Salvador Sánchez (CSIC): “Siempre están en peligro los valores de los humedales. El hombre ha demostrado que es capaz de desecarlos”
La última reunión del Patronato de las Tablas de Daimiel tuvo como punto “más urgente” a tratar la propuesta de alegación al borrador del Plan Hidrológico de la cuenca del río Guadiana. Así lo explica el investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Salvador Sánchez. Aunque reconoce que el organismo es meramente consultivo, señala que la recomendación sigue siendo que se reduzca la extracción de agua del acuífero que es insignia de uno de los dos Parques Nacionales que hay en Castilla-La Mancha. El estado “crítico” en el que se encuentran las Tablas de Daimiel no es una novedad.
No hay más de 300 hectáreas encharcadas del acuífero, muchas más que en verano pero igualmente una parte muy pequeña de las alrededor de 1700 hectáreas que tiene. “La situación actual la consideramos crítica y difícilmente reversible a corto plazo, salvo por unas lluvias excepcionalmente altas que, a día de hoy, es imposible predecir”, explica el científico. Además, Sánchez señala que se debe esperar a que se restaure el funcionamiento hidrológico del humedal, algo que “puede tardar”, por la acción combinada del cambio climático y de las extracciones de agua que sufre el acuífero. “El humedal persiste, y sigue desarrollando sus funciones ecosistémicas”, defiende aunque con “menor intensidad”.
“Cronificación es un término ambiguo desde el punto de vista ecológico, pues hoy día todos o casi todos los ecosistemas sufren de los efectos nocivos de la actividad humana. Lo que está claro es que el humedal necesita agua y hay que proporcionarla para preservar la estructura y la riqueza ecológica del ecosistema. No tiene sentido cruzarse de manos”, advierte. Y es que, recalca, lo que sufre las Tablas de Daimiel son efectos de la “intervención descontrolada” en el recurso acuático, ya que intervención humana explica que ha habido “la justa”: las presas, “que pudieron asegurar el agua en las zonas donde hubo desecación y transformación y poco más”. Por eso, señala, “dar agua del acuífero al humedal es devolverle el agua que le corresponde y que ha sido negada duranta décadas”.
Por eso, desde el Patronato recomiendan “seguir reduciendo la extracción de agua del acuífero”. Para ello, han propuesto “una alegación al borrador del Plan Hidrológico, que consiste en delimitar una zona en la que no se puedan mover los derechos en periodos de sequía, que corresponde a la zona más próxima al Parque y a la de mayor espesor de acuífero”. En esta recomendación, asegura, están “todos de acuerdo, excepto algunas asociaciones de agricultores, regantes y los grupos ecologistas regionales”. “curiosamente, se asocian ellos en esta postura con una lógica extremista”.
Sánchez advierte de que “mientras se regulan las extracciones y se transforma la agricultura y la actividad económica, hay que seguir protegiendo y conservando el humedal”. “Hay que preservar sus valores”, asegura. Para ello, señala que se deben restaurar algunos problemas ambientales, como la eutrofización, o contaminación, que ha causado la “colmatación del humedal” y que es “muy visible” en la zona del itinerario de la Isla del Pan. Por eso, esto también fue uno de los puntos a tratar en la última reunión del Patronato. “Muchas décadas de recibir aguas residuales sin tratamiento de los pueblos cercanos y la acumulación de sustancias tóxicas en los sedimentos hace que, aunque entre agua de calidad al humedal, pierda su valor y se convierta en agua contaminada, donde sólo viven especies oportunistas y que transforman más al ecosistema”, recalca.
En este sentido se votó favorablemente una propuesta de intervención para restaurar este itinerario que consiste en la retirada (decapado) de ese sedimento contaminado para fomentar una biocenosis adecuada del humedal, con la excepción de los ecologistas regionales. “No se entiende esa negativa de los ecologistas a cualquier actuación que permita mejorar la calidad de Las Tablas de Daimiel, cuando precisamente fueron ellos los que promovieron este estudio en 2018”, lamenta. “Siempre están en peligro los valores de los humedales, porque aunque son ecosistemas muy resilientes, el hombre ha demostrado que es capaz de desecarlos, transformarlos en tierras de cultivo o en otras muchas variantes en cuestión de meses o años. Siempre hay que proteger y conservar sus valores, mediante una gestión ambiental adecuada”, concluye.
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