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“No somos invisibles, somos imprescindibles”: el sector de la limpieza comienza la huelga para luchar contra su precariedad

Concentración en Toledo

Francisca Bravo Miranda

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“No somos invisibles”, se escuchaba corear a las mujeres y hombres concentrados frente a las puertas de la Consejería de Economía, Empresas y Empleo en Toledo en el primer día de la huelga del sector de la Limpieza en Toledo, Ciudad Real, Guadalajara y Cuenca. Quince mil personas están afectadas en la región por un convenio colectivo bloqueado en 2021 de un sector precario y con rostro de mujer. En Guadalajara, el salario anual no llega al Salario Mínimo Interprofesional, y si éste vuelve a actualizarse también será más alto que lo que cobra el personal de limpieza en Ciudad Real y Cuenca.

“No somos invisibles, somos imprescindibles”, reclamaban las personas conovcadas por los sindicatos CCOO y UGT que han reclamado también contra los servicios mínimos impuestos en las consejerías de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, que han tachado de “abusivos”. De hecho, culpan a la administración regional de ser “cómplices” de mantener la situación de miles de personas que sufren de contratos a tiempo parcial y salarios muy bajos. “Son responsables de lo que pasa en el sector con las contratas de limpieza porque son el principal cliente”, reclamaba Carlos García, responsable de CCOO de la movilización que ha comenzado este martes y que se extenderá nueve días.

“Hablamos fundamentalmente de un problema a base de contratos a tiempo parcial. Lo que pretendemos es mejorar la situación de quienes tienen contratos con pocas horas”, explica García. Entre los manifestantes, explican: “Tengo cuatro horas al día. Y el sueldo bloqueado. Pero nadie se acuerda de cómo estábamos limpiando en los tiempos más duros de la COVID-19. Yo limpiaba para que otros pudieran trabajar. Nadie se acuerda de nosotros”, reclama una persona que prefiere permanecer totalmente en el anonimato.

“¡Empresarios cabrones, sacaros los millones”

El cabreo entre los y las asistentes es palpable. “Cabrones, sinvergüenzas”. Los gritos llegaron en un momento a pedir incluso la dimisión de la consejera de Economía, Empresas y Empleo, Patricia Franco. La solución, explica García, sería reducir la jornada máxima del sector que ahora mismo es de 39 horas a la semana en Toledo y Ciudad Real y de 38 horas en Cuenca y Guadalajara. “De este modo, podemos mejorar la vida de las personas con contratos a tiempo parcial, para que suban sus salarios y también su cotización”, resalta el sindicalista.

“Si tu base de cotización es de 500 euros, o 600 euros... Pues imagínate cómo será tu prestación por jubilación”, resalta García. La propuesta es incrementar dicha base de cotización para que “su vida sea más digna y mejoren las condiciones”. “No queremos pensar que la Junta de Comunidades se está beneficiando ahorrándose cuatro perras de nuestros sueldos, ¿verdad?”, jaleaba ante los presentes el sindicalista.

“¡Empresarios, cabrones, sacaros los millones!”, gritaban y advertían “si no se firma, no se limpia”. Pero los servicios mínimos impuestos en la administración regional implican que dos de tres personas trabajadoras deberán acudir a sus puestos de trabajo. Para CCOO esto vulnera el derecho a huelga. “Nadie se acuerda de lo que han ganado estas empresas durante la COVID-19”, lamentaban los trabajadores, que recuerdan que durante la emergencia sanitaria se les subió las horas de trabajo para bajárselas sin miramientos después.

“Nos subieron las horas, pero no el sueldo”, reclaman. “Ahora todo a tomar por culo, claro”. Pero la representación de trabajadores y trabajadoras lo tiene muy claro: esto “acaba de empezar”. “Siguen sin poner nada concreto encima de la mesa”, recordaba García por el megáfono, mientras las y los asistentes coreaban “cabrones, cabrones”. “Es algo totalmente impresentable”, manifestaban.

“Nosotras seguimos limpiando, pase lo que pase”, recordaban las trabajadoras. Y por eso, instaban a la Junta de Comunidades a “velar porque los contratos se cumplan”. “Queremos tener los derechos que tenemos más que merecidos tras lo que ha pasado en los últimos años”. “La patronal niega la reducción de la jornada, niega las revisiones salariales que van a ir a apalear la pérdida de poder adquisitivo y lo único que admiten es una mejora del 2% sin efecto retroactivo. De este modo, el 2022 que ha sido el año con más inflación que hemos vivido se queda en cero. Y eso no podemos permitirlo”, reflexiona el sindicalista de CCOO. “Necesitamos un impulso tras los años de la COVID”, concluye.

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