Compañerismo como terapia para sobrellevar las enfermedades crónicas
Cada semana durante dos horas, 16 personas con dolencias crónicas relacionadas, por ejemplo, con problemas cardiovasculares, reumáticos o diabetes, se han estado reuniendo en el Centro Social de Mayores de Camargo para superar sus problemas emocionales con la ayuda de tres expertas: Eugenia Pilar Suárez, psicóloga social, coach personal y especialista en trabajo de grupo; María Ordaz, psicóloga sanitaria y coach integral, y Soledad Tena, coach y especialista en enfermedades crónicas.
Este programa, organizado por la Concejalía de Sanidad del Ayuntamiento de la comarca y coordinado por la psicóloga municipal, Beatriz Morán, lleva el nombre de Grupo de Ayuda Mutua (GAM). El proyecto, que nació hace más de 10 años y se llevó a cabo desde 1997 hasta 2011, consiguió reunir hasta a 200 personas. En 2017 han vuelto a retomar la actividad, esta vez centrándose en las enfermedades crónicas, y las organizadoras admiten que les gustaría volver a juntar a ese número personas en los programas que volverán a empezar en octubre.
Este año, la mayor parte de las personas del GAM son mujeres y la media de edad oscila entre los 50 y 60 años. Sin embargo, las tres especialistas aclaran que todos los empadronados en Camargo, sin importar la edad o el sexo, están invitados a formar parte de estos programas de ayuda. Según Ordaz y Tena, el proyecto funciona muy bien y, para ellas, ayudar a personas de esa forma “tan positiva” es una gran satisfacción tanto personal como profesional.
La manera de trabajar en los grupos, explican las expertas, se basa en la participación de los asistentes, e intentan que las sesiones sean lo más dinámicas posibles: “Yo, por ejemplo, siempre estoy de pie”, apunta Tena. En cada clase, en las que se apoyan de vídeos y una pizarra, quieren que las 16 personas cuenten sus emociones, sus experiencias y los temas que les gustaría tratar.
Algo que las expertas consideran llamativo ha sido el cambio de actitud de los asistentes. Ordaz señala que en un principio algunos participantes pensaban que dos horas a la semana iba a ser demasiado tiempo, sin embargo, matiza la psicóloga, “en la valoración, muchos han dicho que les gustaría que hubiera más sesiones a la semana”. Paula y Carlos, ambos nombres ficticios y participantes del taller, comparten la idea de que debería ampliarse el horario. “La única pega que pongo es que debería durar más tiempo”, coinciden ambos.
Paula, una de las mujeres inscritas al programa, sufre artritis y depresión. No es la primera vez que participa en un programa de ayuda y para ella este último GAM ha sido “útil” y “positivo”. Según relata, el programa le ha sido muy provechoso tanto a nivel emocional como físico pues, confiesa, que estas situaciones “son muy difíciles de superar” si no tienes un apoyo profesional.
Carlos, quien padece artritis psoriásica y ansiedad severa, coincide con su compañera en que las sesiones le han sido muy útiles y ha aprendido cosas que desconocía, sobre todo, en lo relacionado con las emociones. A diferencia de Paula, Carlos se resistió en un principio a participar en el taller: “No estaba preparado”, explica. Finalmente, una amiga le habló del programa y le insistió para que participara: “Pensé que ya no tenía nada que perder”, admite.
“Todos los que estábamos allí hablábamos sobre nuestras propias experiencias. Eso nos ha venido muy bien”, señala Carlos. Y añade: “Tal y como está la situación en España de crisis, recortes y paro, allí por lo menos te sientes alguien”.
A la vuelta del verano seguirán realizando esta iniciativa y Beatriz Morán quiere continuar abriendo el abanico de opciones. Por ello, están planeando un programa, todavía sin fecha concreta, que se centre en los familiares de las personas que tienen una enfermedad mental. En este sentido, la psicóloga asegura que este tipo de trastornos es “un tema tabú que necesita ser tratado”.
Ejemplo de superación
Soledad Tena, una de las coach del GAM, tiene una discapacidad del 82% y “una capacidad del 100%”, según ella misma explica. Sus compañeras -y a la vista está- dicen que “cualquiera diría” que tiene ese porcentaje de discapacidad.
Su historia comienza muy temprano: con 17 años le diagnosticaron lupus eritematoso sistémico, una enfermedad que afecta al sistema inmunitario y ataca a las células y tejidos sanos. En su caso, Tena, sin saberlo en ese momento, llevó a cabo un “coaching casero” pues, en aquel entonces estos programas motivacionales no existían en España.
La experta asegura que, a pesar de que sus ensayos prueba-error dieron sus frutos, le hubiera gustado tener disponible estos grupos cuando era más joven. Ahora, gracias a su positivismo y ganas de mejorar, es la encargada, juntos a sus compañeras, de ayudar a superar las situaciones de desánimo que sufren algunos enfermos crónicos. Tena tiene una motivación extra al verse reflejada en esas personas que ahora buscan su apoyo.