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Guadalajara es el mayor desierto demográfico de Europa

Casa en ruinas cerca de Sigüenza

Raquel Gamo

Una media de cuatro habitantes por kilómetro cuadrado repartidos en un vasto territorio de 11.300 kilómetros cuadrados. Esta es la radiografía que refleja a grandes rasgos el mapa de la despoblación de la provincia de Guadalajara, considerada como el mayor desierto demográfico de Europa. El estudio ‘Áreas Escasamente Pobladas del Sur de Europa  y la Política de Cohesión 2021-2027’, desarrollado por la investigadora en análisis demográficos del Instituto de Investigación y Desarrollo Rural Serranía Celtibérica, Pilar Burillo, pone negro sobre blanco la realidad del desequilibrio demográfico que acusa España desde hace varias décadas. Entre los datos más concluyentes destaca que el 53% del territorio español está habitado solamente por el 5% de la población. Estas cifras colocan a España como el país más despoblado del Sur de Europa.

Un desajuste poblacional que, en el caso de la provincia de Guadalajara se reparte en dos grandes áreas. Mientras en el cinturón industrial del Corredor del Henares se concentran 204.699 habitantes con una densidad de 237 habitantes por kilómetro cuadrado, en el resto de la provincia viven 48.611 habitantes y la densidad demográfica es inferior a los 5 habitantes por kilómetro cuadrado.

Esta despoblación se agrava aún más en comarca de Molina de Aragón, conocida como la Laponia del Sur. En este territorio del este de Guadalajara, que ha perdido población de forma constante en los últimos cuarenta años, la densidad no supera los 2,5 habitantes por kilómetro cuadrado. Una realidad que en Geografía Física se conoce como ‘desierto demográfico’.

Francisco Burillo, Catedrático de Prehistoria de la Universidad de Zaragoza y promotor del proyecto de Serranía Celtibérica asegura a eldiarioclm.es que “la despoblación rural es un problema grave que debe resolverse en el seno de la Unión Europea con medidas que ayuden a revertir la pérdida de población en estas zonas como una fiscalidad rural discriminatoria y la extensión de las comunicaciones por banda ancha a todo el territorio”.

Revitalizar la “Laponia Mediterránea”

La Asociación para el Desarrollo de la Serranía Celtibérica (ADSC) es un proyecto que nació en  2014 con el objetivo de revitalizar uno de los territorios más despoblados del continente europeo, la Serranía Celtibérica o también conocida como la Laponia Mediterránea.  Conformado por cinco regiones y las provincias de Burgos, Castellón, Cuenca, Guadalajara, La Rioja, Segovia Soria, Teruel, Valencia y Zaragoza, el territorio milenario de la Serranía Celtibérica cuenta con una extensión de 63.098 km2, una población de 487.417 habitantes y una densidad de 7,72 habitantes por km2. Además la mitad de sus municipios (1263 localidades) tienen una población inferior al centenar de habitantes.

Desde entonces, este colectivo de desarrollo rural se ha ramificado en secciones dentro las distintas provincias. Es el caso de la extensión de Serranía Celtibérica en la provincia de Guadalajara, que surgió a finales de agosto y tiene su sede en la localidad de Cifuentes.

Natalia Díaz, secretaria de Guadalajara ADSC afirma a este digital que “Guadalajara es la provincia que vive la situación más extrema de despoblación dentro de la Serranía Celtibérica y nuestro objetivo es visibilizar esta agónica realidad reclamando medidas sociales y económicas que ayuden a frenar la despoblación rural”.

Los dos ‘desiertos demográficos’ de la provincia alcarreña se sitúan en las comarcas de la Sierra Norte y Molina de Aragón. En el caso de la Serranía, formada por 85 municipios, su cabecera, Sigüenza con una densidad demográfica de 3,23 habitantes por kilómetro cuadrado ha perdido  cerca de 500 habitantes entre los años 2011 y 2017. En el Señorío de Molina, su capital, Molina de Aragón ha visto mermada su población en 300 habitantes durante ese mismo periodo. En la actualidad, su censo es de 3365 habitantes y su densidad demográfica apenas alcanza el 3%.

Entre los fines de esta asociación de repoblación se encuentra recuperar la identidad rural: “Queremos aglutinar a asociaciones y municipios de toda la provincia para crear una conciencia y sentimiento de pertenencia en torno a un territorio que sufre los mismos problemas.”, puntualiza Díaz. Para ello, la asociación actuará, a través de 18 grupos de trabajo, liderados por representantes de la provincia, que se concentrarán en diferentes áreas como sanidad, educación, cultura, patrimonio natural o turismo.

Además, desde Serranía Celtibérica  reivindican que se aplique la Quinta Inversión Territorial Intregrada (ITI), una estrategia de desarrollo para esta área remota, aprobada por las Cortes en 2015. De las cinco regiones que constituyen la Serranía Celtibérica, Castilla-La Mancha es la única comunidad autónoma que ha activado este plan económico en la comarca de Talavera con una inversión rayana a los 60 millones de euros.

En lo que respecta a la ITI de Guadalajara, Francisco Burillo señala que necesita de un Plan de Desarrollo para el periodo 2018-2020, que abarque medidas para revalorizar su patrimonio ambiental y cultural, además de instalar la tecnología de banda ancha de 300 Mb en todos los pueblos como forma inmediata de crear empleo.

