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Netflix estrena una serie sobre el amor en la que participan dos vecinos de la Sierra del Segura (Albacete)

Imagen del tráiler de Netflix

José Iván Suárez

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El auténtico amor no cambia según la raza, el sexo, el continente o la edad. Quién no se lo crea podrá comprobarlo a partir de este 13 de abril en la plataforma audiovisual Netflix. Este próximo martes se estrena la serie My Love, donde se recogen seis historias verdaderas que han sido rodadas en Estados Unidos, India, Brasil, Japón, Corea y España.

La película grabada en nuestro país tiene como protagonistas a Augusto y Nati, dos vecinos de una aldea de ese territorio mágico que es la Sierra del Segura, donde se unen dos comunidades autónomas: Andalucía y Castilla-La Mancha. Un espacio primigenio y perenne donde transcurre la vida de estas personas de 80 años para los que el amor no es algo que caducó hace tiempo.

Hablamos con el equipo que ha creado esta película de frontera entre géneros cinematográficos. OPA FILMS es una empresa de Castilla-La Mancha, conformada por los Pereira, un joven clan de creadores audiovisuales que se han instalado en Chillón (Ciudad Real) por motivos familiares y porque, como explican para nuestros lectores, “por convencimiento, por el tipo de cine que realizamos y porque queremos dar voz a las personas que viven en estos entornos rurales, nos gusta contar estas historias desde dentro”.

El equipo dirigido por Chico Pereira está conformado por cinco profesionales; está concebido así “para pasar lo más desapercibido posible e integrarnos en la vida de nuestros protagonistas”. Con este espíritu minimalista y después de 60 días de rodaje, más de 80 horas de material y meses de postproducción, la película ya podrá verse a nivel mundial. Según relatan, recibieron una propuesta de una productora de Los Ángeles y presentaron su proyecto que tuvo que pasar un difícil proceso de selección. Ahora afrontan con mucha ilusión el estreno planetario de su trabajo.

Con la última película, Donkeyote, ya recorrieron el globo. Un filme que tuvo gran acogida en Japón, México, Estados Unidos o Europa y con el que recibieron premios en el Festival de Málaga o Documenta Madrid. “Si nos lo dicen hace años nos hubiera parecido una broma”, cuentan los autores refiriéndose a la experiencia de trabajo con Netflix, con los que han encontrado “total libertad para realizar nuestro proyecto”. Pero lo que más les enorgullece es que “hemos conseguido una manera de narrar personal, que conecta muy bien con los telespectadores, nos gusta jugar con la comedia dentro del documental, algo que no es muy habitual y mostramos la vida de las personas con mucho respeto y de manera muy cercana”.

Tanto es así, que durante el rodaje de esta película, la relación con Augusto y Nati, con sus vecinos y familiares, ha sido muy estrecha. Como anécdota nos describen los cineastas castellanomanchegos que cuando terminaban de grabar alguna escena, en los olivares o recogiendo almendras, ellos mismos les ayudaban a mover las mantas o en el vareo de los árboles. Y es que en My Love hay amor y ese verde imprescindible de la Sierra del Segura. Las localizaciones de la cinta son Marchenica, cerca de la Venta de Ticiano, en los límites provinciales de Jaén y Albacete, Elche de la Sierra y la playa de Gandía.

En este último rincón, Augusto y Nati van a vivir un momento inolvidable después de una vida larga empleada al trabajo. El matrimonio dedicó su vida a las faenas agrícolas y al pastoreo y pese al esfuerzo y las dificultades nunca dejaron de quererse ni de sonreír. “Llega un día que a Augusto no le renuevan el carnet de conducir y que tienen que cambiar su vida por completo, ya no pueden moverse como antes”, nos avanzan el origen del argumento.

El equipo tiene gran recuerdo de un rodaje que se ha prolongado desde otoño de 2018 hasta principios del 2020, incluídas dos nocheviejas. “Las personas de la Sierra del Segura han mostrado una gran disposición a trabajar sin pedir nunca nada a cambio, con una gran comprensión y solidaridad con nuestro trabajo, nos han hecho sentir muy bien y han aumentado nuestro sentido de responsabilidad para contar la historia”. Así lo han contado; lo sentido durante el trabajo tampoco lo olvidarán.

Los protagonistas españoles de la serie son entrañables y así los definen los cineastas: “No tenían ningún interés en ver las imágenes, casi no tenían conciencia de que estaban realizando una película, todo surgía de manera espontánea y natural”. Tan sencillos y sin afán alguno de protagonismo, sin más interpretación que su propia personalidad y sin otra idea que vivir con honradez y amor. Mirar la historia de Augusto y Nati es una esperanza para seguir creyendo aquello que dijo el poeta, “el amor mueve el mundo”. 

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