La universidad desmonta prejuicios sobre el fan de Juego de Tronos

Memes, fanfictions, parodias con muertes en sangrienta sucesión, remixes de todo género y hasta la Guardia de la Reina interpretando la música de la cabecera de Juego de Tronos. El inabarcable universo alrededor de la serie sigue expandiéndose, así que en pleno éxtasis colectivo por el estreno hace apenas cuatro días de la séptima temporada, la Universidad de Málaga ha dedicado uno de sus cursos de verano a analizar la serie como fenómeno audiovisual a escala global. El curso dedicó una de sus ponencias a analizar las culturas participativas generadas alrededor de la serie.

Basta una búsqueda simple: Juego de Tronos genera a diario una cantidad inabarcable de contenidos. En los últimos días, una escuela de música asiática ha grabado una versión del tema de introducción, que se une a versiones de guitarra, con bongos, ska o en 8 bits (lo que a uno le apetezca); se han generado incontables teorías sobre la extraña visión que al parecer ha tenido uno de los personajes; y alguna cadena musical elucubra con qué canción sería cada personaje.

Todos estas piezas musicales, teorías y memes, y las noticias que generan, escapan al control narrativo de la serie. Son parte de un universo que se expande y enriquece. En la conferencia “El Fan de Juego de Tronos. Culturas participativas”, Javier Lozano analizó el fenómeno de las narrativas abiertas que propician que las “audiencias activas” profundicen el texto.

Ocurre, por ejemplo, en The Leftovers o en Westworld, donde “la única brújula es Internet: al final esa experiencia es más interesante que el propio visionado”. Según Lozano, director del curso y profesor de la Universidad Loyola Andalucía, esto no es casual y responde a un paradigma explorado en su día por Perdidos, cuyos creadores detectaron el potencial de la web 2.0: cualquiera puede ser emisor. “Lost dijo: ”Hagamos de esto una experiencia, más que un visionado“, recordó Lozano en la charla.

Antes, Star Trek, Doctor Who y Twin Peaks habían explorado, cada una a su manera, el fenómeno fan, sobre el que Henry Jenkins dio la vuelta de tuerca conceptual al cliché de los 80: el fan no es un consumidor estúpido e inmaduro, sino un espectador habitual, que debate, genera comunidad y comparte intereses. La diferencia con las series hasta los 2000 está en Internet, que propició el paso de las sedes locales, los clubes de fans y el correo postal a las webs especializadas, y de ahí, a las redes sociales como Reddit o Fanfiction.

Es entonces cuando el fan empieza a consumir y reciclar y se transforma en “prosumer”, a la vez productor y consumidor de contenido. “Juego de Tronos rompe récords de relatos creados a partir de su trama. En Fanfiction hay todas las variables posibles de generación y producción de contenido”, explica Lozano, que distingue entre la profundización “de arriba abajo” propia de Reddit, de la extensión horizontal de Fanfiction, con historias y narraciones alternativas al canon.

Este “descontrol” de la narrativa y los personajes puede no gustar a George R. R. Martin pero ha contribuido enormemente a la popularidad de la serie. J.K. Rowling entendió el potencial de las ficciones generadas por los fans cuando renunció a perseguirlas legalmente, pero el asunto sigue generando debate entre los fans de La Guerra de las Galaxias.

Es el cambio de una cultura unidireccional de sólo lectura, caracterizada por el consumo pasivo, a la de lectura/escritura basada en el reciclaje continuo de elementos. Otras veces el torrente creativo se expresa a través del humor: hay miles de memes de Juego de Tronos y de sus muertes, vídeos de gatos cantando la introducción y un vídeo que reúne todas las muertes de la serie. Según el autor del vídeo, 150.966 en 21 minutos. “Hay un enfermo, según el cliché, o un receptor activo, según Jenkins, que revisa y recopila todos esos momentos”.

“Consumir Juego de Tronos es ya consumir una experiencia alrededor de Juego de Tronos”, razona Lozano, quien se pregunta si este fenómeno autorreferencial ha ido demasiado lejos. “Hay decenas de vídeos grabados con las reacciones en directo a la Boda Roja. ¿En qué momento llegamos a un consumo audiovisual en el que se integra este contenido de fans?”.

Fans: curiosos, críticos y consumidores colectivos y participativos

Lozano ha participado en varias investigaciones académicas sobre el fenómeno y es autor junto a Irene Raya y Francisco J. López de Reyes, espadas y cuervos (Fragua, 2013). En esos estudios, llegó a la conclusión de que el fan de Juego de Tronos no se engloba en una categoría única. Hay una pirámide que va desde los meros receptores (la base) hasta los prosumidores, pasando por los fans y los “hardcore fans”. “Ser fan no es necesariamente crear contenidos: puede ser profundizar, buscar teorías o relacionarse con otros interesados en el mismo objeto de consumo”.

Ser fan tiene sus ventajas. Según un estudio realizado en 2016 citado por Lozano, los fans manifestaban inquietudes y motivaciones diferentes: tenían tendencia a buscar contenidos que despertaran su curiosidad o con los que aprender cosas nuevas, a adoptar posturas críticas, a consumir de forma colectiva y participativa y a establecer comunidades. “Incorporamos a una psicóloga académica y descubrió que las motivaciones del fan español son el enriquecimiento intelectual y cognitivo, y un enriquecimiento socio-emocional”.

Juego de Tronos sería el mejor ejemplo de esas audiencias activas que “enriquecen, extienden y reconstruyen el universo narrativo y se apropian del universo ficcional para construir narrativas alternativas”, y para las que “conceptos como comunidad, diálogo o debate son igual o más importantes que el visionado”.

Este miércoles, entre noticias sobre las dificultades del streaming del primer episodio y reacciones a la participación de Ed Sheeran, varias informaciones daban cuenta de que el usuario Beastmodekait había dado con la clave para resolver una de las tramas de la serie. Se confirmó así que la cura del psoriagris estaba en Reddit.