Artículos de opinión de Javier Gallego, director del programa de radio Carne Cruda.
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Mientras miramos el brazo alzado de los ultras que señala a las feministas y los inmigrantes como causa de todo mal, no hablamos de nuestros problemas reales y sus verdaderos culpables. Trabajadores de Alcoa, Amazon, Cacaolat, Ryanair o el taxi están en pie de guerra por despidos, explotación o falta de protección. La burbuja del alquiler provoca ya más desahucios que las hipotecas. Las empresas españolas no prevén recuperar los sueldos de antes de la crisis hasta 2025. Pero, oye, el problema son las feminazis.
Pongamos, por ejemplo, el caso de Alcoa que quiere despedir a 700 personas después de ganar 184 millones de dólares el año pasado. En 1998, José María Aznar vendió a precio de saldo la industria estatal del aluminio a esta multinacional estadounidense que ha recibido 1000 millones de euros en ayudas públicas en estos 20 años. Hoy hemos sabido que Aznar recibió 6 millones de euros del gobierno de Rajoy en plena crisis para financiar FAES, la fundación desde la que defiende privatizar lo público subvencionándolo y liberalizar el mercado laboral. Para que te despidan como en Alcoa. Pero el problema son las feminazis.
Sigamos. Los precios del alquiler en el centro de ciudades como Madrid han subido hasta un 30%. Los desahucios de alquilados superan los 115 al día, más que los hipotecarios. Los bancos que se quedaron con miles de casas y los fondos buitre que compraron viviendas a precio de crisis, los han retenido para disparar los alquileres y ahora les suben hasta un 40% a sus inquilinos. Ana Botella (otra vez “La familia”) ha sido condenada estas Navidades por fomentar estas prácticas, malvendiendo pisos de protección social a los carroñeros. Pero el problema son las feminazis.
Nos cuenta el Instituto Nacional de Estadística que las españolas no tienen más hijos por problemas económicos y dificultades para conciliar. Lógico, las empresas no han dejado de bajar sueldos desde que empezó la crisis y de pagar menos a los nuevos contratados. En resumen, sueldos insuficientes, alquileres excesivos, paro y precariedad, conflictividad laboral, dificultades para llegar a fin de mes, jóvenes que no pueden emanciparse y mujeres que no se plantean formar una familia. Pero el problema son las feminazis. Lo que no sé es cómo no salimos a la calle como los chalecos amarillos.
La solución de Vox curiosamente es la misma de FAES, esto es, privatización subvencionada, rebajas fiscales a las rentas altas, ayudas públicas a quien tenga hijos y España, España, España. Cómo se nota que Abascal ha vivido toda la vida de las mamandurrias del PP. A todo esto, Cuatro anuncia la eliminación de los telediarios más progresistas de la tele privada, justo cuando más se necesita la información frente a los bulos de la extrema derecha. Pero el problema son las feminazis.
Cuando más se la necesita, la izquierda también está desaparecida. Seguirá recluida en sus chaletes de invierno, qué sé yo. Cada día tenemos que tragarnos una nueva parida del inagotable y agotador, Pablo Casado, o la siguiente barbaridad del facho de turno porque al otro lado no hay nadie que le replique. No es difícil, sólo hay que salir ahí y hablar de los problemas reales de la gente, que no son ni el feminismo ni los inmigrantes. Pero sí lo es una izquierda que ni siquiera se presenta a la pelea y un electorado progresista que no se moviliza a votar ni cuando amenazan sus derechos.
JUEVES A LAS 10H EN WWW.CARNECRUDA.ES: TRABAJADORES EN LUCHA
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