Cabanillas del Campo, cuando la burocracia mantiene un vertido industrial al río desde hace tres décadas
Cabanillas del Campo (Guadalajara), una de las poblaciones más activas industrialmente hablando del Corredor del Henares, lleva más de 30 años sin solucionar el problema de vertidos que genera su polígono industrial Cantos Blancos, con más de un millón de metros cuadrados. Unos vertidos que terminan en el arroyo Cabanillas y, desde ahí, al río Henares.
Los vertidos datan, al menos del año 1982. Entonces el municipio contaba con unos 1.000 habitantes. Hoy, son más de 10.000 y su actividad industrial ha crecido exponencialmente.
Fue la pasada legislatura cuando el actual alcalde, José García Salinas, puso en marcha el proyecto para construir una Estación de Bombeo de Aguas Residuales (EBAR) en la parcela 20 del polígono industrial número 2. El objetivo es captar los vertidos provocados por el polígono industrial Cantos Blancos y posteriormente conducirlos a la estación depuradora municipal.
El alcalde explica que conoció el problema de los vertidos a través de los técnicos municipales, cuando llegó a la Alcaldía en el verano de 2015. Fue entonces cuando decidió aprovechar las ayudas vinculadas a las inversiones financieramente sostenibles que se conceden a entidades locales con superávit. Un remanente que puede dedicarse a inversiones relacionadas con el medio ambiente, la eficiencia energética, la mejora de infraestructuras o la rehabilitación de edificios de servicio público, entre otras.
Cinco años después, el proyecto todavía no se ha puesto en marcha y, previsiblemente, no lo hará, al menos hasta 2021 o 2022 con la consiguiente acumulación de vertidos industriales en uno de los afluentes del río Tajo.
Ha sido una reciente denuncia de Ecologistas en Acción y el Grupo Local WWF de Guadalajara en torno a (otro) vertido industrial la que lo ha puesto de manifiesto.
Fue en diciembre de 2017 cuando la Confederación Hidrográfica del Tajo comenzó a tramitar el expediente para construir la Estación de Bombeo que pusiera fin a los vertidos.
“El proyecto no sale de la chistera sino de una reunión en la sede del organismo, con el entonces presidente de la CHT, Miguel Antolín (después ha habido dos más), y se pactó la solución técnica”, explica el alcalde de Cabanillas del Campo, quien recuerda como el entonces presidente de la Confederación le daba un ‘tirón de orejas’ por haber permitido que la situación se prolongase desde 1982. “Yo le respondí, en tono jocoso, que nací en 1987 y que había llegado a la Alcaldía en 2015”.
El alcalde reconoce que se pidieron algunas modificaciones al proyecto inicial. “Las hemos ido atendiendo y es verdad que hemos tenido que pedir alguna prórroga que nos han concedido”, pero lamenta el retraso en la burocracia administrativa que ha ido posponiendo el proyecto.
“El año 2018 fue un año en blanco, no se hizo nada”, para este proyecto, a pesar de las peticiones reiteradas desde el Consistorio para “impulsar” el expediente.
Fue al año siguiente, en 2019, cuando el Ayuntamiento de Cabanillas del Campo recibió “por sorpresa” la comunicación de que la solicitud se había desestimado y se denegaba la autorización para construir. Ahora, están pendiente de resolución el recurso de reposición que el Consistorio interpuso a la negativa que la Confederación Hidrográfica basó en que “el caudal vertido en el punto de alivio proyectado en la EBAR supone una alteración significativa del régimen natural de corrientes del arroyo Cabanillas, considerada inadmisible para cumplir con los objetivos generales de protección de los cauces” establecidos en la Ley de Aguas.
“Nosotros nunca hemos querido recurrir, estábamos tan cansados que lo único que queríamos es que se solucionase y hemos atendido a todos y cada uno de los requerimientos”, dice el alcalde. El último de esos requerimientos por parte de Confederación Hidrográfica del Tajo pasa por que se incorpore al proyecto una laguna de filtración que controle el caudal limpio de agua antes de llegar al arroyo Cabanillas.
“Estamos dispuestos, modificaremos el proyecto las veces que sean precisas”, insiste el alcalde que, sin embargo, advierte, las consecuencias del retraso serán también económicas. “Ya dilatamos mucho la licitación para no adjudicar la obra hasta que no hubiera autorización. Puede que la empresa nos pida un lucro cesante porque lleva mucho tiempo esperando, aumentan los costes…Esto nos afecta muchísimo presupuestariamente”.
Entre otras cosas porque del presupuesto inicial para la obra era de 731.215,10 euros. Ahora, el alcalde cree que pueden superarse los 1,2 millones de euros.
El retraso también supondrá que el proyecto tendrá ahora que ser vinculado a presupuesto corriente y no a las ayudas para inversiones financieramente sostenibles. “Tenemos el dinero desde 2017 que podrían haberse destinado a mejorar otros servicios que también son muy necesarios y este dinero va caducando de año en año y no solo eso: el problema del medio ambiente, que nos preocupa, no se soluciona”.
La última reunión con el comisario de Aguas del organismo de cuenca se produjo en enero. “Estamos pendientes de que nos validen la última modificación técnica para que nos concedan de una vez la autorización e iniciar las obras”.
Multas por valor de 12.000 euros
El Ayuntamiento de Cabanillas del Campo ha acumulado desde los años 80 del siglo XX multas por valor superior a los 12.000 euros (el alcalde dice no conocer la cifra exacta) derivadas de los vertidos industriales al arroyo.
Con la puesta en marcha del proyecto de la Estación de Bombeo de Aguas Residuales, el ayuntamiento logró paralizarlas al recurrir judicialmente la última sanción en 2016, por valor de los 3.297 euros más una indemnización por daños al dominio público hidráulico superior a los 900 euros. El Tribunal Superior de Justicia de Madrid le dio la razón al Ayuntamiento de Cabanillas del Campo. “Ya no nos ha llegado ni una sola multa más. Entre comillas ya estábamos hablando de afán recaudador: usted me multa por algo que no resuelvo pero no lo resuelvo porque usted no me autoriza”.
El vertido en el polígono industrial ‘La Quinta’: una avería ya resuelta
El alcalde cabanillero se ha referido también al vertido de residuos industriales denunciado por Ecologistas en Acción y WWF Guadalajara en el polígono industrial ‘La Quinta’. “Se produjo una avería puntual en una de las bombas que lleva el agua a la depuradora. Hubo un escape y al día siguiente se requirió a la concesionaria, que es Acciona, se solucionó”, explica.
Sobre esta circunstancia, la Confederación Hidrográfica del Tajo explicó a eldiarioclm.es que ya se han “inspecciones oportunas para valorar si se está produciendo una infracción”. García Salinas explica que no se ha producido ninguna notificación por parte del organismo de cuenca. “No debería ir más allá, todo se rompe en esta vida y ya está solventado”, insiste el edil.
Cabanillas del Campo cuenta hoy con casi cuatro millones de metros cuadrados de suelo industrial que aumentará con la intención del Consistorio de desarrollar el sector ST31, donde el alcalde confirma que está prevista la construcción de una depuradora en el nuevo Plan de Ordenación Municipal.
“Los costes de su gestión son muy elevados, no solo su construcción. La depuradora que ya tenemos nos supone más de medio millón de euros al año y tiene capacidad para 30.000 habitantes así que lo que haremos provisionalmente será bombear hasta ella las aguas residuales del ST31”.
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