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Carolina Fernández, joven y ganadera: “Llevo la ganadería en el ADN”

Carolina Fernández en su explotación.

Pilar Virtudes

Carolina Fernández es joven y ganadera. Toledana de Mensalbas y apasionada de lo que hace, dirige junto con otros tres socios especialistas en los diferentes sistemas de producción animal un proyecto ganadero para criar ganado y comercializar carne de ternera rica en Omega3.

No sólo es la directora de marketing de su empresa, ‘Casa Gutier’, sino que además es responsable de ASAJA joven en la provincia de Toledo y el pasado viernes fue la encargada de presentar el Congreso de Jóvenes Agricultores y Ganaderos que se ha celebrado en la capital regional y que tenía como tema central el cambio climático.

Y hace todo esto con ilusión, porque cree en ello: “Llevo la ganadería en el ADN. Soy nieta, hija y esposa de ganaderos”.

Asegura que siempre dijo que no se iba a dedicar a la actividad de su familia, sin embargo, cuando tuvo que elegir qué estudiar se decidió por algo que ya apuntaba un camino, ingeniero agrónomo: “Siempre dice que no iba a ser ganadera, pero es algo que me apasiona y por mucho que he querido irme a otro sitio no lo he hecho. Realmente donde soy feliz es en el campo y cerca de la ganadería por eso he encauzado mi vida en esta profesión”.

Con este amor por lo que hace y con su empuje, puso en marcha ‘Casa Gutier’, un proyecto innovador que se ha alzado con varias distinciones desde que nació hace cinco años. Si por algo se caracteriza su empresa es por combinar una actividad tradicional, la ganadería, con la innovación y el empuje de los jóvenes. Partiendo de una tesis doctoral de la Universidad de Zaragoza que se basaba en que “somos lo que comemos, estuvimos dos años investigando hasta que hemos conseguido certificar que nuestra carne es una carne más saludable y que está enriquecida con Omega 3, avalado por la universidad de Zaragoza y certificada por CERTICAR (Certificadora de Productos Agroalimentarios).

Para conseguir esta carne roja más saludable modificaron el perfil lipídico de la grasa del filete a través de una alimentación del ganado diferente los últimos cuatro meses de vida de la ternera.

Sus terneras se crían al aire libre en las explotaciones ubicadas el Valle de Alcudia y Almadén (Ciudad Real) y en Menasalbas y Los Yébenes (Toledo) donde realizan una crianza sostenible basada en materias primas ricas en ácidos grasos insaturados (aceite de oliva y lino) hasta obtener el producto final. La carne que obtienen la comercializan también a través de su página web directamente el consumidor final.

Un producto, que según Carolina, cada vez es más apreciado. “El mercado es difícil pero creo que cada vez la gente está más sensibilizada con el tema de la alimentación y  le  preocupa lo que come y lo que da de comer a sus hijos, a sus amigos y a su familia. Demandan una alimentación sana y de calidad y nosotros debemos aportar a la sociedad lo que yo creo que reclama”, defiende.

La burocracia, uno de los problemas

Y aunque ella ha conseguido vivir del campo, tiene claro que no es fácil y que los jóvenes se encuentran con numerosas dificultades a la hora de emprender en el campo. 

“Creo que el primer y principal problema que tenemos es un exceso de burocracia, los jóvenes que quieren emprender en el campo se enfrentan a un calvario administrativo”, señala porque asegura que esto “es algo que está superando a muchos jóvenes que quieren acercarse al medio rural”. Otro problema importante que apunta es “la dificultad para acceder a la tierra” que tienen los jóvenes.

Es consciente de que el reto de la España Vaciada pasa por los ellos: “Lo tengo muy claro, los jóvenes agricultores y ganaderos de hoy somos el pegamento del mundo rural” y para que se decidan por permanecer en el medio rural las actividades tienen que ser rentables.

“Vivo en un municipio pequeño porque tengo ganadería. Los que estamos es porque estamos muy ligados a explotaciones ganaderas y agrarias. Nos deben de apoyar porque, aunque nos gusta mucho, lo que hacemos si no nos da para vivir vamos dejar de producir alimentos. Nuestras explotaciones tienen que ser rentables”. señala.

Como mujer de su tiempo y trabajadora en el campo, a Carolina Fernández le preocupa el cambio climático. “Es una reto que tenemos en nuestras explotaciones , somos conscientes de que necesitamos adaptarnos a los cambios que estamos sufriendo en el clima y, por supuesto, tenemos que ser capaces de adaptar a nuestros cultivos y  explotaciones ganaderas para poder viviendo del campo que lo que queremos los que estamos en el medio rural”.

Su propia explotación es un ejemplo ya que se están implementado medidas para que las explotaciones sean cada vez más sostenibles  por ejemplo incorporando la energía solar a la explotación en extensivo para irnos adaptarnos pero “no es fácil porque la rentabilidad es muy escasa y hay que ir poco a poco”, señala.

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