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La vuelta a la normalidad de los nuevos fabricantes de mascarillas y equipos de protección

Mascarillas confeccionadas en el Centro Especial de Empleo de Térvalis, en Utrillas (Teruel)

Antonio Pardo

Zaragoza —

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Adaptarse o morir. Ante la pandemia del coronavirus y su impacto en la economía, algunas empresas del tejido aragonés vislumbraron una oportunidad para enfocar sus negocios hacia las nuevas demandas. Mascarillas, geles hidroalcohólicos o mámparas de protección son sólo algunos de los productos que se han convertido en habituales en el día a día de la sociedad. Detrás de muchos de ellos, hay un sello 'made in Aragón'.

Crealmat es una de las empresas que, una vez decretado el Estado de Alarma, adaptó parte de sus talleres de costura en Zaragoza. Donde hacía escasos días confeccionaban trajes de comunión, pasaron a fabricarse mascarillas y batas para sanitarios. “Tuvimos que adquirir material e implementar unos nuevos patrones”, detalla Jorge Mateo, gerente de esta compañía fundada en 1983 y ubicada en el Polígono Montemolín. Durante estos meses, han realizado más de 100.000 mascarillas de tela reutilizables, de las que el 70% se han exportado a Francia, y cerca de 70.000 batas para el Salud. La producción de este material, apunta Mateo, les ha permitido capear las embestidas de una primavera sin comuniones. “Servimos a grandes cadenas comerciales y, tras su cierre temporal, más de 700 trajes se quedaron en el almacén sin poder facturarlos”, concreta. Desde hace dos semanas, ya han recuperado parte de su actividad inicial, con la fe de que muchos niños puedan comulgar en los próximos meses.

Donde también han recobrado su producción original es en Grupo Escriche, empresa situada en Cuarte de Huerva y dedicada a la fabricación de rótulos a medida y elementos decorativos. Con la crisis de la COVID-19 adaptaron sus instalaciones de más de 2.000 metros cuadrados para la producción de mámparas de protección de diversos tamaños, máscaras faciales y diferentes modelos de soportes de hidrogel, que ahora comercializan a empresas, comercios y establecimientos sanitarios como farmacias. En la actualidad, “hemos recuperado el 70% de nuestra producción”, señala Rodrigo Arévalo, responsable de la compañía.

La reinvención también ha llegado a las otras dos provincias aragonesas. En la localidad oscense de Loporzano, la empresa Tecmolde ha fabricado máscaras protectoras con la colaboración de entidades empresariales de la zona. En el taller de donde salieron decorados para series como 'Juego de Tronos' y películas como 'Lo imposible', se realizaron más de 200.000 unidades, con tres turnos al día, de lunes a domingo. Además, el Centro Especial de Empleo de la Fundación Térvalis, en Utrillas, dedicado a servicios de lavandería y productos de nutrición vegetal, centró sus esfuerzos desde la pandemia en la confección de mascarillas y también en la elaboración de gel hidroalcohólico con esencia de lavanda que han comenzado a comercializar.

Cooperación empresarial ante la covid-19

Desde el inicio de la crisis sanitaria, CEOE Aragón y el Gobierno de Aragón lanzaron con la colaboración del resto de agentes sociales la iniciativa #AragónEnMarcha para aunar esfuerzos en la fabricación de Equipos de Protección Individual (EPI) como mascarillas o batas, hidrogeles y respiradores, además de la importación de tests de detección de coronavirus. Un total de 203 empresas han colaborado con la aportación de cerca de 4 millones de mascarillas (entre quirúrgicas y FFP2), 10.000 test rápidos y 5.000 test PCR. Además, la cifra total de donaciones asciende a 5,87 millones de euros.

No obstante, la reinvención empresarial no ha estado en manos de todas las empresas y muchas tuvieron que bajar la persiana. En los meses de marzo y abril, Aragón perdió 1.850 empresas, según reflejan los registros de la Seguridad Social. CEOE Aragón apunta que la cifra está “por debajo incluso” de la registrada “en los peores momentos de la crisis, en el año 2013”.

Ante esta situación, algunos empresarios como Jorge Mateo (Crealmat) reclaman un mayor compromiso de la Administración pública con la producción local para fomentar la empleabilidad. “Esta situación que todos hemos vivido ha puesto de manifiesto la importancia contar con empresas de proximidad. Las instituciones deberían consignar una parte de sus gastos a compañías de la zona. Puede que sea menos rentable que comprar en otros países, pero están garantizando puestos de trabajo y creando riqueza”, justifica.

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