Un dossier para mostrar el holocausto “invisible”, el de las mujeres
La historia se mueve entre la Alemania del holocausto y la España de décadas después, cuando Judith von Könning-Walnner llega a Zaragoza para honrar a quien salvó la vida de su madre cuando iba a ser enviada a los campos en Polonia. Judith no llegó con las manos vacías, sino con 25 años de investigación de recopilación de datos e informes sobre los temas que no fueron considerados relevantes por su jefe. Entre ellos, las mujeres víctimas del holocausto.
Es esta la novela, 'El Dossier de las mujeres sin rostro' que su escritor Ángel Arribas presentó esta semana en la Biblioteca de Castilla-La Mancha, donde recibió el cariño y grandes elogios de los toledanos que acudieron al evento. El trabajo ha llegado ya a importantes ciudades españolas como Barcelona, Madrid, o Zaragoza.
Cinco millones de mujeres fueron víctimas de los oscuros años del nazismo en Alemania, cuenta el autor de la obra, Ángel Arribas. Arribas escribió 'El dossier de las mujeres sin rostro' a partir de un “error” relacionado con la muerte de Hitler, pero que le permitió contar con una investigación exhaustiva. “Me pidieron una novela relacionada con la supuesta vida de Hitler pero encontramos que había una treintena de novels que contaban lo mismo. Así llegue a la conclusión que no escapó”, explica.
Sin embargo, de esa historia salió Judith. “Gracias a ella pude analizar otro holocausto, silencioso, ignorado. Sabemos que hubo un exterminio, a los judíos, sólo por ser judíos. Pero hubo otro, la violación, el ultraje de las mujeres sólo por el hecho de ser mujeres por parte de las tropas”. Ese es el camino que sigue Judith, su personaje principal, contar las hazañas de hombres que salvaron a muchas personas de la muerte. Se trata de hombres delcarados como “Justos entre las Naciones”, dos españoles cuya historia quiere contar José Torres, al ser sus paisanos.
Se forma entonces una historia de amor, que sirve como marco para la denuncia “directa” que quiere hacer la protagonista del uso de las mujeres como arma de guerra. Una violencia, explica Arribas, de la que nadie más ha querido hablar. De algún modo, señala el autor, se trata de un modo de feminismo basado en la investigación científica e histórica, que ha sido plasmada ampliamente en el trabajo que presenta.
“Las mujeres siempre han sido un botín de guerra. Siempre. Y ningún Gobierno ha hecho nada en contra de estas violaciones de los derechos humanos”, reflexiona el autor. Por eso, por ejemplo, las mujeres de su libro prefieren aparecer sin rostro en la investigación de Judith precisamente porque tener rostro significaría ser más vulnerables aún. “No querían ser reconocidas”, explica el autor.