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Opinión - Vivir sobre un polvorín. Por Rosa María Artal

Simon Guietl: ‘CAN YOU HEAR ME’ Primera en solitario a la Cima Scotoni

En el décimo quinto largo, complicado y muy vertical.

TEXTO Campobase FOTOS Matteo Mocellin / Storyteller-Labs

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El pasado mes de junio, el alpinista del Tirol del Sur Simon Gietl (Equipo Salewa) se enfrentaba, en solitario, a un ambicioso proyecto muy personal. Había trazado en su mente una nueva línea en Cima Scotoni a la que deseaba dar vida. Tras una intensa escalada en solitario, mezclando el libre con el artificial, nacía: Can you hear me (550m VIII+/A2). “Normalmente no me habría atrevido a escalar solo una ruta de esa dificultad. Ni se me habría ocurrido...”, explicaba el joven Simon tras lograr su objetivo.

Hay que remontarse varios años atrás para descubrir el origen de la historia que le llevaría a ascender en solitario la Cima Scotoni, la cornisa oeste de 2.874 metros del pico intermedio del macizo de Fanes, en Los Dolomitas. Todo empezó con una promesa entre Simon Gietl y el escalador tirolés Gerhard «Gerry» Fiegl. Juntos, durante la expedición al Cerro Torre en 2014, escalaron el Fitz Roy tras 31 horas y media de ascensión sin paradas. Una experiencia que les unió mucho. “Cuando llegamos a la cima y nos abrazamos, nos sentimos héroes inmortales”, recordaba Simon. “Pero, por desgracia, no somos inmortales”.

Por aquel entonces ambos tenían otro proyecto conjunto de escalada en Los Dolomitas, donde querían abrir una nueva línea en la cara oeste de Cima Scotoni. Un gran sueño que, por desgracias, nunca podrían cumplir juntos. Sin embargo, Simon Gietl nunca olvidaría su promesa.

Fue Simon quien tuvo la idea inicial, y desde un primer momento supo que para poder hacer realidad esa ascensión que tenía en mente no había mejor compañero que Gerry. Sin embargo, el destino tenía otros planes. El 26 de octubre de 2015, Gerry Fiegl fallecía durante el descenso desde el Nilgiri Sur (6.839 metros), en el macizo del Annapurna (Himalaya).

Desde aquel fatídico día, Simon Gietl no ha podido olvidar el terrible accidente que sufrió su joven amigo y compañero de escalada. En su cabeza se repiten una y otra vez los mismos pensamientos: “El haber perdido a uno de mis mejores amigos fue un golpe muy duro para mí. No dejo de preguntarme: ¿estamos haciendo lo correcto? El sufrimiento que provocamos en casa es mucho mayor que cualquier sufrimiento que hayamos podido padecer nosotros. ¿Es posible justificar el egoismo que nos lleva a enfrentarnos a estos retos?”

Desde aquel día, le resulta más fácil estar en la montaña, donde se siente más cerca de su gran amigo. “Pensé en la línea de Gerry en Cima Scotoni. Le prometí algo y lo pienso cumplir”, concluía el escalador del Tirol del Sur. Y así sería…Tras nueve días en pared, Simon Gietl completaría la vía elegida en solitario y en libre, únicamente con algunos tramos en artificial.

Una escalada que pondría en marcha en septiembre de 2016 cuando se acercó para evaluar con más detalle el proyecto. Simon pasaría cuatro días en la pared de 550 metros en 2017. Ya en 2018 escaló durante otros cuatro días más, y el 27 de junio de este mismo año, después de 21 largos de escalada en solitario, alcanzaría la cima. La ruta está protegida con un estilo de escalada tradicional sin la utilización de seguros fijos. Simon sugiere un grado de VIII+/A2 para una vía con una calidad de roca que, según afirma, varía entre suelta y muy buena.

