He leído sin ninguna sorpresa el abrumador resultado de la consulta a la que han sido sometidos los militantes de Podemos en torno a la posibilidad de facilitar o no un Gobierno formado por el PSOE y Ciudadanos. Si poco o nada me ha sorprendido a mí, me imagino que mucho menos todavía a Pablo Iglesias y la cúpula de su partido y la pregunta que me viene a la mente es, ¿si tan claras tenían las cosas las bases de Podemos, cómo es que siquiera se sentaron sus líderes a negociar con los socialistas?
Y lo planteo porque es muy habitual que las promesas formuladas en el ámbito electoral se olvidan muchas veces, no ya delante de los electores, sino incluso por encima de las propias estructuras de los partidos, lo que hace cuestionar seriamente las garantías de representación que se derivan de un triunfo en las urnas.
En una de las series que tanto gustan a Pablo Iglesias, House of Cards, el congresista demócrata, Frank Underwood recibe la dolorosa noticia de que no ocupará la ambicionada Secretaría de Estado, a pesar de la promesa del nuevo presidente Garrett Walker. Cuando se queja ante Linda Vasquez, la Jefa del Gabinete, por esta promesa incumplida, le responden que las circunstancias no permiten su cumplimiento. Y es entonces cuando el personaje encarnado por Kevin Spacey ofrece una de sus frases más lapidarias: “La naturaleza de las promesas es que permanecen inmunes a las circunstancias”.
Realmente, si recuperamos la retórica electoral, me parece más que cristalino que los votantes de Podemos en modo alguno deseaban una coalición con Ciudadanos, por lo que la “circunstancia” de que el partido naranjito estuviera incluido en el trato difícilmente hubiera sido aceptado. Así que el ejercicio de negociación a tres bandas o a dos bandas y media, mejor dicho, estaba condenado al fracaso desde antes de empezar.
Y no seré yo quien critique a un dirigente por respetar los deseos de sus bases porque las famosas circunstancias que hacían torcer el gesto a Frank Underwood no son más que un eufemismo para no decir la palabra mentira.
Por otro lado el planteamiento de la segunda cuestión a la que responden los militantes de Podemos en la consulta, es decir el apoyo a un hipotético gobierno de cambio con En Comú y En Marea es poco más que un brindis al sol, un deseo expresado en voz alta.
Los ciudadanos estamos tan acostumbrados a que los partidos hagan exactamente lo contrario de lo que nos prometen en campaña que la consulta de Podemos es, cuando menos, refrescante. Recuerdo que el principal argumento electoral de Mariano Rajoy en la anterior legislatura fue la bajada de impuestos. Detrás de aquella zanahoria vino el palo de la realidad con sus primeras decisiones una vez sentado en la nube del poder: subir los impuestos.
Imagino que Rajoy citaría también a Underwood y hablaría de “las circunstancias”, igual que el ya exministro Soria ha utilizado todo tipo de “circunstancias” para enmarañar en sus ruedas de prensa la única y verdadera realidad: que ha operado en paraísos fiscales.
Eso es lo que nos sobran, circunstancias. Tenemos más circunstancias en España que euros en Panamá y ya va siendo hora de que terminemos con las unas y con los otros.
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