La Federación Cántabra de Fútbol, implicada en la investigación judicial contra Villar
El presidente de la Real Federación Española de Fútbol, Ángel María Villar, para quien el juez ha decretado prisión sin fianza, pudo haber concedido “beneficios a algunos de los presidentes de las federaciones en cuyo ámbito no tenía asegurado el apoyo”, como la de Cantabria, según reflaja el auto judicial.
Villar tuvo atenciones con la federación para su conseguir su apoyo. A su presidente, José Ángel Peláez, le prometió una entrada para la final de la Champions que el Real Madrid jugó en Cardiff contra la Juventus. Nada era suficiente para Peláez, que quería que el dinero de los campos de fútbol de las Instalaciones de Nando Yosu, en La Albericia, recientemente remodelados, se ingresase en sus cuentas. El vicepresidente económico de la RFEF, Juan Padrón, lo comenta en un pinchazo: “Él quiere el dinero para manejarlo él, para hacer lo que quiera”.
El presidente de la federación cántabra gozaba de una importante cuota de poder dentro de la RFEF. El juez Pedraz mantiene secreta la investigación sobre el uso de fondos sin control, pero en el auto de prisión sí que se incluye una grabación que muestra hasta que punto Villar podía disponer del dinero de la federación a su antojo.
Hace tan solo un mes, a mediados de junio, Villar y Peláez mantienen una conversación que es grabada por los investigadores. En ella, el presidente del fútbol cántabro le dice a su superior que le ha dejado 5,2 millones de euros “para uso potestativo y a criterio personal”, una cantidad que no sería fiscalizada por la Asamblea de la Federación. Peláez define el uso discrecional de ese dinero con otras palabras: “para lo que se te ponga en los huevos”.