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Entrevista Eva Guillermina Fernández, directora general de Cultura de Santander

“Sé lo duro que puede ser trabajar en la cultura y llegar a fin de mes”

Eva Guillermina Fernández, directora general de Cultura de Santander.

Javier Fernández Rubio

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Eva Guillermina Fernández (Santander, 52 años) acaba de estrenar despacho en el Centro Cultural Doctor Madrazo. Apenas nombrada hace unos días directora general de Cultura de Santander, su despacho luce la luz natural que entra por una ventana redonda, pero apenas hay elementos personales, lo que es indicio de que lo ocupa una recién llegada: hay una mesa, tres sillas cómodas, un ordenador, agenda y papeles, poco más. Sin imágenes ni recuerdos personales, se trata de un espacio virgen propio de alguien que acaba de llegar. Mediada ya la legislatura, la nueva responsable cultural tendrá que gestionar grandes y pequeños proyectos, con la experiencia previa que le da haber trabajado durante años en la gestión y conocer lo que es manejar grandes presupuestos y otros más reducidos en los que se pone cuesta arriba llegar a final de mes.

Licenciada en Geografía e Historia por la Universidad de Cantabria, Fernández acumula más de 20 años de experiencia. En 2017 fundó Alternative Ways DMC, empresa dedicada a la gestión cultural, los viajes de autor y la organización de eventos, proyecto del que acaba de desvincularse para saltar al ruedo de la gestión pública. Ahora, al otro lado del mostrador, tendrá que dar respuesta a las inquietudes y necesidades de aquellos que, como ella misma hasta hace unos días, reclaman el apuntalamiento de la cultura en tiempos de pandemia y la necesidad de seguir desarrollando proyectos.

¿De dónde procede quien es ahora directora general?

Llevo trabajando en el mundo de la cultura la friolera de 25 años. Empecé bastante joven trabajando en el ámbito de la música, en los Marcos Históricos del FIS y el Concurso de Piano Paloma O'Shea y estuve de 'tour manager' con orquestas por toda España. Como se ve, empecé desde abajo. Luego pasé a la Fundación Botín, en donde desempeñé durante 18 años distintas responsabilidades. Cuando la dejé, monté una empresa dedicada a la organización de viajes de autor con un alto contenido cultural. También hacíamos mucha gestión cultural y eventos hasta este año en que me llamaron para proponerme ser directora general.

¿Se postuló usted a la vacante o la llamaron?

Me llamó Javier (por Javier Ceruti, concejal de Cultura y portavoz del equipo de Gobierno PP-CS en el Ayuntamiento de Santander) un día y me dijo que, si estaba interesada, era una de los candidatos al puesto.

¿Y no tuvo dudas a la hora de dar el salto a la gestión pública?

Dudas siempre hay porque la responsabilidad genera vértigo y una piensa si estará a la altura, pero me hacía ilusión y me parece estupendo que hayan pensado en mí.

Tiene posibilidad ahora de intervenir en la cultura de Santander. ¿Tiene algún esquema en la cabeza para estos dos años que restan de legislatura?

Es prematuro hablar de algo concreto. Acabo de llegar y antes es necesario escuchar mucho, conocer a fondo lo que se está haciendo. En un plano más general, me gustaría que todo el mundo que tenga algo que decir en materia cultural pueda decirlo, que haya una cultura de calidad, que preste atención a la diversidad, una cultura para todos.

¿Qué echaba en falta cuando tenía una empresa y qué se pediría a sí misma ahora que puede decidir?

Menos trabajar para la Administración he hecho de todo y sé lo que es trabajar el día a día y conseguir los recursos. Ahí te das cuenta de lo duro que puede ser para las personas que trabajan en la cultura el poder llegar a fin de mes. Eso me proporciona una perspectiva muy amplia de las dificultades que puede haber a un lado u otro del sector.

¿Está totalmente desvinculada de su empresa anterior?

Sí.

En el lado cultural en el que ahora está tiene por una parte los grandes proyectos y por la otra lo que se denomina el tejido cultural...

Está fuera de toda duda la importancia de los grandes proyectos para Santander, pero los pequeños autónomos, los pequeños empresarios también lo son y eso es algo que debemos tener muy presente.

