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La ecología es uno de nuestros principales intereses y es el centro de este blog: cambio climático, medio natural, desarrollo sostenible, gestión de residuos, flora y fauna, contaminación y consumo responsable, desde el punto de vista de periodistas, expertos, investigadores, especialistas y cargos públicos. También editamos la revista 'Castilla-La Mancha Ecológica'.

Aceite de palma: todas las claves de un producto que sigue en tela de juicio

Foto: Pixabay

Lucía María de la Fuente

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¿Eres de esas personas que se pasan horas y horas estudiando las etiquetas de los productos que va a comprar o simplemente te lo llevas sin más? ¿Sabemos realmente lo que estamos comprando? ¿Qué es el famoso aceite de palma? A continuación exponemos las características, ventajas y consecuencias de este preciado ingrediente tan deseado por las empresas alimenticias pero tan temido por los expertos, que hará que te replantees el estudiar cada etiqueta de lo que compres.

El aceite de palma se obtiene de los frutos de la palma africana (Elaeis guineensis) y hoy en día es el aceite más utilizado del mundo debido a su sabor y textura (y porque es más económico que el resto de aceites). Está presente en bollería industrial, snacks, productos precocinados (pizzas, etc), cosméticos, productos de limpieza y biodiésel, entre otros.

Como todo en la vida, este compuesto también tiene sus inconvenientes, más que ventajas incluso:

Salud

Muchos habréis oído o visto noticias en las que se comenta la peligrosidad de este aceite para la salud humana, pero no todos los productos de esta planta son perjudiciales.

La grasa de palma es la utilizada para elaborar alimentos procesados. Contiene más de un 70% de grasas saturadas (las cuales no son muy buenas para nuestro organismo), por lo cual se aconseja limitar su consumo, ya que una alimentación en exceso de este compuesto puede conllevar problemas cardiovasculares, aumentar el nivel de colesterol e incluso puede formar trombos en la sangre.

El aceite de palma en cambio está más refinado y el porcentaje de ácido palmítico disminuye hasta un 40% aproximadamente, pero esto conlleva una consecuencia: pierde los antioxidantes que antes tenía. El ácido palmítico no solo está aquí sino que también está en pequeñas cantidades en el aceite de oliva o incluso en la leche materna. Este no es perjudicial si no se superan los ocho gramos al día.

Hace poco saltaron las alarmas porque estudios recientes destacaron que este tipo de aceite producía cáncer, ya que al calentarse en los procesos industriales, se producían ácidos grasos que modificaban el ADN. Más tarde se vio que, aunque las células tumorales tratadas con ácido palmítico tras introducirlas en animales producían más metástasis, no se podía relacionar una cosa con la otra, ya que el aceite de palma posee muchísimos más ácidos grasos distintos que aún quedan por estudiar.

La otra cara de la moneda

Pero entonces ¿solo provoca problemas de salud? Desgraciadamente no. Como si ya no fuese suficiente, existen problemas derivados de su obtención, es decir, de carácter ambiental.

Como se ha comentado antes, este bien lo obtenemos del fruto de la palma africana. Debido a su alta demanda, dicha planta se está cultivando en países tropicales como Indonesia, Malasia o Colombia, sustituyendo a lo que antes era bosque autóctono por monocultivos intensivos. Emiten grandes cantidades de CO2 por los incendios que allí ocurren. La cosa no queda ahí: también se abusa de los derechos humanos (explotación infantil, trabajo muy duro por poco dinero…) y se está perdiendo la biodiversidad. 

Deforestación de Borneo

Cada año miles y miles de elefantes, tigres de Sumatra y orangutanes desaparecen por culpa de las operaciones para la obtención de este aceite. A ello se suma que de por sí son especies en peligro de extinción, pero no se hace nada por protegerlo. El consumo del aceite de palma crece más y más pero ¿a qué precio? 

Muchas organizaciones ya intentan concienciar a la gente pero aun así la gran mayoría de empresas no pone remedio. Debido a que ese tema está cada vez más en auge, algunas compañías han decidido cambiar este ingrediente por otros menos perjudiciales. No se sabe si es una estrategia de marketing o realmente quieren cambiar su forma de producir a otra más sostenible (ya que el aceite de palma es muchísimo más económico que otros aceites como el de girasol) pero sea lo que sea, es un pequeño paso hacia delante. 

También existen compañías que quieren tener el mérito de no utilizar dicho aceite aunque en realidad lo hagan. ¿Cómo lo consiguen? Al visualizar el contenido del envase no aparecerá como tal ‘aceite de palma’, sino que aparecerán ingredientes tan extraños como manteca de palma, estearina de palma, grasa vegetal fraccionada e hidrogenada de palmiste, e incluso el nombre científico de la especie, aunque en realidad, sea un nombre u otro, es lo mismo.

Tolerancia cero a los productos con aceite de palma

Ahora que ya te hemos contado todo esto sobre el aceite de palma, te toca a ti. Te estarás preguntando: ¿cómo puedo evitar comprar productos que contengan aceite de palma? Hoy en día no es tan sencillo y tendrías que ir mirando las etiquetas de cada envase una por una. Si no quieres demorarte mucho comprando (lo cual es comprensible) te recomendamos lo siguiente:

-Cocina todo lo que puedas en casa. Así te aseguras del aceite que llevan las comidas y no corres el riesgo de tomarlo.

-Evita los productos precocinados, la bollería industrial, ciertos tipos de chocolate de untar y demás productos que claramente lo contengan.

-Busca la certificación RSPO en las etiquetas, la cual señala que el aceite de palma utilizado se ha obtenido de una forma sostenible, pero cuidado, no todo es tan bonito…

Etiquetas RSPO ¿aceite de palma en cubierto?

Todavía no están muy implantadas en el mercado pero con ellas lo que se quiere conseguir es una producción más sostenible del aceite de palma. Con ella intentan regular su producción evitando nuevas plantaciones, pero las ya existentes no se controlan. Ahí está la trampa: que tengan esta etiqueta no implica que todo se haya hecho correctamente, sino que aquellas empresas que participan se comprometen a medio-largo plazo a dicha sostenibilidad aunque mientras tanto infrinjan alguna que otra norma. En el futuro se plantea producir Aceite de Palma Sostenible Certificado (CSPO), pero por el momento es más un deseo que una realidad.

Tras haberte contado todo esto, ¿qué vas a hacer para remediarlo? ¿De qué lado estás?

Sobre este blog

La ecología es uno de nuestros principales intereses y es el centro de este blog: cambio climático, medio natural, desarrollo sostenible, gestión de residuos, flora y fauna, contaminación y consumo responsable, desde el punto de vista de periodistas, expertos, investigadores, especialistas y cargos públicos. También editamos la revista 'Castilla-La Mancha Ecológica'.

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