayan confundido con un conejo. Pero es raro que aparezca un perro plomeado”.

Aunque señala que los cazadores “queremos mucho a nuestros perros” y que le parece “fatal”, admite que “se hacen barbaridades”, y que no eran infrecuentes los ahorcamientos de galgos de los olivos cuando no sirven: “Eso es nefasto”. No obstante, señala que la asociación no denuncia estas prácticas si llega a conocerlas: “Lo que haga un cazador con su perro…”

Yaiza ha perdido un ojo, pero sigue con vida. Según Carmen Manzano, ya hay una persona que, en cuanto reciba el alta, se hará cargo de ella en acogida. “Tiene una herida, y conviene más que esté en una casa con mucha limpieza que en un refugio”. Después se buscará una adopción estable, probablemente a través de la asociación holandesa Podenco World, que en su día ya se hizo cabo de Phantom, un podenco al que le habían reventado la mandíbula de un disparo.

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