Las rebajas fiscales merman en 760 millones la recaudación tributaria en Aragón
La pretendida voracidad tributaria del Gobierno autonómico (PSOE-CHA) va a resultar, cuando menos, relativa: los contribuyentes aragoneses se ahorrarán este año más de 750 millones en beneficios fiscales, una cifra más de siete veces superior a la previsión de recaudación del Ejecutivo con la reforma fiscal aprobada a finales del año pasado con el apoyo de Podemos e IU.
La Memoria de los Beneficios Fiscales de los presupuestos estima en 766,5 millones de euros las rebajas fiscales, que el Departamento de Hacienda define como una “previsible merma en la recaudación” por la “aplicación de determinadas medidas (reducciones, bonificaciones y deducciones) orientadas a la consecución de determinados objetivos de política social y económica”.
El grueso de esas medidas viene impuesto desde Madrid, ya que se trata de tributos de titularidad cuya recaudación ha sido parcialmente cedida a la Comunidad autónoma, pero sobre la que esta carece de capacidad normativa. De hecho, es la propia Administración central la que estima la recaudación y las mermas, ya que el Pignatelli ni siquiera dispone de los censos de sus contribuyentes.
Casi el 90 % de esos descuentos, que crecen en su conjunto 20 millones con respecto al 2015, proceden de tres impuestos estatales: 634,8 en IVA, 51,8 en Hidrocarburos y 1,7 en el que grava el alcohol. Suman 688,4, casi siete millones y medio más que el año anterior.
Rebajas fiscales simultáneas a la reforma
Mientras tanto, los tributos autonómicos mantienen este año rebajas por valor de 78,1 millones. En este paquete destacan los 54 en Sucesiones, que grava las herencias, mientras el impuesto local de hidrocarburos genera descuentos por 12, el tramo autonómico del IRPF otros 10,9 y los de Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos, que se aplican sobre las ventas de inmuebles y las escrituras, 1,15 más.
Las rebajas en impuestos autonómicos aumentan en 13 millones en relación con las estimaciones del año anterior, lo que deja en entredicho la voracidad fiscal que la oposición atribuyó al Gobierno durante la tramitación de la reforma fiscal.
Esta incluyó un aumento de la tributación en el tramo autonómico del IRPF para las rentas altas, una subida del impuesto de hidrocarburos salvo para los de usos productivos, la elevación en un punto del ITP, la supresión de descuentos en Sucesiones y en Donaciones y, por último, la aplicación de nuevos tributos a las empresas propietarias de embalses para producción de energía eléctrica.
El director general de Tributos, Francisco Pozuelo, calificó hace unas semanas en las Cortes como “insignificante” el efecto que la reforma fiscal está teniendo en la recaudación de algunos impuestos como los de Sucesiones y Donaciones, mientras que atribuyó el descenso en Transmisiones Patrimoniales al hecho de que algunas operaciones de compra-venta de inmuebles se avanzaron a las últimas semanas de diciembre para evitar la subida impositiva de un punto –del 7 % al 8 % del valor escriturado- que iba a entrar en vigor en enero.
