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Asalto: diez años de transformación urbana a golpe de arte

Los artistas tomarán las calles de los barrios zaragozanos. Foto: Juan Manzanara

Óscar Senar Canalís / Óscar Senar

Zaragoza —

“Llevamos diez años siendo poetas”, dice Alfredo Martínez, uno de los creadores del Festival Asalto. Hace una década cuatro jóvenes “con la ilusión e inconsciencia de los 24 años” se lanzaron a montar desde cero un certamen que hoy presume de haber colocado a Zaragoza como una de las capitales de referencia en cuanto a arte urbano. Hasta el 20 de septiembre, la ciudad vuelve a ser un enorme tapiz sobre el que artistas europeos y latinoamericanos plasman sus colores.

Lo que empezó como una actividad dentro de otro festival (En la frontera), ha ido dejando la ciudad, sobre todo el casco histórico, jalonada de murales que alegran la vista a vecinos y se convierten en polo de atracción para turistas. Una muestra en el Centro de Historias hace memoria de esos trabajos (alguno ya desaparecido, comunidad de vecinos mediante) y deja nuevas obras en las paredes de este espacio de exposiciones.

Pero la esencia de Asalto siempre ha estado en la calle. Artistas y colectivos toman las de los barrios de San Pablo, el Arrabal, Jesús y San José para, en trece intervenciones, dar vida a muros cada vez más difíciles de conseguir. Y eso que el festival cuenta con el apoyo institucional del Ayuntamiento de Zaragoza y con unos propósitos bienintencionados. “La apuesta es llegar a cada vez más barrios -explica Martínez-, para generar circuitos alternativos y ser fieles a la idea de que la cultura es un elemento transformador de la ciudad”.

Los “circuitos” a los que se refiere Martínez son otro de los puntos fuertes del programa del festival, una ruta de visitas guiadas para descubrir la historia y motivaciones tras las creaciones que han ido cambiando la cara al espacio público de la capital aragonesa.

Una de las grandes novedades de esta edición es la iniciativa 'Parada: Asalto'. A lo largo de los 12,8 kilómetros de la línea del tranvía, diferentes artistas han decorado las láminas luminosas de las marquesinas para convertir el trayecto del Actur a Valdespartera en una galería de arte al aire libre. Será efímera, ya que los dibujos permanecerán, como mucho, hasta después las Fiestas del Pilar. Hay más: música, charlas, talleres, vermús y una feria de obra gráfica que se celebrará en el cuartel general del Asalto durante el festival, en un solar de la calle San Pablo.

Poco se podían imaginar hace una década Alfredo Martínez y sus compañeros de aventura Sergio Beltrán, Luis García e Isabel Tris lo que iba a cundir su criatura. Hoy, Martínez hace balance y reconoce que lo que más le emociona “es escuchar a vecinos que nos piden que actuemos en su calle o barrio; eso quiere decir que el festival ha calado y nosotros hemos sabido, desde la libertad creativa, adaptarlo a las necesidades de la ciudad”.

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