El Prismático es el blog de opinión de elDiario.es/aragon.
Las opiniones que aquí se expresan son las de quienes firman los artículos y no responden necesariamente a las de la redacción del diario.
No verse en paz. Quedar un ratito y apenas tiempo para ponerse al año (antes ponerse al día). Fugacidades forzosas entre compra y compra. Quién eres y qué tal va todo y adiós.
¡Hemos de quedar!
¡Ya quedaremos!
Entre todas las utopías de hoy la de quedar no es la menor.
Quedar y optimizar el encuentro añadiendo a otra u otras personas. Hacer grupos casuales. Grumos humanos. Pronto habrá que añadir al robot doméstico. ¡Romba ha quebrado!
El encuentro íntimo-público ha de ser rentabilizado. Aunque sea dame algo de info que pueda reenviar.
Las intimidades salutíferas.
El rato del sol.
Se besaron sin querer: fue por las llamaradas solares, según explicó la NASA días después. Ahí tienes un contenido para animar el arco iris si no sale.
Vienen o no vienen. Y quiénes vienen. Siempre lo mismo, es que desde luego ya… No, si no me enfado, pero a ver,
En todas partes siempre lo mismo.
Siempre lo mismo la dorada rutina siempre renovable… ¡cómo la energía!
Lo global turisteante, ir lejos a parar a lo conocido, confort remoto, colonización apropiacionística. Confort exótico con notas de bergamota. Alguna historieta local que reenchufar a quien quiera atender. El minuto de gracia.
Me acuerdo mucho de Carlos López Otín, al que unos malvados quisieron truncar su carrera y que es el científico español más citado y bellísima persona.
La levedad de Italo Calvino, Seis propuestas para el próximo milenio (o sea, este) ¿cumplimos esas condiciones pautas? ¿Siguen vigentes? Levedad, rapidez, exactitud, visibilidad, multiplicidad… Solo hay cinco, le faltó tiempo para la sexta.
En las películas normales, realistas, sin vampiros ni zombis, suelen sacar aparecidos, o sea, muertos que se presentan a los protagonistas.
La delicada “Sueños de trenes”, que va de un tipo normal que solo hace que trabajar derribando árboles, se le aparece el compañero de tajo al que arrojaron por un puente por ser chino. Pero no habla. En Mad Men al menos los muertos le hablaban al protagonista. Bla bla bla.
También en la magnífica “Maldita suerte”, de Edward Berger, interviene la metafísica en el argumento, para bien.
En Aragón, lo de siempre, elecciones anticipadas, o sea, lo de nunca, ¡también estamos en la ola de los tiempos feroces! El santopactismo tradicional ya no es seña de id. aragonesa, estamos en el futuro. Somos medio chinos/as, medio americanos palestinos siempre indies, independientes a ratos, como en Bombay Hawaii. Al menos tenemos un paseo con ese nombre.
Felices days y mejor año neuf queridas y queridos:
¡Hemos de quedar!
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