La Mesa Social del Agua reclama a la Junta medidas consensuadas frente a la sequía

Ante la creciente crisis hídrica que atraviesa Andalucía desde hace seis años, las organizaciones que componen la Mesa Social del Agua han unido fuerzas este martes para reclamar una reforma de la Ley de Aguas que refleje una visión social de aspectos como el régimen concesional, un Pacto por la Agricultura Familiar, y una transición justa. En el acto, que ha tenido lugar en la sede de CCOO, han presentado un documento en el que unifican algunas de sus principales propuestas y reclamaciones al Gobierno andaluz.
La mesa de la sequía denuncia que la disminución del 12% a toda población es injusta, enfatizando que uno de los principales problemas deriva de un reparto desigual de los recursos hídricos que favorece a los grandes propietarios de explotaciones agrarias y perjudica a los pequeños agricultores y a los ciudadanos: “Se reparte mucha agua para muy pocos agricultores, mientras que muchos reciben una dotación muy baja”. Por ello, tal y como recoge uno de sus portavoces, Joan Corominas, vicepresidente de la Fundación Nueva Cultura del Agua, desde la Mesa abogan por bancos públicos del agua para un reparto equitativo y transparente: “ El acceso tiene que ser universal y el reparto justo”.
Por su parte, la presidenta de FACUA Sevilla, Rocío Algeciras, ha hecho hincapié en la necesidad de dar soluciones a corto plazo a consumidores de ámbito doméstico, dado que son las personas que menos agua gastan, muy por debajo del consumo de explotaciones agrícolas. Para ello, “es importante huir de decisiones tomadas a la ligera y apostar por decisiones consensuadas y pausadas. ”El Gobierno andaluz tiene que dejar de gobernar a golpe de decreto, es necesario contar con todas las partes implicadas y escuchar nuestras propuestas“.
La mesa de la sequía está compuesta por diversos agentes institucionales y sociales, entre los que se encuentran CCOO de Andalucía, AEOPAS, Ecologistas en Acción, FACUA Andalucía, Red Andaluza Nueva Cultura del Agua, Fundación Savia, UPA Andalucía, COAG Andalucía, WWF, SEO BirdLife, Fundación Nueva Cultura del Agua, Greenpeace, y UGT Andalucía.
La importancia de desandar lo andado
Desde la mesa del agua insisten en que es vital para lograr avances en la gestión de la sequía “desandar lo andado” y que la administración evalúe medidas tomadas en años anteriores para evitar que se “produzcan los mismos errores”: “No se pueden olvidar las cuantiosas pérdidas económicas que han representado para la agricultura familiar las restricciones de agua de las últimas campañas de riego, en parte por responsabilidad de las administraciones que han fomentado, o tolerado, el incremento de regadíos por parte de grandes empresas mercantiles o no han vigilado los usos irregulares del agua”.
Así mismo, reconocen que la Junta también debe de “aprender de los aciertos”, haciendo referencia a los producidos en el sector urbano por los operadores públicos de agua que han desarrollado “importantes” incentivos de ahorro a través de la individualización de contadores, sistemas tarifarios que premian la eficiencia y castigan los altos consumos, reducción muy significativa del agua no controlada, programas de información y participación pública y planificación de sequías.
“Hay que hacer frente al sobredimensionamiento de la demanda total de agua”
A este respecto, Luis Babiano, gerente de AEOPAS sostiene que existe un sobredimensionamiento de la demanda total de agua respecto de los recursos disponibles, es decir, se gasta más agua de la que se renueva y que ello repercute en un deterioro notable de la calidad del agua que se consume: “Hay menos agua embalsada y, por tanto, gran cantidad del agua que se dispone proviene de acuíferos subterráneos de bajísima calidad que se encuentran sobreexplotados y contaminados”.
Además, argumenta que esta crisis también ha tenido impacto en municipios rurales, llevando a que los mismos tengan que abandonar sus habituales fuentes de suministro (pozos y manantiales) para conectarse a sistemas supramunicipales dependientes de aguas superficiales embalsadas.
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