Arsenio Escolar es periodista y escritor. Con sus 'Crónicas lingüísticas del poder' –información, análisis y opinión de primera mano–, entrará semanalmente en elDiario.es en los detalles del poder político, económico, social... y de sus protagonistas. Con especial atención al lenguaje y al léxico de la política.
Del juego del gallina al del parpadeo y el 'te la quedas'
Una semana después de que el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, le comunicara a Meritxell Batet, presidenta del Congreso de los Diputados, las fechas del pleno para la investidura, el 22 y 23 de julio, apenas hay síntomas de distensión entre Sánchez y el máximo responsable de Unidas Podemos, Pablo Iglesias. “Vamos a elecciones, me temo. Está todo bloqueado”, me comentaba el sábado pasado una persona muy cercana al líder socialista. “Pablo no va a ceder”, me decía horas antes otra persona que fue muy cercana al dirigente de la formación morada y que hoy se ha alejado de la política. Este lunes, la dirección socialista aprobaba un documento por el que cerraba filas con Sánchez en su intento de buscar un Gobierno monocolor socialista, sin ningún dirigente de Unidas Podemos sentándose a la mesa del Consejo de Ministros, lo contrario a lo que exige Iglesias.
Seguimos, por lo tanto, en el juego del gallina, ese por el que dos participantes conducen sendos vehículos a gran velocidad, directos al choque, y en el que pierde el que se desvía, vencido por el miedo y la presión. O al menos en el juego del parpadeo, algo menos violento.
En abril de 1985, Coca Cola anunciaba que, casi un siglo después de la invención de la fórmula de su bebida por el farmacéutico John Pemberton, la multinacional había decidido introducir “cambios cualitativos” en esa fórmula secreta para hacer su famoso brebaje un poco más dulce. Al día siguiente, su rival Pepsi-Cola ponía un gran anuncio en la prensa de Estados Unidos que sólo decía esto: “After 87 years of going at it eyeball to eyeball, the other guy just blinked”. Es decir: “Después de 87 años de mirarnos fijamente a los ojos, el otro parpadea”.
Después de 71 días de mirarse fijamente a los ojos -los transcurridos desde las elecciones generales del 28 de abril- y a pocas fechas de que se ponga en marcha el reloj que conduciría a nuevas elecciones si no hay acuerdos, nadie parpadea en la izquierda, al menos por ahora. Este martes, en la enésima reunión entre Sánchez e Iglesias, veremos si alguno de los dos muestra irritación ocular o algún otro síntoma que augure un cambio en las dos semanas que faltan para la votación en el Congreso.
¿Y en la derecha, a la que aún le queda por resolver qué hacen de los gobiernos de Murcia y de la Comunidad de Madrid? Ahí, más que en el del juego del gallina o en el del parpadeo, están en otro no menos entretenido. En el de “en ti”, o en el de “te la quedas”. Como entre tres -Partido Popular, Ciudadanos y Vox- es difícil correr hasta chocar e imposible mirarse fijamente a los ojos sin parpadear, unos y otros acumulan multitud de movimientos, documentos, exabruptos, insultos, carantoñas, collejas, idas, venidas y cafés de cinco horas.
Parece, en fin, que ni en la izquierda ni en la derecha han aprendido aún que la fragmentación política decidida por los votantes ha acabado con los tiempos de las mayorías absolutas, y que todos, desde el más grande al más pequeño, han de aprender a negociar, ceder, transar y pactar. O quizás sí, quizás lo han entendido y lo saben todos, y en el fondo solo estemos asistiendo a tantas escenificaciones como gobiernos hay en disputa, y la representación teatral ha de continuar hasta que se encuentren fórmulas en las que todos se puedan proclamar ganadores del juego del gallina -o del parpadeo, o del 'en ti', o del 'te la quedas'- si hay finalmente acuerdos o en la que todos puedan responsabilizar al rival si no los hay y no queda otra que volver a las urnas.
Sobre este blog
Arsenio Escolar es periodista y escritor. Con sus 'Crónicas lingüísticas del poder' –información, análisis y opinión de primera mano–, entrará semanalmente en elDiario.es en los detalles del poder político, económico, social... y de sus protagonistas. Con especial atención al lenguaje y al léxico de la política.