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Niños rurales 'desconfinados': a desfogarse en el huerto con mascarilla recién estrenada

Alicia y Eloy, de visita al huerto en el primer día de salida para los niños tras el estado de alarma.

Óscar Senar Canalís

Zaragoza —

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“Estoy supercontenta porque he salido de casa después de la cuarentena y he venido al huerto de mi abuelo con la bici”, proclama una exultante Alicia, de siete años. Los niños y niñas del municipio de San Miguel de Cinca (Huesca), que agrupa los pueblos de Pomar, Santalecina y Estiche y que entre los tres no alcanza los 800 habitantes, han salido este domingo de sus casas, tras más de un mes de confinamiento por el coronavirus. Lo han hecho con muchas ganas de volver a correr al aire libre, pero también con la ilusión de hacerlo protegidos por las mascarillas de talla infantil que el Ayuntamiento repartió el pasado jueves con motivo del día de San Jorge. “Aquí tienen todo el campo que necesitan para desfogarse y respetar las medidas de distancia social”, asegura la alcaldesa, Elisa Sancho.

El pasado jueves, con motivo del día de San Jorge, que es costumbre celebrar con una comida popular, el consistorio de San Miguel de Cinca repartió por las casas de sus tres pueblos semillas y, en el caso de aquellas con menores, pequeñas y coloridas mascarillas con el mensaje 'Todo va a salir bien'. “Es una manera de que, al ver que todos la llevan igual, se animen a usarla”, explica Sancho, que dice haber notado “entusiasmo” con la iniciativa.

En total, se han repartido 150 mascarillas (70 en Pomar, 50 en Santalecina y 30 en Estiche). La alcaldesa explica que las prendas también han llegado a manos de los pequeños que no viven habitualmente en el pueblo, pero a los que el estado de alarma pilló allí: “Tenemos a tres niños que habían venido a pasar el fin de semana con su abuela, así que sus padres, que trabajan en Zaragoza, decidieron que se quedaran aquí”.

Los parques están cerrados, pero ni falta que hacen en el medio rural. Buena parte de los padres de estas tres localidades han optado por aprovechar la desescalada del confinamiento cogiendo el coche para llevar a sus hijos a terrenos en los alrededores de los núcleos, de manera que disponen de espacio de sobra y ningún riesgo de contacto con otros vecinos.

Es el caso de los hijos de Laura Foradada, presidenta de la Asociación de Padres y Madres de Pomar: “Mi marido trabaja en el campo, así que hemos cogido las bicis y nos hemos ido al almacén de buena mañana”. Sus hijos, Alicia (siete años) y Eloy (cinco), “tenían muchas ganas de salir, porque se les ha hecho muy largo”. Eso sí, una inoportuna lluvia les ha impedido disfrutar por completo de la mañana primaveral, aunque no les ha privado de visitar uno de los lujos rurales del momento, el huerto del abuelo.

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