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Castilla-La Mancha es la región con más reservas fluviales declaradas de España

Río Gévalo

Francisca Bravo Miranda

En 2002, la única reserva fluvial declarada en la región era los Sotos del río Guadyerbas y arenales del Baldío de Velada, y se basaba en la misma legislación castellano-manchega. Ahora, en 2015, el Ministerio de Agricultura ha declarado más de ochenta reservas fluviales, de las cuales veinte están en Castilla-La Mancha, repartidas entre las cuencas del río Tajo, Guadiana, Guadalquivir, Segura y el Júcar, e incluyen parajes como la Garganta de Iruelas, o los ríos Estena, Estenilla y Estomiza. Es la primera declaración que hace el Gobierno de España, dentro de sus competencias, y se trata de figuras de protección pensadas para preservar los tramos de ríos con escasa intervención humana y en muy buen estado ecológico.

Sin embargo, todavía quedan reservas fluviales por aprobarse, ya que el proceso de aprobación que seguirá el Ministerio de Agricultura se ha dividido en distintas frases. Así lo explica Raúl Urquiada, de Ecologistas en Acción, quien ha señalado una suerte de “problema” legal que sólo ha permitido declarar una veintena de reservas en Castilla-La Mancha, aunque se han propuesto más. Se trata del estado ecológico de los ríos, que ha limitado al Ministerio para poder declarar las reservas. “En el momento que salga un nuevo reglamento del dominio público hidráulico, se regulará todo lo concerniente a las reservas fluviales. Se quitarán los limitantes del buen estado ecológico y se establecerán medidas para garantizar el estado ecológico”, señala Urquiada.

Estas “limitantes” vienen desde la Directiva Marco del Agua, que establece los mecanismos del estado ambiental que deben tener los ríos en España, señala Urquiada. Este documento evalúa el río desde el punto de vista biológico, como vegetación o la fauna, pero también desde el punto de vista morfológico, como si hay presas o canalizaciones y también la calidad fisicoquímica del agua para ver si hay una conductividad o nitratos en el agua. En Castilla-La Mancha hay ríos que, según estos estándares, no han podido formar parte de estas reservas fluviales.

Ecologistas en Acción publicó este año un estudio promovido por la Fundación Biodiversidad, precisamente de cara a las declaraciones de reservas fluviales, que reveló el mal estado de la cuenca del Guadiana. Ecologistas señaló que ninguno de los ríos del ecotipo 'manchego', asociados a aguas subterráneos, contaba con un estado ecológico razonable para ser declarado reserva fluvial, con excepción del Jabalón. Otros cauces como el Bullaque fueron descartados y las razones fueron, entre otros, el alto consumo de su agua por actividades como la agricultura y también el hormigo de construcciones o depuradoras. 

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