Concha Velasco: “Mi vida es el teatro. Es mi amante fiel”
El Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro ha otorgado su XVI Premio Corral de Comedias a la actriz Concha Velasco, como reconocimiento a toda una vida de “dedicación y entrega” al teatro. Natalia Menéndez, directora del festival, ha descrito a Velasco como una “trabajadora incansable” y una “gran persona que ha querido en su vida dar lugar de honor a ser actriz”. Entre los asistentes, Gerardo Vera, escenógrafo y director, reconoció que: “Estamos viviendo los dos un época muy especial. Nos hemos encontrado en el momento que necesitábamos y es, Reina Juana. Concha hace posible que el éxtasis que sentía la reina Juana por su primer amor en el siglo XVI, sea totalmente creíble”.
Otra de las actrices que quiso estar al lado de Concha Velasco, fue Beatriz Carvajal quien recordó cómo se encontraron en el programa 'Querida Concha'. “Quería dejar de hacer comedia, pero me llamaron para trabajar contigo y no lo dudé”, aseguro Carvajal. El ministro en funciones de Educación, Cultura y Deportes, Iñigo Méndez de Vigo, destacó que la actriz ha conseguido lo que “muy pocos”: “Con tu Reina Juana, has conseguido en tan sólo una hora y media poner la figura de esta reina, dónde se merece, algo que no han conseguido los libros de historia”.
Concha Velasco, recogió su galardón en el Teatro Municipal de Almagro, alzándolo al cielo, entre los ensordecedores aplausos del público. Emocionada, agradeció el galardón no sólo a los asistentes y al Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro, sino a su familia que siempre la ha apoyado desde sus inicios. Según sus propias palabras, consigue lo que se propone: “Yo me pido las cosas. Quería trabajar con Pedro Olea en Tormento, y me atiborré a cortisona para engordar quince kilos. Incluso me puse algodones en la boca como Marlon Brando, para obtener el papel. Lo logré”.
Además, admitió que Natalia Menéndez tuvo razón en su discurso: “Mi vida es el teatro, es cierto. Es mi amante fiel. Siempre digo que sí, el teatro es mi centro. No he querido ser otra cosa nunca, me ha dado todo. Me ha permitido ser madre y abuela, educando a mi familia en el camerino. Un lugar muy sano, porque todos los días los hijos de los artistas, ven como sus padres leen, estudian e investigan”.
