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Page ofrece frente común a su rival en el PSOE para evitar que Cospedal vuelva a gobernar

Emiliano García-Page

Alicia Avilés Pozo

Las primeras palabras de Emiliano García-Page desde que presentara ayer su precandidatura para revalidar su mandato en la Secretaría General del PSOE castellano-manchego han sido para elogiar a su partido. Según ha apuntado, esta formación ha pasado en los últimos cinco años una de sus etapas más difíciles, un argumento que le ha llevado a defender su continuidad al frente del mismo para terminar la legislatura “en condiciones” y para que prosigan las “política de cambio” llevadas a cabo. Y en este contexto, ha ofrecido a José Luis Blanco, quien previsiblemente le disputará el liderazgo, aunar sus candidaturas para evitar que la ex presidenta regional y actual ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, vuelva a gobernar en la comunidad autónoma.

Uno de los aspectos que ha remarcado es que coincide con el secretario general del PSOE estatal, Pedro Sánchez, en “qué es lo mejor y más conveniente” para Castilla-La Mancha. “Yo le he brindado el apoyo de toda la región para conseguir La Moncloa, y los dos compartimos cuál es mejor camino para que esos resultados también combinen con los de Castilla-La Mancha”. Se ha mostrado convencido de saber lo que “intuía” Sánchez respecto al liderazgo de los socialistas en esta región. “Nunca me ha planteado que me quite de en medio, más bien lo contrario”, ha afirmado, sin desvelar más detalles.

Durante su intervención en la sede de partido, el ya precandidato a la Secretaría General del PSOE regional ha comenzando hablando de su partido como el “más veterano, el que no se ha refundado nunca” y con una “gran capacidad de adaptación que le ha permitido no perder de vista que los que deben gobernar son sus militantes”.

Dicho esto, ha afirmado que ya ha comunicado a Pedro Sánchez su decisión y que al igual que él, no pretende ser ni presidente de Castilla-La Mancha ni líder del partido “a cualquier precio ni de cualquier manera”. “Me presento con un planteamiento inicial de enorme responsabilidad”, ha dicho, en el que sería su segundo mandato al frente de los socialistas castellano-manchegos. De hecho, ha hecho hincapié en que la etapa que ahora culmina ha sido la más “conflictiva, difícil y compleja” después de la derrota socialista en Castilla-La Mancha.

Cinco años de “aguantar una peleas inmisericorde”

“Han sido cinco años de aguantar una pelea inmisericorde, con rabia, con hostilidad, un ataque sin piedad. Y cogí las riendas para que el PSOE no se arrugara ni nos dejáramos enterrar, como era la intención de Cospedal y del PP”, ha destacado. Por ello, dice que esta formación política ha demostrado “un enorme coraje que ha puesto a prueba su capacidad de resistencia”, lo que permitió “arrojar del poder” a la ex presidenta en 2015 y que hayan transcurrido dos años “reconstruyendo la comunidad autónoma, lo contrario que el PP, lo que me llena de enorme orgullo”.

Page incluso ha reconocido que la etapa ha sido tan complicada que hubiera sido “inmejorable para despedirse de la política”, pero sin embargo no ha sido así porque no quiere “dejar a medias la gestión del cambio progresista en Castilla-La Mancha”.  Para ello ha solicitado todos los apoyos posibles “con respeto a las alternativas”, recordando no obstante que “una cosa fue el debate de primarias en Madrid y otra cosa es esto”. “Aquí estamos gobernando y nos jugamos acabar en condiciones la legislatura, rematar el programa comprometido con los ciudadanos”.

Ha sido en este punto cuando ha vinculado el proceso interno del partido con los resultados electorales: bajo la defensa de que ambas premisas se den conjuntamente y para “evitar que el destrozo de Cospedal vuelva a repetirse”, ha ofrecido a José Luis Blanco, su previsible rival, que aúnen las candidaturas. “Esta tierra es muy conservadora y es muy difícil ganar al PP (…) Del resultado de este proceso va a depender mucho el que ganemos o perdamos las elecciones dentro de dos años”, ha advertido. “Gracias a una enorme unidad en torno a mi persona y mi proyecto, en unos momentos en los que nadie levantaba la mano para hacerse cargo, pudimos desalojar de Fuensalida a Cospedal, y ahora está en juego revalidar el Gobierno y esa política de cambio”.

El 39º Congreso Federal significó “un antes y un después”

También se ha referido al 39º Congreso Federal del PSOE como “un antes y un después en muchas cosas”, al tiempo que ha garantizado la “aplicación estricta” de las normas que se derivaron de ese cónclave y ha añadido que irá “más allá”. Propone que cuando se celebran todos los congresos, se celebre una convención interna del partido que aborde normas de funcionamiento y participación de la militancia. Asimismo ha adelantado que si sale reelegido como secretario general, habrá “muchas caras nuevas” en un “esfuerzo de inclusión” que desearía que se produjera “antes de que hubiera debate y pelea”. “Nos los rehuyo, pero creo que a la mayoría de la militancia le gustaría que todos remáramos hacia el mismo objetivo y la misma intención”.

En cuanto a la propuesta de bicefalia en el partido realizada por José Luis Blanco, el presidente de Castilla-La Mancha ha dicho que sería “una enorme incoherencia” aplicar la separación de cargos públicos e internos “solo a determinadas personas” incluso, por ejemplo, a Pedro Sánchez.

“Si se aplica la bicefalia, el resultado sería que, al ganar la Secretaría General, él mismo tendría que dejar la Alcaldía de Azuqueca y yo no querría eso. Si el modelo respetable es el de la separación, no se imagina la de cola que hay que ir haciendo desde Ferraz para abajo para separar los cargos, lo que yo no comparto”, argumenta. “Yo defiendo para Pedro Sánchez que sea secretario general y candidato a la Presidencia, y que si llega a la Moncloa, siga liderando el partido, y lo que deseo para él, lo deseo aquí”. 

Y por ello ha insistido en que le gustaría que Blanco “se incorporara conmigo a trabajar en un proceso común”, y que todas aquellas propuestas que quieran plantear, “las incorporemos”. “Eso tiene que ser ahora”, le ha apremiado, “para que no sea entendido como una guerra interna”, algo que, en su opinión, sería utilizado por el PP para atacar a los socialistas.

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