¿Considera suficientes los recursos y la dotación presupuestaria de tres millones de euros de que dispone Cultura?

Disponer de tres millones de euros es una cantidad muy importante en estos momentos. Por supuesto que uno siempre quiere más, pero con esa cantidad se pueden hacer muchas cosas.

¿Y la relación con los agentes culturales cómo será?

Me pueden llamar por teléfono, abriré la agenda y ya está.

Me refería más bien a su la relación de la Administración local con los agentes. ¿Seguirá presidida por la burocracia?

Las subvenciones habría que simplificarlas. La burocracia para los que tienen que solicitarlas muchas veces es farragosa, compleja. Entiendo que la administración tiene unas necesidades y unos filtros y puede ser complicado. Me refiero a todo, a papeleo y a plazos. Los plazos son cortos, exigen demasiadas cosas en poco tiempo... A los procedimientos siempre hay que darles una vuelta. Sería conveniente.

El concejal la definió como una persona al margen de la política, independiente. Aparte de que no deja de ser curioso que un político ponga en valor no estar politizado, ¿es ese su caso?

A nivel personal cada uno tiene sus inclinaciones. Es imposible ser apolítico, pero en el trabajo debe primar siempre la calidad y no la ideología. Creo que cuando alguien viene con una propuesta de calidad, no importa de dónde proceda y hay que sacarlo adelante. En ese sentido puedo decir que soy una persona completamente al margen de ideologías.

Pero si, por ejemplo, la hubiera llamado para ser directora general el Partido Popular, ¿también hubiera aceptado?

Sí.

¿Le puede generar alguna incomodidad estar en un puesto con dos jefes, un concejala y una alcaldesa, ambos de distintos partidos? Lo comento porque al parecer esa fue la causa de fondo que llevó a su antecesor en el cargo a dimitir.

Yo soy una técnica y estoy aquí para gestionar, por lo tanto me da igual si tengo un jefe o dos porque yo estoy aquí para sacar adelante un trabajo.

Repasando la agenda de proyectos pendientes, este año va a ser muy importante para el MAS y el Centro Asociado Reina Sofía.

Los grandes proyectos están en obras y la parte que compete a Cultura es menos visible. Tenemos que ir trabajando los próximos meses para abrir con todas las garantías.

¿Tiene algún planteamiento sobre el engarce de la Fundación Santander Creativa con la Concejalía de Cultura?

Siempre hay opciones para mejorar. La Fundación es un organismo que funciona muy bien. La Concejalía y Santander Creativa tienen parecidos objetivos y propósitos, la buena relación está garantizada y si es susceptible de mejora es algo que tendremos que valorar.

Independientemente del presupuesto de su Concejalía, está próximo un nuevo Plan de Choque que también intervendrá en el campo de la cultura. ¿Puede adelantarnos algo?

Precisamente ahora estamos con ello. Hay una partida importante.

Me llama la atención que el proyecto de la Fábrica de Creación, cuya sede en el edificio de Tabacalera en Marqués de la Hermida está en obras, vaya a ser gestionado por la Concejalía de Educación (PP) y no por la de Cultura (Cs). ¿Tiene sentido más allá de la lógica de los pactos políticos y del reparto de competencias entre áreas de dos partidos?

Sinceramente, la Fábrica de Creación estaría muy bien en Cultura.

¿Considera que la red de centros culturales es la adecuada para la capital?

En concreto, el centro Doctor Madrazo tiene mucha actividad y un nivel de usuarios importante. El centro Ateca tiene ya un proyecto importante para su remodelación. El de Jado ha cubierto la bolera para disponer de un espacio cerrado... El problema que tienen los centros culturales es que disponen de espacios pequeños, pero dan respuesta a la ciudadanía.

¿También en los barrios de la periferia?

Sería interesante. La descentralización de la cultura también hay que hacerla dentro de las ciudades.

Hace ya años se aprobó un Plan Estratégico de la Cultura para Santander. ¿Va a ser su guía como gestora?

Será una guía. Un documento en el que participaron 300 personas de la cultura debe ser una guía a tener en cuenta.

¿Cómo cree que han de ser las relaciones con otras administraciones?

Entiendo que las relaciones con los sectores públicos y privados son siempre beneficiosas. Se trata siempre de aunar esfuerzos, establecer sinergias y remar todos en la misma dirección. La colaboración es siempre beneficiosa.