Además, Díaz considera que para solucionar la despoblación “el primer paso es promover un desarrollo económico y un cambio de mentalidad que dejar de considerar al campo como los parques temáticos de la población urbana”, así como “consolidar un arraigo al territorio para defender mejor sus necesidades”. 

‘Pueblos Vivos’

La localidad campiñera de Fontanar acoge este sábado la I Jornada sobre ‘Pueblos Vivos’. Se trata de una propuesta, auspiciada por el grupo provincial de Ahora Guadalajara con la que se busca reflexionar acerca de la problemática de la despoblación rural y la gestión de residuos en los pequeños municipios.

Durante la primera mesa de debate, a las 12 horas, diferentes expertos en medio ambiente tratarán el tema del reciclaje de residuos orgánicos y su conversión en abono agrícola, mediante sistemas de compostaje.

Hodei Del Olmo, técnico de Medio Ambiente y especialista en residuos orgánicos e implantación de sistemas de compostaje, relatará su experiencia personal en torno al programa de compostaje comunitario que se lleva a cabo en el Burgo, una localidad cercana a Vitoria, desde los años 90. Desde entonces, los vecinos acumulan los restos orgánicos de césped y poda en unos puntos limpios. Después, una empresa tritura este material y lo deposita en pilas, destinadas al compostaje. Al cabo de un año, el compost se devuelve a los vecinos para que lo reutilicen en sus jardines y huertas como abono agrícola.

“Los programas de compostaje comunitario son proyectos de autogestión de residuos, accesibles y ecológicos con los que se pretende evitar que el residuo acabe en vertederos y sea manipulado por empresas de reciclaje”, explica Del Olmo a eldiarioclm.es. Además, añade que, “aunque el compostaje genera al principio cierto rechazo por los malos olores, fomenta las relaciones sociales, la educación ambiental y ayuda a recuperar la biodiversidad de nuestros suelos, porque hace que se complete el ciclo de los residuos y que puedan tener una segunda vida”, asevera la técnico de Medio Ambiente.

En la provincia de Guadalajara, las iniciativas ecológicas de compostaje comunitario son todavía incipientes. Destaca el programa ‘Henares Agocomposta’, que desarrolla la Mancomunidad Vega del Henares en las localidades de Alovera, Azuqueca de Henares, Cabanillas del Campo, Chiloeches, Fontanar, Marchamalo, Quer, Villanueva de la Torre y Yunquera de Henares. Esta iniciativa de economía circular ha recogido de forma selectiva 40 toneladas al año de residuos orgánicos de ocho colegios y varias empresas situadas dentro de la mancomunidad, desde 2017. Después, los deshechos se tratan mediante técnicas de pequeño agrocompostaje en huertas de Cabanillas y Galápagos. Vega del Henares organiza también talleres ambientales en los colegios y visitas a las huertas para que los escolares aprendan el ciclo integral que sigue la materia orgánica.

La Unión Europea ha establecido una normativa por la que en 2020 las ciudades han de alcanzar el 50% de reciclaje de los residuos. En la actualidad, cada persona genera una media de 140 kilogramos de orgánico al año.

Jornada sobre despoblación rural 

El segundo coloquio, que se iniciará a las 17,30 horas horas, versará sobre la despoblación rural, que afecta gravemente a la provincia de Guadalajara. Entre los participantes, que aportarán soluciones a este fenómeno, se encuentran la activista rural marta Chordá, la bióloga especializada en Ecología de la Trashumancia y la Ganadería Extensiva, Elisa Oteros; el fundador de las asociación Pobladores Rurales, el diputado regional de Podemos, David Llorente, la coordinadora de la red de Agroecología en Acción, María Andrés e Isaac Alcázar, miembro del colectivo de Fraguas Revive.  

Marta Chordá, activista rural y asesora del Comité Consultivo de Podemos sobre el medio rural subraya a eldiarioclm.es que “ha surgido un debate positivo entorno a la despoblación, pero nunca se parte de un diagnóstico acertado de este problema y es que la despoblación vino como consecuencia de unas políticas que favorecieron el éxodo rural a las ciudades y la solución debe ser también política”. A su juicio, “todo el mundo tiene que disfrutar de los mismos derechos sociales con independencia de donde viva y  del criterio demográfico”.

Con respecto a la despoblación en la provincia de Guadalajara, Chordá asegura que “la Comarca de Molina es un paradigma de ruralidad extrema por su lejanía y no podrá revertir este proceso sin un plan integral de desarrollo y de comarcalización para gestionar sus servicios básicos mediante mancomunidades”. Porque, concluye, “todo el cambio comienza por rescatar la Ley de Desarrollo Rural, que ya contemplaba todas estas medidas”. 

La jornada de Pueblos Vivos se completará  con otras actividades a lo largo del día como una feria de productos artesanos y agroalimentarios del territorio; una comida popular, cuyos fondos irán destinados al colectivo de Fraguas; un cuentacuentos y un taller artesanal de elaboración de esparto. El concierto del grupo musical salmantino Mayalde cerrará esta iniciativa cultural.

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