Después de lograr completar su línea soñada, Simon aseguraría que solo había un objetivo detrás de esta primera ascensión tan complicada. El mismo que le condujo a escalar una ruta alpina tan vertical en solitario. “Puse mucho de mi parte... No, en realidad, puse todo de mi parte para escalar esta ruta por mi amigo Gerry”. Sin embargo, Simon nos sorprendería de nuevo al afirmar que la historia no acabaría aquí, y es que tiene la intención de volver a hacer la ruta Can you hear me, aunque en esta ocasión sin ninguna ayuda de material y con un compañero.

CB. ¿Por qué elegiste esa línea en particular? ¿Qué te atrajo de ella?

S.G. En realidad era la línea soñada de mi buen amigo Gerry, por eso la elegí. Ahora, sin él, pensé que sería una aventura muy especial enfrentarme a aquella pared solo. Una aventura en la que tendría que poner toda mi energía y conocimientos para alcanzar la cima. Al final todo salió bien y pude abrir la nueva vía usando solo pitones y friends, sin parabolts, al estilo tradicional.

CB. Después de varias tomas de contacto, ¿por qué decidiste que este año era el momento idóneo para abrir la vía?

S.G. La verdad es que simplemente sentí que este 2018 era el momento que había estado esperando para cerrar este proyecto pendiente. Pensé que había llegado el momento de escalar esa nueva vía en memoria de Gerry. Y, sin duda, fue una experiencia muy intensa, cada segundo que pasé en aquella pared.

CB. ¿Qué fue lo más duro?

S.G. Bueno, en primer lugar, creo que la dificultad de la vía es VIII+/A2. El largo clave, el más complejo, es el sexto, en el que me encontré con un techo horizontal de tres metros que tuve que escalar. De hecho, aún no he dado con la tecla correcta para hacerlo en punto rojo. Aparte de ese largo, el nivel del resto de la ruta es bastante alto y mantenido. No es una vía sencilla en absoluto.

CB. Entonces el sexto largo fue el clave, pero ¿por graduación o por exposición?

S.G. Es el largo clave principalmente por el grado, aunque también por la posibilidad que existía de pegarme un vuelo enorme muy peligroso. Además, durante ese largo, el último, y el único seguro era un pequeño friend poco fiable…

CB. Al ser una vía de nivel tan mantenida, ¿pensaste en abandonar en algún momento?

S.G. Si te soy sincero estuve al menos hasta en tres ocasiones al límite de mis fuerzas, pero creo que nunca llegué a cruzar esa línea que me hiciese querer abandonar y descender. No obstante, como te digo, fueron momentos muy tensos. Una de las veces olvidé hacer el nudo al final de la cuerda, y casi la pierdo cuando pasó por el Gri-gri… Y luego hubo un par de veces en las que escalé tanto seguido, sin parar, que llegó un momento que sentí que no me quedaban más fuerzas para seguir y tuve que pararme y pensar fríamente que estaba haciendo. Entonces metí un pitón…

CB. ¿Cómo es ‘Can you hear me’? ¿Una línea evidente o algo rebuscada?

S.G. Es una línea evidente y natural. Además, ahora sé que hay muchas más posibilidades similares a su alrededor, así que veremos que nos trae el futuro.

CB. ¿Y es una vía limpia?

S.G. Hay pitones en la vía, pero la mayor parte de los aseguramientos fueron con seguros flotantes.

CB. Salewa es uno de tus principales patrocinadores, ¿qué destacarías del equipo Salewa que llevaste contigo durante esta actividad?

S.G. Sí, Salewa me patrocina desde hace ya 14 años, y estoy encantado de poder trabajar con ellos. En esta ocasión llevé, además de la ropa, la mochila Apex Climb 25, que me fue genial, y el casco Vayu 2.0, que siempre me acompaña…

CB. La vía es una especie de tributo a Gerhard Fiegl, a su memoria… ¿Cómo era Gerry?

S.G. Gerry era uno de mis mejores amigos… No era solo un fantástico escalador, también era una persona con la cabeza bien amueblada y un corazón enorme.

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