¿Es defensora de la colaboración público-privada?

Sí. Adonde no llega lo público siempre puede llegar lo privado. Yo creo que la colaboración es beneficiosa para ambos, pero sobre todo para la ciudadanía.

¿No cree que en Santander hay un excesivo protagonismo de lo privado? ¿Dónde está lo público? Ninguna institución pública tiene espacios propios, por ejemplo, en el casco urbano más céntrico.

Santander no tiene un teatro, por ejemplo, no tiene una sala de conciertos municipal de tipo medio... Es cierto que en el tema de infraestructuras estamos un poco deficientes.

¿Puede haber cambios a medio plazo?

Si sumamos las iniciativas privadas tenemos diferentes espacios para cubrir las necesidades, pero desde el punto de vista de lo público sí que echo en falta lo que existe en otras ciudades.

¿Cómo cree que saldrá el sector cultural de esta pandemia?

Salir bien de esta pandemia es ser muy optimista. Por desgracia, habrá gente que se va a quedar por el camino, no solo en el ámbito de la cultura. Es difícil gestionarlo desde el punto de vista económico, desde el punto de vista emocional o anímico... No vamos a salir indemnes. Pero espero que nos queden fuerzas suficientes para ver las oportunidades que van a surgir cuando pase esta pandemia y para no perder el entusiasmo y las ganas de trabajar.

Por desgracia, habrá gente que se va a quedar por el camino, no solo en el ámbito de la cultura

En Santander hay medio centenar de colegios. El Plan Estratégico había previsto intervenir culturalmente en los centros educativos. ¿Le interesa esta línea de trabajo?

La cultura es un proceso muy largo. No solo es acumular conocimientos. Exige reflexión, educar la mirada y los sentidos, en definitiva, y no es una tarea fácil. Empezar desde los colegios creo que es una iniciativa que no se puede dejar de lado. Si se consigue que un porcentaje de estos alumnos puedan valorar lo que supone la cultura podríamos felicitarnos por ello.

Hay una intención estratégica de crear una página web de la cultura para mejorar la visibilidad del sector. ¿La comparte?

A mí me parece una buena idea. Hoy en día las cosas, sobre todo entre los jóvenes, se mueven por las redes sociales. Tiene que ser un sistema dinámico y me parece interesante.

¿Cómo le parece Santander culturalmente hablando comparada con otras ciudades de su dimensión?

Por ejemplo, Bilbao y Málaga han conseguido hacer de la cultura un eje vertebrador, y Santander, quizá también por su tradición cultural, está en unas magníficas condiciones para conseguir algo parecido: hacer de la cultura un eje vertebrador de la ciudad, que la cultura sea un aglutinante en lo que toda la ciudadanía participe y lo sienta como propio.

¿Qué opinión le merece la relación entre cultura y turismo?

Tengo sentimientos encontrados. Nada es completamente negro o blanco. La cultura puede ser y debe ser un recurso económico que genere desarrollo pero no puede estar al servicio de esos intereses económicos. Si el turismo acaba siendo de una envergadura tal que la cultura acabe sufriendo por ello no estaremos haciendo bien las cosas. Tiene que estar muy controlado y limitado.

¿Se corre el riesgo de que la cultura que no tenga una traslación turística no se apoye? ¿De que la cultura acabe siendo un decorado para actividades turísticas?

Yo creo que la cultura tiene un valor intrínseco y hay que apoyar iniciativas buenas aunque no tengan un valor económico. Hay pequeños sectores de la población además que tienen intereses culturales y hay que satisfacerlos. La relación entre cultura y turismo a veces acaba mal, como en Venecia. Hay que tener cuidado con las dimensiones de casi todo.

En términos personales, me gustaría saber qué creadores de esta ciudad le interesan más.

No voy a dar nombres (ríe) pero creo que en estos momentos estamos viviendo una etapa de una efervescencia creadora muy importante. Hay mucha gente joven, muy válida, muy bien formada en artes plásticas, en cine, en todos los ámbitos... Hay una generación encaminada que va a dar mucho que hablar. Me llama la atención cómo una región y una ciudad tan pequeñas como las nuestras pueden producir tantos creadores de calidad.

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